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Estimado Javier:
Hace un rato que he vuelto a casa después de haber estado en la presentación de tu libro El Lamento de la Ninfa y de asistir posteriormente a la visita nocturna con ‘Ciudades Medias’ a la Alcazaba de Antequera (otra de las maravillas que hoy me ha regalado esta ciudad). Mañana voy al teatro a ver ‘Un marido de ida y vuelta’ aprovechando la suerte de que la Escuela de Teatro de Antequera y la Asociación Cultural Antequera Teatro nos entregan por estas fechas las habilidades y virguerías de sus grupos de actores.
Lástima que este fin de semana no pueda dedicar mucho tiempo apacible a leer tu libro, porque hay cosas de vida personal, además de las que me gusta hacer como las citadas, que uno debe atender. Es lógico, a veces la vida nos lleva a otras prioridades sin duda menos preferidas pero también menos postergables.
Lo leeré ya mismo y sé que disfrutaré con ello. Lo sé, porque he disfrutado mucho con la presentación que habéis hecho hoy en la Biblioteca de Antequera.
La luz que has creado al abrir «las cortinas » de lo que hay escrito en tu libro, me lleva al deseo de tomarlo entre las manos y que mis ojos no paren hasta la última página; pero ya sabes aunque eres joven… eso de la calma y el aquí y el ahora no es tan fácil cuando la vida empuja sus vicisitudes que hay que atender con otra premura.
Caminaba tranquilamente desde mi casa en un paseo reflexivo sin pensar que me iba a encontrar tanta gente para la presentación de un libro (no suele pasar, ni en Antequera ni en otras muchas ciudades, salvo que el autor o autora esté muy consagrado -y a veces ni aún así-).
No sabía que te presentaría el gran Juanjo Álvarez Carro, mago del relato en múltiples versiones y comunicador genial… (Mejor padrino, imposible). Escuchar lo que dijo sobre ti y tu estilo y tu novela es música celestial, así que imagino que te sentirás muy orgulloso de los piropos merecidos que te dedicó.
Desconocía también, que habías preparado el campo escénico, como lo hiciste, acompañado de la extraordinaria música de Schubert, ‘Serenade’ y ‘Nocturne’ de Chopin; interpretadas tan afinada y entrañablemente por tus hermanas al Violonchelo y al Piano. (Se llama magia de escena, ellas «pellizcaron» nuestra emoción y fue precioso con tu voz nerviosa y pausada, pero auténtica, de fondo).
Tampoco esperaba que arropara tu presentación el Concejal de Cultura, Medina Galeote, en un tiempo libre y suyo, aunque sé de su empuje por el arte y lo veo en anónimo apoyando y fomentando múltiples facetas. En conversación con él y con Narciso Conde, director de la Biblioteca (que también abrigaba con su presencia tu presentación, ambos sin darse protagonismo, pero su sola presencia ya decía mucho de ti) comentaban que estaban maravillados de la cantidad de jóvenes interesantes que hay en Antequera y que tú eres uno de ellos. Decía Medina Galeote que cuando era profesor en la Facultad en Málaga, encontraba allí mucho talento en jóvenes de Antequera y ahora está reviviendo esas interesantes aportaciones en gente como tú.
No me imaginaba que me fuera a atraer tanto lo que contaste y lo que contó Juanjo Álvarez sobre tu estilo y el contenido de tu obra.
(Ni siquiera voy a apuntarlas aquí hasta que lea tu libro, como el propio Juanjo nos decía al final: «lean disfrutando página a página sin pensar en la siguiente, déjense llevar como mirando el atardecer al abrir la cortina…)
Cuando me firmaste el libro, nos reconocimos coincidentes en el recuerdo cuando cubrías el pregón de Pepe Carmona allá por Carnaval. Nuestra mutua amiga Andrea Cruz, de Mollete Kolektiv (otra joven infinita) nos presentó diciendo que tú eras el mejor del mundo en creación y edición audiovisual ( y si lo dice ella, que es una estrella…). Pues bien, comprobar tu versatilidad ahora con esta forma de escribir que intuyo especial al hilo de lo escuchado hoy, es para mí un encuentro con la mejor esperanza de que los esfuerzos merecen la pena y son ejemplo de otros muchos jóvenes en la diversidad de los talentos.
En fin, prometo encontrar el tiempo para entrar en esa maravillosa propuesta que nos haces acercándonos como dices al mundo ficticio de la Tierra Helénica. «Un mundo donde todavía quedan fronteras que guardan misterios por descubrir. Un mundo de fantasía sin magia, que no por ello deja de ser fantástico. Un mundo imaginado y escrito enteramente desde aquí…»
Me encanta tu afición a la música y que te conmueva, como dices, Claudio Monteverdi al que rindes homenaje en el título de tu libro.
Un fuerte abrazo y gracias por ese rato culturalmente hermoso que nos has regalado.
No necesitas suerte en tu éxito, porque ya lo has logrado.
ChLL / atqmagazine | 14 de junio ( bueno, ya 15 que es la 1:30 de la madrugada).
«Hay que pasar por seis etapas antes de hacerse escritor… y Javier se las ha saltado todas».
Juanjo Álvarez Carro
«La comparación más clara que yo puedo hacer con la novela de Javier es que es como un paseo por el jardín botánico, es decir no es una novela al uso en el que hay un discurso, una historia que se presenta hacia un nudo y desenlace; sino que es un paseo como en un jardín botánico mirando en trescientos sesenta grados, pasando a la siguiente, otra vuelta de trescientos sesenta grados… y así vamos conociendo a los distintos personajes que conforman esta historia».
Juanjo Álvarez Carro
«Querido lector, le doy la bienvenida a esta novela que he escrito con tanto cariño y pasión por crear y por contar. Un libro con múltiples facetas y que aborda diversos temas como el amor, la venganza, la amistad, la guerra o la familia manteniendo una coherencia narrativa.
Un relato cargado de acción y epiquisimo, pero que también se atreve a tratar con un ritmo o descripciones de idílicos lugares. Así como mezclar la prosa con el verso y el texto teatral.
Como toda buena historia, esta está dividida en tres actos; Primavera, Verano y Otoño; en los cuales, aparte de apreciar el cambio de cada estación, se puede sentir por el diálogo y la narración en primera persona, el desarrollo de los personajes según sus vivencias. Todo esto con un final innovador que no va a dejar indiferente a nadie».
Historias sobre la tierra Helénica, nuestro mundo conocido, siempre gobernadas por su totalidad bajo la justicia y la tolerancia de un sabio imperio. Sin embargo tanto poder no es bien visto por una secreta organización que se esconde bajo máscaras de teatro, y quienes cuestionan cualquier institución, incluso bien intencionadas como el imperio, pues el ser humano tiende a la corrupción. En el aniversario de los mil años del imperio, esta organización conspira de modo que todos sus habitantes se ven afectados.
Javier Martínez Carrión nació (como él mismo dice) en la bella ciudad andaluza de Antequera y no en cualquier año, que fue en el dos mil.
«Desde temprana edad desarrollé una afición por imaginar y crear historias. Esta pasión me hizo que desde los seis años ya tuviera claro que mi sueño era ser escritor, y así ha sido todos los días de mi vida.
No fue hasta los dieciséis cuando decidí escribir una novela, que a diferencia de lo que ya había escrito, fuera más madura. Su escritura me ha estado acompañando por años, en los cuales he sufrido y la he odiado y al mismo tiempo la he disfrutado, amado y he dejado un poco de mí entre sus letras.
Finalmente, cuando terminé mis estudios de realizador audiovisual en Málaga, también acabé lo que para mí se había convertido casi en un compañero de mi vida: El lamento de la ninfa, una historia para evadirse entre sus palabras y para ver nuestro mundo desde otra perspectiva.
