Brillante representación de ‘Un marido de ida y vuelta’ | Ocurrente, divertida, viva …

Jordi Aguilera logró poner en escena con éxito arrollador Un marido de ida y vuelta. Podría parecer difícil por el ritmo trepidante que su autor, Jardiel Poncela, imprimió al guion inicial. Sin embargo la maestría de la adaptación que hace Jordi para acortar sus tiempos y adaptar sus personajes, que podría provocar aún más el vértigo de la acción, tiene un mérito añadido al mantener la pureza de la conexión rítmica. No es nada fácil una comedia así, pero bien dirigidos este grupo ha sabido representarla con altísimo nivel.

Aprovechó con sabiduría, el director, que quienes llevan la fuerza de la representación son actores y actrices muy consolidados (si no son profesionales, es porque no quieren cambiar sus vidas) con unas tablas de admirar. Y quienes se incorporaron desde hace menos tiempo a la Escuela (EMUTE) y al elenco de la obra, también han dado de sí con una buena cualificación.

No solo ha sido una representación correcta, bien hecha, que envuelve al público ( lo he notado en los aplausos a cada instante y en mí mismo que he disfrutado como un niño).
No solo ha sido divertidísima, también brillante porque la sincronización de gestos, el ritmo, los diálogos adaptados y la interpretación individual y conjunta fueron excelentes. Un juego escénico muy bien adornado con golpes de sonido y efectos especiales e iluminación acertadísimos, en el que incluso los actores secundarios han sabido aportar originalidad al cuadro general dando una visión muy equilibrada en un guion que debate el juego del absurdo con lo lógico; lo grotesco con lo intelectual y lo sutil; y todo ello en un lenguaje coti­diano.

Si bien es necesario destacar la habilidad interpretativa sobre todo de los actores y actrices más experimentados, también es admirable la energía novedosa de los y las nuevas en escena. En cada actor y actriz he visto detalles que me han gustado. Por lógica unos con más experiencia y una mayor habilidad interpretativa.
Se aprecian detalles que pudieran pasar desapercibidos y son muy meritorios; concreto algunos, pero hay muchos y buenos en todo el equipo, como por ejemplo el temblor de manos de la criada (no por miedo escénico sino interpretando el terror del momento del guion cuando ni siquiera está en primer plano), el hieratismo provocado y bien actuado del mayordomo, Elías. La naturalidad expresiva de Adriana; la presencia grácil que llena de frescura Mónica… la expresividad resultona de las actrices secundarias (no conozco nombres); la energía interpretativa de Ansúrez (Guti es un actor de sangre y garra). Un Sigerico bien logrado… determinados momentos interpretativos geniales de «Paco Yepes»…
También me han parecido muy bien aprovechadas las escenas, que han dado pie al lucimiento de artistas nuevos. Incluso la aportación de los cameos cantarines de Juande y de Isaac, que han aportado la gracia salerosa y adecuada al momento justo del guion.
No conozco a otras actrices que han intervenido, pero me ha gustado la aportación al conjunto de cada una de ellas.
¡¿Qué decir de la excelencia y perfección de gestos de Carmen Ramos (Leticia)?!…

Es de admirar la actuación de todos y todas, cada uno y una en su grado de habilidad e implicación del personaje, pero en mi opinión merece un aplauso especial, Fernando Pérez. ¡Vaya actorazo!. ¡Cómo ha sacado partido al personaje de Pepe!. No sé quién podría hacerlo mejor. Ha superado al original «dibujado» en el libreto.


¡Enhorabuena! ¡Larga vida al Teatro en Antequera!


Nota:
Solamente es mi opinión. No soy crítico teatral, tampoco un entendido. Sí un disfrutón de teatro que solamente hace un comentario de opinión en mi blog sobre lo que me ha parecido la obra. ¡Y me ha encantado cómo la han representado!


Sabemos que te encanta el Teatro. No te pierdas las próximas obras en escena. Giglón dosifica en el tiempo la puesta a la venta de entradas, así que tendrás que estar pendiente para no quedarte sin butaca.