«Un foráneo en el paraíso» | Blog City atqmagazine
Era 12 de marzo y se celebraba esta conferencia en el Museo de la Ciudad de Antequera:

El Centro de Participación Activa había buscado a la persona idónea para ello, Manolo Rodríguez. No en vano es un apasionado amante de Antequera, «un gran conocedor e investigador de su historia, sus costumbres, su historicismo y sus verdades». Licenciado en Historia del Arte, ha ejercido la docencia durante muchísimos años, y más de una cuarta parte de ellos compaginándola con la labor de Dirección del Colegio San José de Campillos.
Y tiene Manolo Rodríguez un mérito añadido, característica de muy pocas personas en este mundo: sabe tocar la fibra sensible de quien le escucha. A los seres humanos nos mueve la poesía, nos recuerda lo que significa ser humanos en su forma más vulnerable y auténtica. Y él, además de capacidad didáctica, tiene mucho de poeta.
No es fácil conquistar tantas mentes y tantos corazones en una conferencia, pero en ello también es una figura destacada cuya capacidad para conectar con el público y transmitir emociones a través de sus palabras obtiene siempre un reconocimiento de excelencia.
Después de la entrañable bienvenida con la que María Sierras, responsable de las Áreas de Infancia, Familia, Mayores y Equidad, acogió al público asistente y al ponente; así como la presentación por parte de Antonio Matas, director del CPA de Antequera, comenzó la conferencia situando la importancia de la conmemoración y dando pinceladas de las mujeres ilustres antequeranas y/o de influencia en Antequera.
Os ofrecemos algunos retazos (no está completa la conferencia) aún a riesgo de que se enfade conmigo Manolo Rodríguez por airearla sin permiso; pero mi afán de que pueda disfrutarla quien no pudo asistir, me puede más que el hecho de un hipotético enfado del ponente.
En este primer corto, hace referencia a Acilia Plecusa
Pincelada sobre Cristobalina Fernández
Victorina Sáenz de Tejada
Sobre Salvadora Muñoz González
Josefa Moreno (La Antequerana)
María del Carmen González Ramos ( Madre Carmen ) | María Barrutz Martínez (La Niña de Antequera) | Teresa Espinosa Moreno |
Las otras ilustres
Su conferencia sobre las Mujeres Ilustres de Antequera, en el Museo de la Ciudad (MVCA), puso en valor una lista de mujeres célebres relacionadas con nuestra ciudad, pero también tocó el alma de los asistentes al ofrecer un relato profundo y conmovedor de la historia de todas las madres y mujeres -anónimas para los periódicos, pero fundamentales en la vida cotidiana de todos- que, a lo largo de las décadas, enfrentaron enormes dificultades. (Habló de las madres de todos y de la suya también. Momento en el que se emocionó y rompimos en aplausos. Varias veces quisimos aplaudir sus verdades, pero no quisimos interrumpir tan elocuente relato histórico, así que esperamos al final para agradecer su regalo ilustrado en forma de conferencia)
Supo, con una mezcla de respeto, valentía y empatía, rendir homenaje a estas figuras que, a pesar de su trascendencia, a menudo han permanecido en la sombra, sin el reconocimiento que merecen. No solo ofreció una visión histórica, sino también una reflexión profundamente humana. Las difíciles condiciones físicas y sociales que vivieron, muchas veces invisibles para la sociedad, se convirtieron en el epicentro de su intervención. Esas mujeres, que enfrentaron retos inmensos, vivieron situaciones que no solo marcaron sus vidas, sino que dejaron cicatrices que a menudo no se han reconocido de manera suficiente.
Al mencionar esas brechas, esas huellas que dejaron en las mujeres de Antequera y en otras ciudades, Manolo Rodríguez no solo hizo un homenaje a su resistencia, sino también a su valentía y su fortaleza. Al compartir sus experiencias, logró que el público reflexionara y asintiera sobre el valor de las mujeres de esas épocas anteriores y su lucha cotidiana por sacar la vida de los hijos adelante, muchas de ellas ahora en su avanzada edad, pero siempre presentes en el imaginario colectivo de la comunidad, porque ayudaron a construir el tejido social y cultural de nuestras ciudades.
Manolo Rodríguez, con su profunda sensibilidad y conocimiento histórico, ha logrado volver a dar voz a aquellas que, aunque a menudo silenciadas por el paso del tiempo, han sido pilares fundamentales en la historia de Antequera relativamente cercana.

Especialmente elocuente fue el rescate documental que hizo, comentó y proyectó sobre la «Guía de la Buena Esposa». Este manual, que representaba una visión muy limitada y patriarcal del papel de la mujer en la sociedad, confinándola a un rol de subordinación y sumisión. Rodríguez, con su característico rigor, aportó datos contundentes sobre este y otros elementos que reflejaban las costumbres de la época y que relegaban a las mujeres a un plano de inutilidad, negándoles la oportunidad de desarrollarse plenamente.
Esta «Guía» no solo promovía una visión reductiva de la mujer, sino que también establecía normas que la despojaban de valor propio fuera del ámbito familiar y doméstico. De acuerdo con este tipo de publicaciones, la mujer debía cumplir con una serie de reglas estrictas para ser considerada una «buena esposa», reglas que no solo la oprimían, sino que también la definían como un ser sin autonomía, cuya existencia y valor dependían únicamente de su capacidad para servir a los demás, en su mayoría, a los hombres y a los hijos.
Rodríguez, al poner en evidencia este tipo de normas y costumbres, mostró las limitaciones que estas impusieron sobre la mujer, y también cómo perpetuaron una visión de inferioridad que tuvo efectos devastadores en la autoestima y en el papel social de las mujeres. La sociedad, bajo la influencia de estas ideas, ignoraba o menospreciaba las capacidades de las mujeres, sin darles espacio para participar en la vida pública, intelectual, ni profesional.
Este análisis fue particularmente importante, ya que permitió a los asistentes reflexionar sobre cómo las mujeres han sido históricamente privadas de su voz y reconocimiento, y cómo, incluso en tiempos recientes, muchas de estas ideas persistían en el subconsciente colectivo.