Madres y abuelas tejen con amor y mucha sensibilidad los adornos del trenecito de Navidad de Antequera

Antequera vuelve a demostrar la grandeza y el cariño con el que se entrega mucha de su gente. Este año, uno de los símbolos entrañables de la Navidad antequerana que alegra la vida de los peques y mayores (el popular trenecito que recorre nuestras calles) luce de una forma muy especial…

Vestido con adornos navideños realizados a croché, puntada a puntada, por un grupo de mujeres, madres y abuelas de distintas entidades de la ciudad que, «gratis et amore» han juntado sus manos para «tejer» con amor la poesía de la Navidad.

La iniciativa, ideada y capitaneada por Nani Ríos, se puso en marcha hace un mes y medio y ha sido fruto de muchas horas de trabajo silencioso, paciencia infinita y, sobre todo, mucho amor. Cada adorno que decora el trenecito es el resultado de manos expertas que no solo saben tejer lana, también comunidad, ilusión y valores que se transmiten de generación en generación.

Han estado en ello el Centro de Participación Activa de Antequera, la Asociación de Vecinos del barrio de San Miguel; Asociación de Vecinos del barrio de Veracruz; Atq Acompaña y Corazones Solidarios. También la tienda de lanas Costuras 21 ha tenido el detalle de mejorarles los precios que han sido afrontados como regalo por las participantes anónimas en este proyecto.


Nani Ríos (la MacGuiver del arte y de la cultura cotidiana en Antequera), motor de iniciativas en Antequera, no paraba de ensalzar la entrega de tantas mujeres de las distintas asociaciones.



María Sierras, siempre pendiente de cuidar y animar la vida de los mayores y de la infancia, ha querido acercarse a alentar la tarea en el montaje laborioso de quienes han estado esta mañana y agradecer también a las personas que han intervenido tejiendo este detallazo para la ciudad, de tantas personas anónimas…

Este gesto, aparentemente sencillo, encierra un profundo significado. No se trata solo de embellecer un elemento navideño, sino de regalar tiempo, cariño y creatividad a la ciudad. De convertir el croché (un arte tradicional) en un lenguaje común que une a distintas entidades y personas en torno a un mismo objetivo, hacer de la Navidad de Antequera algo más cálido y humano.

El trenecito, ahora más acogedor que nunca, no solo transporta a niños y mayores por las calles, porque este año tiene también un mensaje claro de la poesía que supone la entrega amorosa de las manos que lo han adornado. Así de bello y así de inspirador.

Desde ATQMagazine, queremos reconocer y agradecer esta iniciativa ejemplar, que demuestra que la Navidad se teje de detalles. Y en Antequera, este año, se ha tejido con lana, sonrisas y mucho corazón.

No había prisas en el croché. En las participantes, tampoco. Cada puntada exige calma, atención y paciencia. Quizá por eso en cada adorno se percibe algo más que lana, un tiempo lleno de recuerdos, conversaciones compartidas, risas alegres, silencios cómodos y ese amor callado que solo saben ofrecer quienes cuidan sin esperar nada a cambio. Manos que han abrigado generaciones, ahora abrigan también la Navidad de Antequera.


El trenecito, al recorrer las calles, lleva consigo mucho más que decoración. Lleva horas robadas al descanso, tardes entregadas con gusto, la ilusión de saber que un niño sonreirá al verlo pasar. Lleva el orgullo discreto de quienes hacen cosas grandes desde lo pequeño.

Esta iniciativa no pretende destacar, pero lo hace. Porque en un tiempo de luces rápidas y adornos fugaces, estas mujeres han elegido lo duradero, el trabajo hecho con cariño, la tradición, el valor de lo artesanal y lo compartido.

Un poquillo del proceso de montaje…

Ya casi está terminado…


¿…Y si nos subimos todos al tren dando por terminada la faena?
-Venga, vale. Ojalá los peques de Antequera lo disfruten mucho.