París, conocida como “la ciudad de la luz”, es una de las capitales más importantes, no solo de Europa, sino del mundo. Ha sido y es cuna de arte, moda, cultura e historia. Numerosos exponentes atestiguan su prestigio. Basta poner pie en suelo parisino, para dejarse embriagar de toda la elegancia, sofisticación y glamour que emana la urbe, perdiéndote por cada uno de sus atractivos y bellos enclaves.
El artículo de hoy nos traslada hasta orillas del Sena, río que atraviesa la ciudad, lugar de paseo y ocio para los parisinos y todos los turistas que la visitan durante el año. En su recorrido podemos encontrar un lugar emblemático e icónico lleno de historia. Una librería al aire libre para visitar detenidamente: los buquinistas de París, la librería a cielo abierto más grande del mundo. Lugar declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1991.
Buquinista (en francés “bouquiniste”) etimológicamente proviene de “bouquin”, que significa libro pequeño, de bolsillo. Los buquinistas son vendedores de libros antiguos y de segunda mano. El término “bouquiniste» forma parte del diccionario de la Académie Française desde 1789.
La historia de esta tradición surge en torno al siglo XVI con la venta de almanaques e impresos por parte de vendedores ambulantes que no estaban sometidos a la censura real. Durante los siglos XVII y XVIII, la venta ambulante en torno al Pont Neuf se vio expuesta a prohibiciones parciales por parte de decretos reales, siendo considerados los vendedores como ladrones y delincuentes. Los monarcas absolutistas hostigaban a esta comunidad de libreros por la sospecha de que escondieran incendiarios panfletos antimonárquicos y anticlericales entre sus libros.
Con la llegada de Napoleón, su reordenamiento y la mejora de los muelles del Sena, trajo consigo que los buquinistas se multiplicaran y llegaran a ser reconocidos y aceptados por los poderes públicos. Así fue como recibieron la autorización para desempeñar su profesión. Se asentaron en lugares fijos bajo una normativa que debían cumplir y respetar, además de pagar una cuota anual. En 1859, la alcaldía de París permitió a los vendedores instalar sus “boîtes” (cajas) en los espacios indicados. En 1930, se fijó cómo debían ser las dimensiones de las características cajas verdes.
Se ubican en la rive gauche que va desde Quai de la Tournelle hasta Quai Voltaire. Y en la rive droite desde Pont Marie hasta Quai du Louvre. Estamos hablando de una longitud de tres kilómetros y medio en las dos márgenes del río Sena, rebosantes de cultura y literatura, donde podemos encontrar libros antiguos y contemporáneos, revistas, grabados, prensa antigua, cartas, estampas, postales… una librería muy especializada. Los buquinistas son Patrimonie Culturel Inmatériel Français.
Crédito de foto: The bouquinistes of París by Peter Olson
El ayuntamiento parisino, como medida de incentivo para que no acabe desapareciendo esta histórica actividad ante la acuciante y asfixiante competencia actual, limita el número de licencias y estos no pagan impuestos ni alquileres, pero están sujetos a una estricta regulación y control de su actividad. Deben abrir al menos cuatro días a la semana y ocupar un máximo de cuatro “boîtes” por bouquiniste, de los cuales solo una de las cajas se puede destinar al uso de venta de souvenirs como modo de diversificar su negocio y una forma de que no se pierda la verdadera esencia de su origen.
En la actualidad, unos 230 buquinistas (profesión que se traspasa de generación en generación en muchas ocasiones) y sus 900 cajas verdes atesoran más de trescientas mil obras literarias a lectores empedernidos y curiosos que se acercan a sus establecimientos.
Crédito de foto: The bouquinistes of París by Peter Olson.
Recientemente, han vuelto a copar titulares en la prensa con motivo de la celebración de los Juegos Olímpicos de París que se desarrollarán durante el próximo verano de 2024. El pasado julio, los libreros recibieron una carta de la prefectura de policía de París anunciándoles su desalojo el próximo verano, al menos durante dos semanas, por motivos de seguridad, provocando un gran malestar entre los vendedores.
Todo está relacionado con la puesta en escena de la inauguración de la competición olímpica, que por primera vez en su historia no será en un estadio sino al aire libre. Los atletas montados en embarcaciones serán presentados en un desfile que transcurrirá por un itinerario a través de seis kilómetros a lo largo del Sena.
“No dejen para mañana lo que puedan leer hoy”.
Ester Cortés Romero es brillante (Carlos L.| editor).
Diplomada en magisterio y Licenciada en Publicidad y RRPP. Enamorada de la Historia, del Arte, de la Cultura, de los libros, y de su ciudad, Antequera, dando valor a muchas otras del resto del mundo -en especial Sevilla y París-.
Una persona JASP (acrónimo de Joven Aunque Sobradamente Preparada). Con capacidades enormes de documentalista, puede dedicar el esfuerzo de horas “de ratón de biblioteca” hasta encontrar un dato fidedigno para dar rigor a sus escritos y a todo lo que hace, porque a ella no le vale cualquier cosa. Su capacidad didáctica descriptiva es otra de sus virtudes, a la que une la pasión por contar a los lectores cosas interesantes de su Antequera natal donde ha sido y es feliz.
Genial conversadora, culta, inteligente, actualizada, sencilla, familiar, deportista practicante, excelente persona…
Foto Portada: pariscityvision.com