«Seline» es el nombre de una chica misteriosa, protagonista de la última novela de este afamado escritor e ilustrador antequerano.
Ella es un personaje permanente en la obra, pero en segundo plano ya que la historia es contada por Chris, un guitarrista que la conoció a finales de los ochenta y por otros personajes en una trama que mantiene la atención porque está muy bien escrita, dando juego en planos de diferentes épocas en una investigación periodística con rigor y atractivo narrativo que pone de manifiesto la originalidad de Pedro Lobato.
Cuarenta años después de la desaparición de un joven guitarrista, la directora de un periódico decide emprender su búsqueda y descubrir la verdad sobre lo que pudo pasar.
Una novela ilustrada de 140 páginas. En un formato agradable de tener entre las manos y con unas ilustraciones (Veinti…) maravillosas a las que ya tiene acostumbrados el arte de este dibujante y contador de historias.
Si sus dos anteriores novelas, ‘Óxido’ y ‘La última ciudad de la luz’, se podrían encuadrar como distopías, ciencia ficción…, contó el autor, esta es difícil de encuadrar en una clasificación fija y unívoca, porque contiene ingredientes de suspense, romance,…; aunque las tres tienen en común, según cuenta el autor, trazos de amistad, compañerismo, cierto romanticismo… (quizás porque son valores que practica y profesa Pedro, que son inherentes a su vida, tal y como es él).
Confesó Pedro, como respuesta a una pregunta de alguien del público sobre cómo lograba el equilibrio de dibujante y escritor a la hora de crear una novela, ¿escribes primero lo que quieres contar y lo ilustras posteriormente o dibujas la escena y después la relatas?. «Muchas de mis obras, también las de novela gráfica, han nacido por una ilustración. Quizás sea una reminiscencia de mi infancia, mi afición a los afiches de películas en mi infancia, me hacían imaginar la película desde el cartel gigante que se estilaba entonces aunque a veces al verla no me llamara la atención tanto como el impacto de lo que era capaz de «hablarme» el propio cartel de la película. Quizás por ello, mis creaciones llevan esa secuencia, una ilustración me provoca a contarla y darle vida de relato».
Provocó en mí, Pedro Lobato con su disertación, unas ganas de leer Seline que pude satisfacer en los dos días siguientes hasta terminarla hace un momentillo y valorarla muy positivamente. Se lee en un par de ratos y las ilustraciones puntuales y muy atractivas se sitúan a tiempo, no diez páginas más allá de lo que el autor está relatando. La trama engancha y eso que no es el tipo de libro por el que siento preferencia. A pesar de su atractiva portada, no lo habría elegido en un escaparate de librería y, sin embargo, me ha gustado. Observo una originalidad en la forma de contarla. Es divertida. La novela te tiene en ascuas, emociona, quieres saber qué pasa en la página siguiente, te mantiene en esa tensión con la que logran conquistarte los buenos escritores, como acabo de descubrir en Pedro Lobato, con este relato.
Su lenguaje directo sin rodeos mantiene al lector concentrado en la trama sin descripciones de adorno.
Con estética que recuerda un road movie, género cinematográfico cuyo argumento se desarrolla a lo largo de un viaje, hoteles de carretera…
Enhorabuena al autor.