A mediados del siglo XIX, Málaga llegó a ser la segunda ciudad española más importante por detrás de Barcelona a nivel industrial. La primera en Andalucía. La industria y el comercio sufrieron un gran avance en esta centuria para la capital. Fue en esta época, al calor de la bonanza y prosperidad industrial que irradiaba la ciudad para hacer negocios, cuando influyentes familias burguesas de comerciantes e industriales acabaron por instalarse en la urbe buscando mejorar su posición y fortuna. En este periodo podemos ver importantes apellidos que vinieron para quedarse como son los Larios, Heredia, Loring, Gross, Scholtz, Grund, Huelin, Crooke… que conformaron una oligarquía destacada, apodada la “oligarquía de la Alameda”, debido a que sus residencias estaban ubicadas en ella y sus inmediaciones.
En este contexto es donde situamos la próxima recomendación que os proponemos, ya que la figura que presentamos formaba parte de una de esas familias de la burguesía, no solo porque ya le venía de cuna, sino por el enlace matrimonial que tuvo con uno de los herederos de una de las familias más importantes y relevantes de la época, la familia Heredia.
El libro que os sugerimos a continuación se titula “La Señora. Memorias noveladas de Trinidad Grund”, de Eloísa Navas. Tal vez algunas personas conozcan que hay una calle en pleno centro cuyo nombre es “Trinidad Grund” donde también se halla su palacio, o una plaza como es “Plaza del Llano de Doña Trinidad”, pero tal vez desconozca quién fue esta figura destacada del siglo XIX y qué tan relevante fue en la Málaga decimonónica. La Málaga de hoy no se entiende sin el legado que emprendió e inició esta mujer para la sociedad malacitana.
Eloísa Navas nos presenta una novela biográfica donde podremos conocer la vida de doña Trinidad Grund. La propia autora crea un personaje ficticio (Esperanza), la cual forma parte de su servicio personal y la acompañará hasta el día de su muerte. Ella es quien mayoritariamente interactúa con la protagonista para desvelarnos los entresijos de su vida. Esperanza consigue que doña Trinidad le vaya relatando y narrando todos los episodios más significativos, y es a través del canal que se crea entre ambas mujeres, donde el propio lector podrá sumergirse en las alegrías y desgracias que le acontecieron. Una mujer que a priori se le presentaba una vida fácil, sencilla y acomodada, pero la ruleta del destino dio un giro de 180 grados, cambiando su existencia para siempre, y sabiendo sobreponerse a ello con suma fortaleza gracias a su fe y sus arraigadas creencias. También podremos recorrer, a través de sus páginas, ciertos enclaves conocidos, personajes destacados y situaciones históricas que acontecieron en esos años e influyeron en la vida de la protagonista y de la sociedad en general.
Trinidad Grund, sevillana de nacimiento y malagueña de corazón, consiguió ganarse el respeto y la admiración de la ciudad por la entrega que tuvo hacia las clases más desfavorecidas siendo benefactora y promotora de muchas obras sociales que ayudaron a que pudieran mejorar las condiciones de vida de estos. En aquellos tiempos, las diferencias sociales eran abismales, existían personas que lo tenían todo y otras que no tenían nada. Fue tal el cariño que se gestó hacia ella, que incluso el día de su fallecimiento no se recuerda en la ciudad de Málaga un entierro más multitudinario como el de “La Señora”. Recibió sepultura en el panteón de la familia Heredia, en el histórico cementerio de San Miguel.
Sin entrar en dilaciones y sin hacer “spoilers”, devoren sus páginas y piérdanse en esta lectura amena, interesante, e intrigante que Eloísa Navas nos presenta para conocer la vida de una de las mujeres más notables de la Málaga del siglo XIX. ¡No podrán parar de leer!
“No dejes para mañana lo que puedas leer hoy”
Ester Cortés Romero es brillante (Carlos L.| editor).
Diplomada en magisterio y Licenciada en Publicidad y RRPP. Enamorada de la Historia, del Arte, de la Cultura, de los libros, y de su ciudad, Antequera, dando valor a muchas otras del resto del mundo -en especial Sevilla y París-.
Una persona JASP (acrónimo de Joven Aunque Sobradamente Preparada). Con capacidades enormes de documentalista, puede dedicar el esfuerzo de horas “de ratón de biblioteca” hasta encontrar un dato fidedigno para dar rigor a sus escritos y a todo lo que hace, porque a ella no le vale cualquier cosa. Su capacidad didáctica descriptiva es otra de sus virtudes, a la que une la pasión por contar a los lectores cosas interesantes de su Antequera natal donde ha sido y es feliz.
Genial conversadora, culta, inteligente, actualizada, sencilla, familiar, deportista practicante, excelente persona…