Rescatamos con cierta asiduidad, con un periodo lógico de por medio que nos permita releer los que recomendamos, libros que alguna vez nos parecieron muy buenos. Nuestra intención no es dárnoslas de listillos, sino que nos gusta compartir la belleza y el arte que esté en nuestra mano.
Traemos hoy este libro de Italo Calvino porque si lo has leído, estamos seguros de que te gustará recordarlo y, si no lo has leído, podrás pasar unos ratos agradables si lo haces. Es cierto que también pudiera pasarte que al volver a entrar en los libros que nos hicieron felices, nos puede traer alguna decepción, pero suele suceder lo contrario: las lecturas segundas de un libro multiplican el placer de la primera.
Para mí, volver a leer El barón rampante es asistir de nuevo a una fiesta con la literatura. Es el reencuentro con el talento de un escritor lleno de imaginación, como es Italo Calvino, que me hizo disfrutar mucho con este libro.
Quizá sea esta la novela más leída de sus obras. Pertenece a una trilogía, en la que figura también El vizconde demediado y El caballero inexistente.
Estos dos libros no los llegué a leer a pesar de que eran, creo recordar, anteriores a esta obra. Eran tiempos, cuando terminé de disfrutar la «disparatada» pero cautivadora historia de Cosimo, del auge de la Música New Age y mis ojos se fueron entonces con mis oìdos a otras lecturas.
Quizás la magia de esta historia apasionante es que puede suponer también un canto a la libertad individual, al convencimiento de que la determinación y las convicciones son lo que nos permiten seguir adelante.
Creo en la idea de que hoy estamos aquí, donde nuestros pensamientos nos han traído; mañana estaremos allá donde nuestros pensamientos nos lleven.
Yo diría que es un libro hermoso, muy agradable de leer porque Italo Calvino escribe muy limpio y muy fluido. Sorprende que a ratos es sencillo y de repente te encuentras en escenas que te llevan a una profunda reflexión. Es a la vez un libro fantástico y realista.
Fue muy bonito haberlo leído y podértelo contar.
Carlos L.|Atqmagazine
Sinopsis de ‘El barón rampante’
Cuando tenía doce años, Cosimo Piovasco, barón de Rondó, en un gesto de rebelión contra la tiranía familiar, se encaramó a una encina del jardín de la casa paterna. Ese mismo día, el 15 de junio de 1767, encontró a la hija de los marqueses de Ondarivia y le anunció su propósito de no bajar nunca de los árboles. Desde entonces y hasta el final de su vida, Cosimo permanece fiel a una disciplina que él mismo se ha impuesto. La acción fantástica transcurre en las postrimerías del siglo XVIII y en los albores del XIX. Cosimo participa tanto en la revolución francesa como en las invasiones napoleónicas, pero sin abandonar nunca esa distancia necesaria que le permite estar dentro y fuera de las cosas al mismo tiempo. En esta espléndida obra, Calvino se enfrenta con el que, según él mismo declaró, es su verdadero tema narrativo: “Una persona se fija voluntariamente una difícil regla y la sigue hasta sus últimas consecuencias, ya que sin ella no sería él mismo ni para sí ni para los otros”.
«Es por lo tanto la historia de un hombre que, sin jamás bajar de las copas de los árboles, conocería aventuras, amores y guerras, se cartearía con los sabios de su tiempo, participaría en movimientos revolucionarios. Fundaría sociedades secretas y llegaría a conocer a Napoleón, quién declararía: Si yo no fuera Napoleón habría querido ser el ciudadano Cosimo Rondó.
El protagonista Cósimo Rondó, Barón de Ombrosa, después de rechazar comer el plato de caracoles del banquete familiar, escapó a las ramas de uno de los árboles frondosos del jardín de la mansión de sus padres. Estos le prometen que cuando baje, recibirá un severo castigo, así que él decide no bajar jamás».
Italo Calvino nació en 1923 en Santiago de las Vegas (Cuba). A los dos años la familia regresó a Italia para instalarse en San Remo (Liguria). Publicó su primera novela animado por Cesare Pavese, quien le introdujo en la prestigiosa editorial Einaudi. Allí desempeñaría una importante labor como editor. De 1967 a 1980 vivió en París. Murió en 1985 en Siena, cerca de su casa de vacaciones, mientras escribía Seis propuestas para el próximo milenio. Con la lúcida mirada que le convirtió en uno de los escritores más destacados del siglo XX, Calvino indaga en el presente a través de sus propias experiencias en la Resistencia, en la posguerra o desde una observación incisiva del mundo contemporáneo; trata el pasado como una genealogía fabulada del hombre actual y convierte en espacios narrativos la literatura, la ciencia y la utopía.