Mucho más que la presentación de una novela…
Este 9 de noviembre pasado se presentó en la Biblioteca de Antequera el libro «Almas de Cristal» de Antonio Rodríguez Guerrero.
Era jueves y no fue para mí un jueves más. Siempre, el hecho de asistir a la presentación de un libro es para mí una fiesta. Pero este jueves pasado la fiesta tuvo «algunos colores» añadidos que pusieron del revés mi comodidad vital. Para bien, Para felicidad propia. Quizás para captar lo rescatable que se esconde detrás de los dramas. Y para hacerme eco de una realidad que yo no conocía de cerca e incluso que, hipócritamente, estigmatizaba con mi indiferencia.
Como casi siempre por mi incorporación relativamente reciente a la vida de esta ciudad, tampoco conocía al autor del libro. Ni por asomo sabía del impacto de esos «diversos colores» emocionales que me produjo estar ahí. El negro del drama que cuenta el libro, el verde de la esperanza que Cristina Díaz y Antonio Rodríguez fueron poniendo encima de la mesa con sus sabios comentarios tan acertados. El otro color lo «pintó» el tercer invitado a presidir la mesa, cuando aprecié en su testimonio que detrás de las nubes el cielo sigue siendo azul.
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Solo conocía que Cristina Díaz Reina me recomendaba el libro y ello ya es para mí un marchamo de calidad, porque ella es una de las profesionales de la Psicología en la que pondría toda mi confianza con ojos cerrados si yo buscara asesoría en las dificultades de la salud mental y emocionales …
No me dijo «novela», me dijo «libro», cuando me lo recomendó, ahora sé que ella ya la valoraba como mucho más que una novela buena, por todo lo que se puede inducir desde él y desde su documental anexo. «Te gustará, Charles, te lo aseguro, te enganchará en cuanto lo empieces a leer. Y sabrás captar algunas claves en este libro que arreglarían mucho la sociedad en la que vivimos».
Recorrió la trayectoria y las cualidades del autor y de lo que el libro podía aportar. Nos contó que Antonio Rodríguez es maestro de primaria, de profesión y de vocación. Que su compromiso con la sociedad lo llevaron a especializarse en la intervención social con menores y en la prevención de drogodependencias. Nos dijo que Antonio es, además, técnico profesional en intervención social en este ámbito y monitor en centros de atención a la dorogodependencia y pisos tutelados. Que todo ello le ha proporcionado un entendimiento único en la lucha de las personas con adicciones.
A través de su carrera ha presenciado los efectos devastadores de la drogadicción en individuos y familias dada su labor como voluntario en centros.
Nos explicó también, Cristina, que el autor imparte cursos de prevención en recaídas en la prisión de Archidona y de su titulación en intervención social.
Avanzó Cristina Díaz algunas claves psicológicas y educativas relacionadas con uno de los grandes objetivos de la prevención, la tolerancia a la frustracción y lo importante que es educar en ello desde pequeños.
Intervino a continuación, con mucha claridad expositiva y muy certero, Antonio Rodríguez, quien expuso otra de las realidades, la estigmatización y fue relatando lo que hay detrás en esas luchas personales y familiares, al tiempo que daba pistas para una comprensión y una línea social de trabajo preventivo y curativo.
Agradeció a Cristina Díaz y a «Paco», otra persona presente en la presidencia de la mesa. Recuerdo nítidamente las palabras de Antonio Rodríguez dirigiendo su mirada a «Paco» y con voz sincera agradecerle que estuviera ahí como «un amigo de los que quedan pocos».
Ver la cara de «ese tal Paco» y su gesto intentando disimular una lágrima al sentirse reconocido en esa palabra tan bella como es la de «amigo». ¡Fue tan entrañable!. Era para mí pura poesía. (Después, al irme de la Biblioteca, comprendería que si Cristina Díaz Reina y Antonio Rodríguez habían conquistado mi mente, «ese tal Paco» había conquistado mi alma).
«Ese tal Paco» lleva 21 años de su vida ayudando a desenganchar a muchas personas al frente del Centro de Ayuda y Liberación de Alcohólicos, es decir, que se ha dejado la piel de muchos años intentando mejorar esta sociedad. Así que desde ese día tengo hacia él mi consideración más distinguida. No voy a intentar preguntar ni su apellido ni nada más. Lo que sentí al conocerle ya me lo dijo todo de él, es un ser de luz.
Mientras el autor fue contando los «porqué», los «cómo», los «paraqué» y algunos «quiénes» y «dónde» de esta novela; ambos, él y Cristina Díaz fueron dando pinceladas complementarias al alimón como en una clase magistral interesantísima y ágil de Psicología, de Educación y de Prevención Social. Un lujo para mí escuchar lo que escuché, porque me lleva a aprender cosas que no sabía.
La novela trata, según nos contó el autor, de «un joven, Dani, arrastrado al sórdido mundo de la drogadicción.
A raíz de un trágico accidente se suceden una serie de acontecimientos que lo atraparán en una espiral de autodestrucción, poniendo en grave peligro su propia vida y la de su familia.
Intriga, suspense, acción trepidante… un thriller psicológico intenso que introduce en el oscuro mundo del narcotráfico explorando distintos perfiles psicológicos complejos y sólidos que imprimen a sus personajes una profundidad exquisita.
Dicen quienes ya han leído la novela que la trama está genialmente trenzada por su autor, Antonio Rodríguez Guerrero.
Quizás movido por su oratoria y su capacidad directa de llegada en la narración cuando nos contaba el argumento, yo llegué a imaginar esta novela como el guión ideal para llevar al cine o a una serie corta que, sin lugar a dudas, sería un éxito en Netflix.
Un código QR incluido en la solapilla trasera del libro da acceso a un documental de testimonios que es un verdadero tratado de sociología, del que los distintos intervinientes sociales podrán sacar reflexiones y medidas de prevención social. Ideal para padres y profesores, por la lucidez que aporta.
‘Almas de Cristal’ representa para su autor la culminación de su experiencia en el ámbito de la drogodependencia y de su habilidad para contar historias que conmueven e iluminan a los lectores. A través de esta novela busca aportar luz sobre las luchas que los adictos enfrentan, al tiempo en que enfatiza en la posibilidad de superación y cambio.
Aspira, además, a que su voz y su mensaje se difundan más allá de las páginas de un libro, que esta historia resuene en la vida de aquellos que la lean y que sirva de inspiración para quienes, como él, buscan hacer del mundo un lugar más comprensivo y más humano.
Ya solo me queda leer la novela, la empiezo este lunes, su prólogo, su planteamiento, lo que escuché a Antonio y a Cristina y los trailers del documental en el que también puedo ver el testimonio de Paco, me están llamando ya por dentro para que lo empiece, pero me conozco y cuando empiece a leer, no pararé; así que… lo anoto en mi agenda para el lunes noche.