Pedro Fernández Roales es el autor de ‘ El Arte sin tiempo’, representado en Muñoz Rojas y José María Fernández, el conjunto escultórico más fotografiado de toda Andalucía, por turistas y por residentes en Antequera.
También son suyas ‘La Semana Santa’ en calle Estepa; ‘Cristobalina Fernández’, delante de San Agustín; y el busto de Michael Hoskin, en el mirador que toma su nombre junto al Arco de los Gigantes.
Ahora expone una selección de 32 obras entrañables, testigo de su evolución artística a lo largo de los últimos diecinueve años.
Con esta exposición, el Museo de la Ciudad de Antequera (MVCA) inaugura un nuevo espacio expositivo que albergará muestras temporales de escultores y otros artistas contemporáneos.
Ha reunido treinta y dos piezas que estaban repartidas entre coleccionistas y amantes de su obra por distintos lugares de la geografía europea (alguna ha venido de Japón) y que han sido prestadas al efecto.
Personajes históricos, modelos alegóricos y acciones humanas son los temas que Pedro Fernández expone como referencias entrañables de su trayectoria más íntima y expresiva como escultor.
Piezas en bronce y escayola que suponen su lado más creativo como obra personal, que no tiene nada que ver con la obra pública de encargos monumentales.
«Son corrientes diferentes». (Nos cuenta el autor a Ester Cortés Romero y a mí mientras tiene la paciencia de responder a nuestra curiosidad, admirados por su arte).
«Yo modelo en escayola al molde perdido. Es un paso que me salto con la escultura publica, por el tamaño. Yo modelo en barro igual. Lo que pasa es que hago un tipo de molde que luego se pica y obtengo una copia en escayola, una única copia. Sobre ella vuelvo a hacer otro molde de silicona. De ahí saco las ceras para pasarlo a bronce. Realmente para mí, la obra es la escayola, la del original. Piezas únicas en las que termino de dar los detalles que quiero, le ajusto aristas…»
Ese es mi mundo más personal, el arte es un trabajo muy íntimo, donde yo hago mis estudios y mis investigaciones sobre mi propia expresión artística.
Son piezas de sobremesa que tienen buena acogida entre coleccionistas y aficionados al arte. Las Galerías de Arte han funcionado muy bien en mi caso.
¿Tiene demanda hoy día la escultura ?
Sí. En el sur hay más cultura de pintura y en el norte más cultura de escultura, así que quienes demandan mis obras suelen ser del norte de España, incluso del centro, en Madrid. También Alemania, Suiza, Japón...
¿Cómo es esta exposición? ¿Qué traes a nuestros ojos?
Es una exposición producto de mi obra figurativa, suelen ser realistas, pero también tienen un grado de abstracción; algunas más, otras menos. Es un estilo que se llegó a catalogar como neofiguración en los años cincuenta, sesenta. Es la corriente que me ha interesado trabajar.
Trabajo sobre los aspectos humanos, sobre todo, las actitudes…
La pareja que está, al final se llama «Eros y Ágape», es eso, mi concepto del amor, la parte erótica, pero luego la parte fraternal, la parte leal, la parte de amistad, el amor reflexivo, altruista… entonces ahí quiero decir que una cosa no se construye sin la otra. Luego… «El Abrazo», pues el sentimiento ese de la maternidad… Uso mucho la alegoría, me interesa mucho, ¿sabes?, «Dafne» pues vale, ¿quién es Dafne? a lo mejor te invita a ver sobre el personaje que son las virtudes o lo que en esa época se consideraban las virtudes de la virginidad, de la nobleza personal, la palabra…
Está «Minerva» también, y las figuras del «Ángel Custodio», que al final es algo que no existe; si tienes fe sí existe, son esos ángeles que te cuidan… La sirena también es esa alegoría de estos tiempos… La obra se llama «Cantos de Sirena».
Son mis temas, los que me llaman la atención y trabajo sobre eso.
«La Libertad» por ejemplo, hay varias obras que van en esa línea…. La libertad hoy en día, ¿qué es?.
Esta está en el diván, es la portada de la exposición, está en el cartel.
Está en el psicólogo diciendo, ¿qué es la libertad, qué no es hoy en día?, pues bueno, un poco… esos valores que tenemos de la ilustración ya no están. Estamos cada vez más encorsetados. Y eso es un poco sobre lo que trabajo.
Cómo dices, es un trabajo muy íntimo, ¿no sufrís los artistas crisis de inspiración?
Sí, suele pasar, no sé si a todos; a mí por lo menos sí me pasa a veces.
Como tengo el trabajo de encargo, pues… vamos estirando hasta que llega la inspiración y a lo mejor voy preparando algo, pero se queda en un simple boceto y lo vuelvo a retomar a los pocos meses y cosas así.
¿Has pensado alguna vez qué escultura te gustaría hacer para Antequera?
Sí, pero ya está, El Infante don Fernando. Me hubiera gustado haberlo hecho. Pero no lo habría hecho a caballo, lo habría hecho a pie.
Bueno, Antequera tiene una historia muy grande y hay personajes muy interesantes para esculpir. También haría una imagen genérica en homenaje a la Mujer. Es un proyecto que perfilé, pero no lo he llevado aún a cabo. Es una mujer a caballo, desnuda, con el pelo al viento, significando libertad… y simbolismo del caballo, la fuerza, la naturaleza. Pero luego la mujer desnuda, con un gesto así de sinceridad, de bondad, de pureza…
Tienes un hijo, ¿no?.
Sí.
¿Qué hay de eso de que se transmite genéticamente el arte?
No lo sé todavía. Es aún pequeño. Se pone algunas veces en el taller conmigo, pero nunca se sabe. Ahora está haciendo esculturas, trasteando...
¿Ah, sí?
Pega pegotes, le pone piedras y me dice, ¡Mira, un caracol. El otro día estuvimos pintando un cuadro. Va a su aire. Bueno, ahí está, sacando su creatividad que, por supuesto, yo no quiero limitar ni contaminar.
¿Eres disciplinado en trabajar todos los días tus creaciones?
No conozco otra forma. Busco mis horarios, eso sí. Hoy por ejemplo me había puesto el despertador a las seis, pero me desperté a las cuatro y media. Al momento ya estaba trabajando. Hasta que he quedado con vosotros y ya ves son casi las dos de la tarde. Aprovecho las horas de fresquito ahora en verano que suelen ser las horas tempranas y me quito a la una. No me cunde el calor. Cuando baja el sol un poquito, me engancho otra vez y… porque a veces te dan hasta las dos de la mañana… No tengo horario pero dedico muchas horas a este arte que me gusta, es trabajo y es amor al arte, es uno de los amores de mi vida.
Se ha difundido mucho tu obra «Equilibrio femenino» en fotos tomadas en una sala de exposiciones a los pies de la Alhambra.
Sí, fue finalista, quedó la segunda en el X concurso de Artes Plásticas de Dcoop y se expuso en la Sala Rey Chico, una sala muy acogedora para el arte en Granada.
Pero yo no suelo presentarme a concursos con mi obra personal -con la pública lo exige el guión- es verdad que en esta ocasión me apeteció hacerlo.
Mi obra es un poco clásica. Dentro de que puede parecer más contemporánea, es una obra clásica, la estructura es clásica y el formato es clásico. Eso ya no es moderno. Y los concursos suelen buscar algo emergente siempre, lo más novedoso, lo último, la vanguardia. Yo no trabajo ese tipo de exigencia. A veces estoy tentado de hacer algún experimento, de hacer alguna cosa, pero no me encuentro cómodo.
Eres un gran artista y… sin embargo eres una persona accesible. No es muy habitual.
Mucha gente me dice: eres muy sencillo, muy campechano…
Callado, pero cordial, accesible, acogedor… se te ve muy buena persona.
Soy muy normal. Es que no sé qué esperáis de un artista, en serio, que fuéramos extravagantes o algo así. Es que me visto normal, hablo normal, me gustan las cosas normales. Me gustan los huevos alfombrados esos del «Juanchi». La vida normal. Mi casa, mi familia, mi hijo, ya está.
(mis manos le aplauden sin que yo se lo haya ordenado, será que sintoniza su frecuencia y que a mi cerebro le cae bien, le parece un gran tipo)
Me gusta lo que a todo el mundo, esta cerveza fresquita, el cariño de mi hijo, los pasteles…
La exposición estará disponible para su visita, gratuita, hasta mediados de octubre en el patio del MVCA, en horario de 10:00 a cierre del museo (18:00h).
Nació en Zamora en 1980 y recaló en Antequera por amor.
Ya en 2014 aprobaron el encargo de su primera obra pública aquí en nuestra ciudad ( ‘La Semana Santa’, ubicada en Calle Infante don Fernando). Salió a concurso, presentó un proyecto y gustó.
En Antequera ya hay una colección al aire libre de sus obras y también en localidades cercanas y grandes capitales. Villanueva de la Concepción, Cartaojal, Casabermeja, Riogordo, Alfarnate, Colmenar Viejo, Madrid, Sevilla… tienen, en sus emplazamientos icónicos, esculturas de Pedro Fernández Roales.
En formato pequeño suele trabajar con una galería de Madrid, otra de Zamora y la de Mijas, que difunden su obra a miradas infinitas.
También imparte clases en el Museo de Casabermeja, vaciado, modelado…