Foto de portada: José Díez de los Ríos | Cuando el globo aterrizó, Jose Díez de los Ríos saltó la barquilla para documentar el momento.
«Un foráneo en el paraíso» | ChLL Blog City atqmagazine.es
El pasado 27 de marzo* no fue un día cualquiera en Antequera. Fue un momento suspendido entre cielo y tierra, entre la memoria y el porvenir. Los Clandestinos Culturales alzaron nuevamente el vuelo, esta vez de forma literal, para celebrar el equinoccio de primavera con una propuesta tan poética como simbólica: sobrevolar Antequera en globo aerostático, saludando al Universo desde el aire.
*Esperamos a que apaciguaran las tormentas habidas en días cercanos al equinoccio.
Inspirados en aquella primera hazaña aérea de los hermanos Montgolfier en el siglo XVIII, este evento rindió homenaje a la osadía de soñar, a la imaginación que se eleva, y a quienes, desde todos los rincones del tejido social, encarnan con dignidad y belleza la diversidad de nuestra Antequera.
Así como aquellos pioneros franceses lanzaron su globo como una declaración de posibilidades infinitas, esta travesía en el cielo andaluz quiso ser también una ofrenda a los nuevos comienzos, al renacer de la primavera y a la esperanza que se gesta cuando miramos al mundo desde otra perspectiva.
Cada persona invitada a este vuelo inaugural —algunas conocidas, otras anónimas, pero todas profundamente significativas— representó una faceta distinta de la vida colectiva: el arte, el trabajo silencioso, la memoria de la Tierra, la juventud esperanzada, la sabiduría del tiempo…
En la barquilla del globo, suspendidos en el aire, se realizó un acto íntimo pero cargado de simbolismo, como un susurro elevado al cosmos, un canto de bienvenida a la estación del florecimiento.
Este gesto —tan sencillo y a la vez tan poderoso— es una manera de decir que todos y todas, sin importar el lugar que ocupamos, somos parte del gran ciclo de la vida. Al igual que los equinoccios marcan un equilibrio perfecto entre la luz y la oscuridad, estos vuelos buscan también reconocer el equilibrio humano: la armonía entre lo visible y lo invisible, entre los grandes nombres y las historias que raras veces se cuentan.
Los Clandestinos Culturales no solo regresan: se elevan. Y al hacerlo, nos invitan a mirar hacia arriba, hacia dentro, hacia el otro. Porque cada vuelo es un tributo al espíritu que se niega a quedarse en tierra. Y cada estación que llega, una oportunidad para florecer, juntos.
Primeras instrucciones del piloto, José Rafael
El piloto, José Rafael daba las instrucciones para caso de emergencia en el aterrizaje. Es obligatorio practicarlo antes de comenzar el vuelo.
Micro crónica del Clandestino Equinoccio de Primavera 2025
Así fue. Sin más señales que el murmullo del viento nuevo y una coordenada enviada con discreción.
La cita: Antequera, entre la tierra antigua y el cielo que despierta. Desde ahí, un todoterreno de Gloventosur y otro, con la generosidad presente de Joaquín Castro, director de la EMMA
(co-organizadores del acto), nos llevaron hasta la Venta de los Pilotos.






Allí, como si se tratara de una ceremonia tribal pero elevada, se desplegó el globo. Verlo tomar forma es un espectáculo en sí mismo —el aire, el fuego, la tela— y quienes quisieron, pusieron manos, miradas y asombro para formar parte del ritual.


¡A disfrutar!



Una vez en el aire, suspendidos sobre la geografía emocional del paisaje, Mary Paz Alba dio voz al alma de Whitman leyendo su poema Creo, de Hojas de Hierba. El poema, flotando en el silencio del cielo, parecía hablarle al sol, al aire, a nosotros.
Creo que una brizna de hierba no es menos que el camino que
recorren las estrellas.
Y que la hormiga es perfecta, como también lo son el grano de arena
y el huevo del gorrión.
Y que la rana es una obra maestra
digna de las más altas creaciones.
Y que la zarzamora podría adornar los salones del cielo.
Que la más pequeña articulación de nuestras manos
podría avergonzar a la máquina más compleja.
Y que la vaca que pasta con la cabeza gacha
supera a todas las estatuas.
Que un simple ratoncillo es un milagro capaz de asombrar
con su astucia a millones de incrédulos…
Walt Whitman
Habíamos pensado que Lourdes Castro Rojas acompañara la travesía con su violín, pero comprendimos que no todo debe ser ejecutado si puede ser sentido. Ella también debía volar libre de cuidados, (la barquilla es un espacio pequeño, y hay que optimizarlo para poder disfrutar del viaje). Porque ese era el objetivo: estar presentes, ser parte del símbolo, vivir el tránsito.
La ropa cómoda, las capas que vinieron con la brisa de la madrugada, se iban con el solecillo de la mañana, los prismáticos bien asegurados: todo en armonía con la sencillez del momento. Y, por supuesto, las fotos, los ojos abiertos, las memorias guardadas en la retina y en el alma.


Este no fue solo un vuelo. Fue un saludo al cambio de estación, un pequeño acto ritual compartido con personas que significan algo más que nombres en una lista, que se irá ampliando en los próximos Clandestinos del Solsticio de Verano, Equinoccio de Otoño y Solsticio de Invierno de 2025 formando juntos un mosaico vibrante de talento, esfuerzo y pasión, que simboliza la diversidad y la riqueza de Antequera en su más amplia expresión:
La música – Lourdes Castro, violinista | nos recuerda la capacidad del arte para conectar almas
Lourdes no solo toca el violín: lo susurra, lo respira, lo eleva. En sus manos, el arco se convierte en ala, y cada nota es una semilla de emoción sembrada en el aire. La conocí entre los rayos de sol suaves de un acto cultural en la Biblioteca de San Zoilo, cuando hizo de Mediterráneo una oda y una caricia, un canto al origen y al deseo, que cautivó a todos los que escuchábamos. La música, en ella, no es solo arte: es refugio, es puente entre almas, es la forma más pura de decir sin palabras. Su papel en la sociedad es el de recordar lo invisible: que seguimos sintiendo, soñando, y siendo humanos.

La enseñanza – Mary Paz Alba, maestra del asombro | el puente entre el conocimiento y la emoción
Mary Paz no enseña: abre puertas en la mente. Con su voz pausada, como quien comparte un secreto valioso, siembra en sus alumnos el temblor dulce del descubrimiento. No hay teoría que no se transforme en experiencia, ni explicación que no termine con los pies en la tierra, el alma alerta y el corazón un poco más lleno. En ella, el saber es un río que nunca se impone, sino que invita, acaricia, envuelve. Nos conduce por la herencia del patrimonio, por la belleza callada del entorno natural, como quien lleva de la mano sin dejar de mirar a los ojos. En su presencia, uno no solo aprende: se reencuentra con la curiosidad primera, esa que mueve el mundo.

El cuidado del medioambiente – Aurora Baena, sembradora de futuro | inspira a cuidar la tierra que nos da vida.
Aurora camina como quien escucha a la tierra. Su vida es un entretejido de raíces y cielos, de gestión fértil y visión poética, ahora desde la gerencia de AMJA. No solo diseña jardines: sueña ciudades verdes, necesarias, urgentes. Desde su oficio técnico y su alma paisajista, convierte cada trazo en un acto de amor al entorno, cada gestión en una brújula que apunta al verde. En sus palabras late una rabia serena, una esperanza lúcida que no se resigna. Gerente, activista, impulsora incansable: Aurora es una de esas manos invisibles que cambian el mundo, no con estruendo, sino con la paciencia de quien sabe que todo florece si se cuida. Ella dignifica lo verde y, con ello, lo humano.

El arte de la Fotografía – José Díez de los Ríos, el ojo que piensa captura la esencia oculta en cada rincón del mundo
José no dispara una cámara: escucha con la mirada. En su forma de enmarcar el mundo hay algo más que técnica: hay conciencia, hay pensamiento, hay alma. Filósofo de la imagen, artesano de la luz, pone sus lentes al servicio de lo esencial, no de lo aparente. Sus fotografías no decoran: revelan, denuncian, acarician. He compartido con él momentos y conversaciones que me dejan mejor de lo que entro, con esa mezcla de entusiasmo sereno y sabiduría sin vanidad. José ha recorrido continentes buscando rostros y silencios, pero es en su mirada donde todos esos paisajes confluyen. En él, la fotografía no es sólo arte ni documento: es un acto de humanidad. Es presidente de AFA, que es una agrupación con mucho arte y uno de los motores que dignifican la Cultura en Antequera.

La infancia – Jimena Barón Lozano, semilla del porvenir | el potencial y la esperanza del futuro
Jimena aún no tiene 11 años y ya lleva en su mirada la promesa intacta de un mundo más justo, más amable, más despierto. Habla con esa lucidez que sólo tienen los niños cuando aún no han aprendido a callar lo que sienten. Su inteligencia brilla, pero lo que deslumbra es su forma de nombrar las cosas, de entenderlas con naturalidad asombrosa, como si llevara siglos escuchando al mundo con atención. Parece que se ha tragado un sabio. Representa la infancia, sí, pero también el sueño: ese anhelo persistente de que aún podemos hacer las cosas bien. En ella el futuro no es una utopía lejana, sino una posibilidad real que ya empieza a escribirse. Esta niña es genial.

El deporte – Pepi Sánchez Quintana, la fuerza y la velocidad del tiempo la perseverancia
Pepi es un huracán de resistencia, voluntad y alegría. ¡Y de dulzura!. A sus 75 años, se niega a que el tiempo la limite, y con cada zancada rompe las barreras de lo que se considera posible. No solo es campeona: es un símbolo de tenacidad, de cómo la edad no es un freno, sino un nuevo horizonte. En su categoría, reina en los 200, 400 y 800 metros, desafiando las leyes del tiempo con cada carrera, cada marca, cada medalla. Su historia es la de alguien que, a los 70, se lanzó al atletismo y hoy es un referente en Europa, una inspiración para todos aquellos que creen que el futuro se apaga con los años. Pepi demuestra que no importa el número de velas en el pastel: el espíritu sigue siendo joven, siempre dispuesto a correr hacia nuevos logros.

La comunicación – Paco Peramos, la voz que conecta mundos puentes entre ideas y personas
Paco tiene la capacidad de convertir cada palabra en puente. Como comunicador, no se limita a informar: interpreta, conecta, comparte. Su voz en los medios no solo transmite hechos, también emociones y pensamientos que invitan a la reflexión. Estudioso y culto, sabe que el conocimiento no tiene fronteras y lo lleva a donde quiera que esté: desde los deportes hasta la cultura, su mirada abarca todo lo que da forma a la vida. Viajero incansable y director artístico de Los Clandestinos, Paco no es un hombre que se quede en un solo espacio, sino que es el crisol donde convergen tantas pasiones como facetas posee. Su vida es una búsqueda constante de lo bueno, de lo relevante, y lo hace con la autoridad que le dan años de méritos, una curiosidad sin fin y una maestría en la que vuelca mucho esfuerzo y preparación.

El explorador – Fernando del Pino, y defensor del alma del pueblo | el bienestar colectivo
Fernando es un hombre que lleva en el pecho la defensa de su tierra como estandarte. Aunque su trabajo profesional transcurre por senderos diferentes, su corazón late al ritmo de la Peña de los Enamorados y El Torcal, dos iconos naturales que representa con la misma pasión con la que defiende los derechos de su gente. Conoce como pocos El Torcal y como casi nadie cada centímetro cuadrado de la Peña de los Enamorados. Experto entre otras cosas en geodesia, (arriba dio un recital de sabiduría), se sabe el territorio no solo desde sus coordenadas, sino desde la esencia que lo une a él y a los demás. Activista incansable en ayuda social, su voz se ha alzado en muchas ocasiones para que muchos no se queden en la sombra, para que cada persona tenga el derecho de ser escuchada. Fue coordinador de asociaciones de voluntarios, creador de plataformas ciudadanas. Fernando es un hombre del pueblo que ha logrado darle voz a muchas sugerencias civiles, con propuestas que no son sueños lejanos, sino acciones concretas, siempre desde el respeto y la elegancia de formas, que buscan hacer de Antequera un lugar mejor.

Al rescate en Tierra – Joaquín Castro y Víctor Gálvez. La EMMA
Joaquín Castro y Víctor Gálvez | La EMMA son Co-organizadores de los Clandestinos del 2025, su misión es clara: mantener la música viva en estos Clandestinos, como una necesidad tan esencial como el aire. Alto nivel de entrega generosa y buen hacer para que todo saliera bien. Imprescindibles.

Nota final: Hay una documentación fotográfica muy interesante desde arriba facilitada por José Díez de los Ríos y por Fernando del Pino; así como imágenes en vídeo de Paco Peramos. Las primeras podremos verlas en una exposición al finalizar todas las expediciones. El vídeo de creación personal y artística suprema lo subirá a su Televisión (101Tv Antequera) el propio Peramos, emitiéndolo en alguno de sus interesantes programas.


Nuestro agradecimiento más sincero a la compañía Gloventosur que lleva volando desde 1997 con más de 3.000 vuelos en distintas zonas geográficas de España, además del Geoparque de Granada, y que desde meses atrás han incluido a Antequera en su Ruta de Vuelos. Gloventosur tiene en Antequera un piloto excepcional: José Rafael. Y un equipo de rescate infalible en la figura de Miguel.
