Con modales exquisitos, amabilidad suprema, simpatía a raudales y ese tono tan cautivador (si ya me encanta el tono francés, no te digo más si lleva acento andaluz) de otro de sus tantos idiomas «L’espagnol», me dijo: «Me gusta mucho Antequera porque es una ciudad muy cultural, muy bella de visitar. Es como en Roma, en la antigua Antequera es una maravilla que no hayan puesto los inmuebles nuevos y muchos se hayan quedado, monumentos, iglesias, antiguas casas palacio y otras construcciones… es una maravilla. Es histórica, es cultural, es una huella del pasado importantísima»
– Intuyo que no es de aquí.
-¿Lo dice por el sonido de mi voz?. Soy francesa.
No era fácil averiguarlo cuando Fran Tejada y Ana Navarro me dijeron que me presentarían a Nena, escultora de Humilladero, pensé que iba a encontrarme con una escultora malagueña.
– Soy francesa por mi padre, española por mi madre. Nací en París y pasé los veinte primeros años con mi padre y mi madre, él era cónsul de Francia y teníamos que cambiar mucho de países. «Hemo» hecho Guinea francesa, «hemo» hecho Burundi, «hemo» hecho Irán y algunos países de América Latina. Con tanto viaje a otras costumbres solo vi muy feliz a mi madre cuando veníamos a España, hacíamos diez meses fuera y dos en España. Y me dije a mí misma que algún día me gustaría pasar mucho tiempo aquí en Andalucía con su recuerdo. Llevo desde 2017 en estas cercanías maravillosas de Antequera.
– ¿Desde cuando se dedica usted al arte?
Yo no hacía más que mirar, mientras hablaba con ella una de las piezas que estaba colocada en el horizonte de mi vista. Era un caballo con estampa de escultura etrusca que asaltaba fulgurantemente a mis ojos, por su forma y por su mármol rojo veteado que conquistaba mi mirada.
– Empecé muy joven pero mi padre no quería porque para ellos del arte no se vive, no comes, es para pasar el tiempo, es una vida insegura de ingresos, así que durante un tiempo estudié Economía Social y cuando me independicé seguí con mis inquietudes artísticas a las que previamente solo podía dedicarme entretiempos.
–¿Qué materiales suele utilizar?
Utilizo sobre todo el mármol y el bronce, dos escuelas completamente diferentes que «se oponen mismo», (¡qué gracia esos giros expresivos!) pero que comprendo a las dos y me encantan las dos. Una está sola, el mármol ; en el bronce necesitas la colaboración del fundidor de bronce. Es completamente diferente, con mármol tienes que ver lo que vas a hacer dentro más o menos y quitar lo que sobra.
–Suena muy fácil.
-(Riendo). Bueno cuando tienes pasión, es fácil.
El bronce lo hago todo primero con terracota, después hago un molde y este molde lo doy al señor que trabaja en la fundición (saber fundir es otro arte) y él saca ese molde en bronce, es un 66% de cobre y el resto otros materiales.
–Ha expuesto en Galerías muy importantes de Europa, algunas españolas, ¿Es la primera vez que expone en Antequera?
– Sí, sí. Han sido muy amables en invitarme aquí en AFA. Y he traído una pequeña muestra.
–Pues es un orgullo para Antequera recibir a una escultora tan premiada, me constan algunos. Dígame si me equivoco: Premio de la Crítica de Arte Barcelona | Premio de la Ciudad de Bressuire ( Francia) | premio del Público en Vovant ( Francia) | Medalla de Oro en el salón du Val de Cher ( Francia) | Premio del Consejo general Charente Maritimes ( Francia) …
No se equivoca, está usted en lo cierto, pero mis mayores premios han sido poder contagiar el amor a la escultura a niños y a mayores y las relaciones humanas que gracias a ello han sido maravillosas.
(Me cuenta algunas anécdotas emocionantes, otras curiosas y misteriosas, otras divertidas...)
–Me encanta este caballito etrusco, sin desmerecer otras figuras, que sé que tienen un valor artístico importante. Cuando yo era joven leí a Italo Calvino en algunas referencias a la cultura etrusca y me obsesioné con una figura, totalmente diferente a esta, más parecida a las que siglos más tarde hiciera Giacometti. No paré hasta conseguir una pequeña estatuilla en bronce del «Ombra della sera» que todavía conservo, copia del que se puede contemplar en el Museo Etrusco de Volterra, en Italia. Es una línea diferente, pero con idéntica simbología, quizás por eso me llame la atención tanto este caballo. Es también una pieza distinta a otras piezas de esta exposición.
–Me encantan las civilizaciones antiguas. En los etruscos no llegamos a conocer lo que han escrito. No hemos llegado a descifrar su idioma. El griego antiguo lo conocemos, el egipcio también… pero el etrusco, no. Y ellos eran una civilización esplendorosa, no tenían miedo de la muerte… es una civilización que me gustaría conocer mejor.
Le pregunté por las vetas claras del mármol rojo y me comentó que son «las venas» de la piedra. !Qué metáfora más bonita para explicar una realidad distinta!.
Me dijo de donde procedía esta piedra y no os lo cuento porque eso daría más valor a esta pieza en caso de puja y no quiero que tenga otro postor.
–¿Y este buho tiene algún significado especial para usted?
–Bueno, es un símbolo universal de inteligencia, brillantez, de sabiduría, de poder y conocimiento. Es el símbolo de los filósofos griegos. En España y en Francia un buho representa el conocimiento en el sentido de compartirlo con otras personas.
Le pregunté si había hecho más escultura etrusca y me enseñó libros con las esculturas que hace cada año (los tiene expuestos también). En ellos pude ver, además de infinidad de piezas muy llamativas, su dedicación al mundo de los niños y también a causas humanitarias. Nos quedamos hablando un buen rato de su afición a las diosas antiguas.. » a todo lo que nos relaciona al pasado»… me dice: «sin pasado no hay futuro, para mí es esencial».
Hablamos del desencuentro de Da Vinci y Miguel Ángel, de Donatello, de Bernini, de Rodin, del propio Giacometti…
…y de sus clientes franceses de piezas grandes como las esculturas monumentales que de ella tienen en varias ciudades, «El Encuentro» y «El Futuro» en Niort-Francia, la de «El Peregrino» en Cursi-Italia o la «Mujer Universal» en Humilladero…
–Tengo entendido que ha expuesto usted en galerías de arte renombradas.
-Sí, dentro y fuera de España.
Me citó algunas. «Vents du Sud» en Nantes, Galerie du Palais Gallien» en Bordeaux, «Galerie du Colombier» en París, «Galerie Nazelle » en Toulouse… ( otras en Marbella, Girona, Nerja, Mijas, Rochefort, Saint Jean de Luz…
Pero esta conversación queda inacabada. ¡Creo que me he enamorado y tengo que volver!: ese caballo etrusco me ha conquistado. ¿Podré aguantar a que termine la exposición para ponerle una brida estratégica comercial?. Bueno, de momento vendré a verlo cada día hasta el 24 de mayo que finaliza la exposición.