El jardín del Sagrado Corazón de Jesús se encuentra ubicado en el lugar donde un día fue llamado el Cerro de la Horca. Durante los siglos XVI y XVII era el sitio empleado para las ejecuciones a muerte por parte del Consejo de la Ciudad o del Santo Oficio de la Inquisición. También fue durante el siglo XVII, cuando este cerro fue utilizado como carnero, lugar donde se cavaban zanjas o grandes hoyos utilizados para sepulturas colectivas, en los periodos de epidemias de peste.
El monumento del Sagrado Corazón de Antequera debe su origen a la iniciativa y el esfuerzo del presbítero don Pedro Pozo Soria quien, como ya nos anunciaba la prensa en junio de 1925, fue el artífice de llevar a cabo la idea de erigir un monumento en la glorieta alta que llamaban de los Colegiales. Se recogieron más de mil firmas que fueron entregadas al Ayuntamiento para que patrocinara el proyecto. El pleno respondió otorgando una subvención de 5.000 pesetas para la causa. Iniciados los pasos para llevar a buen puerto la obra, se celebró una reunión de señoras de la burguesía antequerana en la casa Bouderé, asistiendo a tal acto también el delegado gubernativo, el señor Móner, el 18 de julio de 1925.
Como apunte histórico, el 30 de mayo de 1919, se consagró la España de Alfonso XIII bajo la protección del Sagrado Corazón de Jesús en el Cerro de los Ángeles, Getafe. La devoción al Sagrado Corazón se manifestó con gran fervor durante los siglos XIX y XX, más de 1.500 ayuntamientos acabaron consagrándose a esta advocación y se erigieron más de 326 monumentos en lugares públicos. El beato jesuita Bernardo de Hoyos en 1733 recibió la revelación del Sagrado Corazón: “Reinaré en España y con más veneración que en otras partes”. A partir de entonces fue muy extendida la devoción a esta imagen por toda la geografía española.
El 8 de septiembre de 1925, en la residencia de doña Rosalía Laude, viuda de Bouderé, quedó constituida la primera junta donde se desarrollarían todos los temas a tratar para la obra del monumento. Entre los numerosos asistentes, destacaron doña Rosalía Laude, que encabezó la junta como presidenta, acompañada de otras notables señoras de la sociedad antequerana como eran: doña María de Luna, señora de Moreno Fernández de Rodas; y la señora viuda de Benjumea, doña Dolores de Lora, entre otras. También estuvieron presentes: el vicario arcipreste, señor Moyano; el juez de instrucción, señor Lacambra; el presbítero, don Pedro Pozo; el presidente del Círculo Recreativo, señor Alcalá; el registrador de la Propiedad, señor Cazorla; el alcalde de la ciudad, el señor Moreno Fernández de Rodas; y el ilustre escultor antequerano, don Francisco Palma García, quien presentó dos preciosos proyectos y le fue encargado hacer la maqueta del proyecto en escayola.
En esta reunión se establecieron determinadas pautas a seguir como fueron las de redactar circulares para solicitar ayuda económica a las personas pudientes de la ciudad, así como la ayuda inestimable también del pueblo en su conjunto, ya que cualquier aportación era necesaria. Precisamente por este motivo, se constituyó una comisión de caballeros y señoras, los cuales visitaron los domicilios de los antequeranos buscando suscripciones para tal fin. Se llevaron a cabo numerosas actividades en torno a la realización de esta obra. Las iglesias de la ciudad también contribuyeron estimulando al pueblo creyente para que aumentara las donaciones y, así, pudiera verse hecho realidad el proyecto lo antes posible.
El escultor Palma García, siendo residente en la ciudad de Málaga, modeló la escultura en la antigua iglesia de la Aurora, situada en la actual Avenida de Fátima de la capital malacitana. El 28 de octubre de 1928, la imagen fue enviada a Madrid para que fuera fundida en bronce por la reputada fundición de Codina Hermanos.
El 5 de abril de 1929, la escultura que contaba con más de cuatro metros de altura, fue colocada sobre su basamento de mármol blanco, ideado y proyectado por el arquitecto don Daniel Rubio. El ornato del pedestal contó también con la colocación de cuatro escudos fundidos en bronce de las antiguas cofradías: La Venerable Esclavitud de Nuestra Señora de los Remedios, costeado por doña Remedios García Gálvez; la Real e Ilustre Archicofradía de la Santa Cruz de Jerusalén, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Socorro, por Jerónimo Santaolalla; el de la Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Paz, por diferentes miembros de la cofradía; y el de la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, Quinta Angustia y Santo Entierro, que fue sufragado por don José García Berdoy. Un bello cáliz de bronce también forma parte de la ornamentación del pedestal. Por último, los cuatro faroles que rodean y embellecen la obra escultórica fueron donados por doña María Teresa de Rojas Serrailler.
Los escudos mencionados anteriormente fueron fundidos en bronce por un maestro fundidor antequerano, mi bisabuelo, don Antonio Medina Torres. Trabajador de fundiciones señeras antequeranas como las de Manuel de Luna Pérez y Antonio Aranda. Fue amigo y vecino del presbítero don Pedro Pozo, párroco de la desaparecida iglesia de San Isidro, situada en calle de la Vega.
Aunque el monumento quedó colocado en su pedestal el 5 de abril de 1929, la inauguración de la obra se fue dilatando en el tiempo debido a contratiempos que fueron surgiendo. Los escudos no estuvieron listos para esa fecha, la Junta Organizadora gestionaba la asistencia de diferentes personalidades al acto para una fecha que aún era inconclusa, también se pedían más donaciones para hacer frente a pagos pendientes de los trabajos realizados. Además, se solicitaba desde los medios que, todas aquellas personas que tuvieran plantas, contribuyeran con su donación para embellecer los jardines alrededor del monumento.
Tras el golpe de Estado que se perpetró el 18 de julio de 1936 a la II República Española (1931-1939), con un ambiente político y social muy candente debido a la situación de ese momento, un grupo de exaltados en los prolegómenos de la Guerra Civil, acudieron hasta los jardines del Corazón de Jesús donde, con un camión con unas grandes cadenas enganchadas, derribaron y destrozaron parte del pedestal provocando la caída de la escultura, la cual sufrió daños en una de sus manos. Ese fatal incidente ocurrió en los primeros días de agosto de 1936. El 23 de agosto de 1936, el Sol de Antequera nos hacía eco de las decisiones tomadas por la Corporación Municipal y su alcalde don Santiago Vidaurreta Palma, decisiones que consistieron en reconstruir el monumento y que se le rindiera culto a la imagen de forma provisional en el Asilo de la Inmaculada.
Fue en febrero de 1937 cuando la escultura volvió a su pedestal. La bendición del monumento se alargó en el tiempo, siendo finalmente el 27 de octubre de 1940. Acudió lo más granado de la sociedad antequerana junto con la asistencia de autoridades civiles, eclesiásticas y militares. Cabe destacar la figura del señor Obispo de Málaga, don Balbino Santos Olivera, presente en todos los actos que se desarrollaron.
Cuidemos, valoremos y respetemos uno de los jardines más bonitos que poseemos en la ciudad. Conozcamos la historia del monumento que lo preside y le da nombre, la historia de muchos antequeranos que contribuyeron con su trabajo, esfuerzo y donaciones a que se hiciera realidad este proyecto que se ha perpetuado en el tiempo hasta nuestros días. En definitiva, apreciemos nuestro rico patrimonio, que es mucho y muy valioso.
Me van a permitir que este artículo se lo dedique a mi abuela, doña Socorro Medina Capitán, estoy segura de que le hubiera gustado mucho leerlo. Gracias por todo lo que nos enseñaste, siempre estarás en nuestro recuerdo.
Ester Cortés Romero es brillante (Carlos L.| editor).
Diplomada en magisterio y Licenciada en Publicidad y RRPP. Enamorada de la Historia, del Arte, de la Cultura, de los libros, y de su ciudad, Antequera, dando valor a muchas otras del resto del mundo -en especial Sevilla y París-.
Una persona JASP (acrónimo de Joven Aunque Sobradamente Preparada). Con capacidades enormes de documentalista, puede dedicar el esfuerzo de horas “de ratón de biblioteca” hasta encontrar un dato fidedigno para dar rigor a sus escritos y a todo lo que hace, porque a ella no le vale cualquier cosa. Su capacidad didáctica descriptiva es otra de sus virtudes, a la que une la pasión por contar a los lectores cosas interesantes de su Antequera natal donde ha sido y es feliz.
Genial conversadora, culta, inteligente, actualizada, sencilla, familiar, deportista practicante, excelente persona…
BIBLIOGRAFÍA:
- “Antequera Callejero Histórico”. Juan Manuel Moreno García. (2013).
- “El Arquitecto Daniel Rubio Sánchez: su relación con Antequera. Tres etapas: 1909-1910/ 1925-1929/ 1932-1935”. María Pepa Lara García. (Revista de Estudios Antequeranos, 2011).
- www.rah.es
- El Sol de Antequera.
- Archivo Histórico Municipal de Antequera.
- Fotografías archivo familiar Cortés Medina.