Los perros son más que mascotas, por algo se dice que son el mejor amigo del hombre. Son nobles, cariñosos, leales como nadie, nos protegen…
Son capaces de brindarnos todo su amor sin pedirnos nada. Son mucho más que animales de compañía.
Da lo mismo si son de raza pequeña, grande, más feíllos o guapísimos y con planta, son especiales, un motivo de alegría en muchas personas como yo que no concebimos la vida sin su presencia.
Comparto contigo algunas certezas de su vida sabia. Si las contrastas con algunas formas de actuar de humanos, ¡cuánto tendríamos que aprender de ellos!:
Isabel Montiel | Veterinaria
Nunca dejan pasar la oportunidad de salir a pasear.
Experimentan la sensación del aire fresco y del viento en la cara, sólo por placer.
Cuando alguien a quien aman, se aproxima, corren para saludarlo.
Cuando es necesario saben practicar la obediencia sin servilismo.
Dejan que los demás conozcan cuando están invadiendo su territorio.
Siempre que pueden se echan una siesta y se estiran antes de levantarse.
Corren, saltan y juegan diariamente.
Son siempre leales.
Comen con gusto y con entusiasmo pero paran de hacerlo cuando están satisfechos sin acabarlo todo.
Nunca pretenden aparentar algo que no son.
Si lo que desean está enterrado, cavan hasta encontrarlo.
Cuando alguien a quien quieren tiene un mal día, guardan silencio, se sienta cerca de él o ella y tratan de agradarlos.
Evita morder por cualquier problema, solo ladra.
En los días cálidos se acuestan sobre tu espalda en el prado y no necesitan más.
En los días de más calor, bebe mucha agua y busca descansar bajo un árbol frondoso o en su rinconcito preferido.
Cuando se sienten felices, bailan balancean su cuerpo y mueven la cola.
No importa cuantas veces son censurados, no asumen ningún rencor ni se entristecen, corren inmediatamente hacia sus amigos.
Se alegran por el simple placer de una caminata.
Están siempre alerta pero tranquilos.
Dan cariño con alegría y dejan que sus queridos le acaricien.
Isabel Montiel | Veterinaria