5 trazos poéticos de Inmaculada Pérez García | 2 alegrías y tres tristezas

SINGILIA BARBA

Cerro
Que desciendes ladera abajo ocultando secretos antiguos
Pirámide preñada de galerías que sucumben al dominio del agua
Pasadizos y Oquedades lúgubres que velaron vencidos huesos
Piedras
Sillares que parieron templos, columnas que los sustentaron
Y que hoy yacen mermados contando la historia de lo que fueron
Escalinatas que hoy conducen a matorrales y ayer a cómodas estancias
Tierra
Tímido iceberg que apenas muestra retazos de majestuosas gradas
Que ocultas y proteges cientos de historias de cómicos y valientes
Que ofreciste fruto, caminos y esplendor a nobles ciudadanos
Ciudad
Que ayer fuiste testigo de grandeza. Imponente, y digna
Y hoy dormitas cautiva y paciente esperando la ocasión
De resurgir como ave fénix de las entrañas de la tierra.

Inmaculada Pérez García

PEÑA DE LOS ENAMORADOS

Efigie que dormita retando al cielo,
durante miles de años venerada.
Fuiste brújula fiel de pueblos antiguos
a los que prodigaste sustento y vida.

Confidente casual de Tello y Tazgona,
avalista de un pacto de amor eterno.
Te percibo etérea, levitando a veces,
dominando esta vega verde aceituna.

¿Qué embrujo es el que derrochas ante mí,
que puedo sentir cada vez que te miro,
entrelazados como eternas sierpes,
el pasado, el presente y el futuro?

Cuando mi cuerpo abone esta misma tierra,
tú seguirás aquí, fiel, inquebrantable,
guardiana de lunas, dólmenes y olivos
de esta majestuosa ciudad antigua.

Inmaculada Pérez García

LA NANA DE LA PATERA

A la nana nanita
de la mar serena
que a falta de cunas
meces pateras…

Mi niño, resiste y calla
que allí a lo lejos
se adivina la playa.

A la nana nanita
de la mar serena
juntos haremos
un castillo de arena

No me mires así, ¡Corazón mío!
que no sé si esos ojitos
son de hambre o son de frío.

A la nana nanita
de la mar en calma
cada vez que me sonríes
¡Se me encoge el alma!

Inmaculada Pérez García

GAZA


Solo el polvo permanece
¡solo el polvo!
que como cuchillo siniestro
atraviesa el aire masticable

Sábanas púrpura que desfilan
¡sábanas púrpura!
ansiando un lugar de reposo
y no hallan tumbas ni flores

Cárcel de muerte que atraviesan
¡cárcel de muerte!
almas obedientes hacia la nada
buscando el mar o el cielo

Zumbidos de odio que se mezclan
¡zumbidos de odio!
con llantos incontrolados
de sonrisas que nunca serán

Esperanza perdida que sucumbe
¡esperanza perdida!
a intereses que no interesan
a vida que ya no es vida.

Inmaculada Pérez García

CEBOLLA Y SANGRE

En honor a Miguel Hernández y su poema “Las nanas de la cebolla”

En un rincón del desconsuelo,
con mustios dedos de alambre,
un corazón en tinta viva
emborrona versos de hambre.

Sueña un niño con alas,
amamantado de luna.
Tenue resquicio de luz
que está inundando la cuna.

Embaucador de sonrisas
Y encarnado de cielo.
Alondra de esperanza
que atenúa el desconsuelo.

¡Pero solo hay cebolla!
Cebolla en las venas,
Cebolla en el pecho
de una mujer morena.

Inmaculada Pérez García


Inmaculada Pérez García es Antequerana de nacimiento, donde vino al mundo hace algo más de cincuenta y ocho años y donde sigue residiendo en la actualidad.
Su trayectoria laboral se ha centrado en el ámbito de los Recursos Humanos, profesión que ejerce desde hace más de 17 años en una plataforma logística de la zona.
Orgullosa de su ciudad, de su historia, de su cultura, de sus parajes. Tanta riqueza natural y cultural la hacen sentir ansiosa por seguir descubriendo y conociendo más detalles sobre ella.
Siempre ha sentido la necesidad de expresar, y por el momento lo hace a través de sus poemas, de relatos cortos o de meditaciones en prosa poética. A futuro le gustaría desarrollar proyectos un poco más ambiciosos.
La lectura y la escritura la atraparon desde niña, ahora sonríe al releer los poemas adolescentes, tan básicos e inocentes, pero que en definitiva son el germen de una pasión.
Le gusta compartir lo que escribe, esperando tocar algunos corazones.



Nuestra colaboradora, Inma Puche, hizo para ella su «Biografía desde el alma», que puedes escuchar aquí