‘Desde tu ventana’ | Carmen Becerra

Desde tu ventana

Despiertas de madrugada, en un sobresalto, con la sensación dudosa de haber oído un golpe en la puerta de la calle. Las cifras luminosas del reloj señalan las cuatro y media. Bajo el débil resplandor del exterior que se filtra por la ventana, percibes el contorno difuso de los muebles del dormitorio, la puerta entreabierta. Esperas sin moverte, conteniendo la respiración, escuchando atentamente. Nada.

Piensas que si alguien tuviera motivos para llamar a estas horas, repetiría la llamada, oirías voces, algo. Escuchas. De pronto se te ocurre que hay demasiado silencio. Recuerdas las noticias de ayer mismo. Robos nocturnos en viviendas de la zona. Los ladrones llaman antes para asegurarse de que la casa está vacía. Te parece oír como un leve crujido, un clic, hacia la entrada del piso. Vuelves a dejar de respirar.

Esperas. Parece un siseo, un roce en la pared del pasillo. Notas que el corazón se te acelera y un ligero frío en los pies. El apagado petardeo de una moto circulando por la avenida crece rápido y luego va atenuándose, hasta perderse. Maldices mentalmente al motorista noctámbulo. Carraspeas ruidosamente y toses un par de veces, te inmovilizas y pones toda tu capacidad sensorial en el oído. En el silencio puedes sentir cómo se transmiten ―bum,bum― los impulsos de la sangre por tus venas, hasta concentrarse resonando ―bum, bum― en el interior de tu cabeza. Te incorporas y alargas el brazo hacia el interruptor de la luz. Enciendes.

La lámpara te deslumbra y cierras los ojos unos segundos para intentar adaptar tu visión. Los abres. Todo está normal, en calma.

Relajación.
Son las cuatro y media. Te quedan dos horas todavía hasta que suene el despertador para ir a trabajar. Te asomas a la ventana como cuando eras una niña con tu pequeña muñeca entre las manos. Te  gustaba la lluvia y el sonido del agua resbalando por el canalillo de desagüe que recorría el borde del tejado. Cuando llovía con fuerza, sentías que el tiempo se detenía. Era como una tregua en la podías dejar de hacer cualquier cosa  en aquel momento y te acercabas a contemplar el espectáculo de aquella infinita cortina de lágrimas del cielo desde la  ventana de tu habitación, durante horas. Dejabas tu muñeca sobre la mesita de noche y apagabas la luz. Lentamente, envuelta en el sonido hipnótico de la lluvia, te rendías al sueño.

De nuevo te revuelves en la cama, encuentras la posición y piensas otra noche de desvelo. La vergüenza torna en ira y te ridiculizas a tí misma viéndote como una adulta asustadiza e infantil. Pero no puedes evitarlo y ya ni recuerdas cómo empezó pero te gustaría saber cuándo terminará. Con la mano en el interruptor echas la última mirada. Cuando la habitación se cubre de oscuridad y sombras, chirría sigilosa, espeluznante, la puerta de tu habitación. Los ojos de él te miran impotente. Impotencia de un amor imposible, de no poder dejarte cuando llegó el momento, de no poder explicarte que los monstruos de debajo de la cama desaparecen a la luz de las lámparas.

A la mañana siguiente, te ve marcharte al trabajo desde la ventana de tu habitación hasta que la niebla te oculta. Te siente inalcanzable, como si la distancia fuera el único obstáculo. Pero no, su mayor limitante es él mismo. Te observa y su mirada se centra en ti, te alcanza y se posa como cual mariposa. Entonces, y solo entonces, con su aliento empaña el cristal y dibuja un corazón.

Carmen Becerra García

Carmen Becerra García. (Málaga, 1961). Residente en Antequera. Administrativo. Funcionaria Pública (Hospital).

            «Gracias a mi inscripción en el Taller de Escritura Municipal de  Antequera, y en la actualidad en el Taller Antequerano de Escritura Creativa,  comencé a dar rienda suelta a una afición de juventud: «Contar Historias». Apasionada de la lectura y la escritura. Y miembro del Club de Lectura de la Biblioteca de Antequera».

—Desde entonces, ha publicado relatos en La Crónica de Antequera, El Sol de Antequera y microrrelatos en el Diario Sur de Málaga.

—Colaboración en el Primer Libro de Relatos  2018 y en un segundo: Escritos del  Atardecer 2022 del Taller Antequerano de Escritura Creativa.

Desde el 2015-2022 he participado en una recopilación de microrrelatos de diversos autores en siete libros (volúmenes independientes) del Circulo Cultural Bezmiliana.

Publicación de un microrrelato en el Colectivo Diversidad Literaria.

— Segundo Premio 2020 y Tercer Premio 2018 del Concurso de Relato Corto Ochavada (Archidona).

— Finalista en el VI Certamen Literario María Carreira 2018 (Antequera). 

— Tercer premio de  Relatos y Fotografía-Poesía Centenario El Sol de Antequera-2018.

En 2024 obtuvo el 1er Premio en el Concurso de Microrrelatos ‘EN13’ convocado por esta revista.

«La vida está llena de instantes que merece la pena contar. Encended la tenue luz de la vieja lamparilla y aventuraos en el mundo de las pequeñas historias».