EL DOBLE REGALO
A Lola la habían vuelto a invitar a la graduación de Viky, una alumna suya de infantil. Con anterioridad había asistido a todas sus graduaciones: de infantil, primaria, secundaria, bachiller y esta, sí que era importante, la de Medicina.
Mientras la decana, y demás miembros y autoridades pronunciaban sus discursos, Lola miraba a la preciosa y estilizada joven con la beca y el birrete amarillo, solo quedaba de la pequeña sus vivos ojos negros.
Rememoró el primer día de cole de aquella pequeña y gordita niña con dos ralas colitas rubillas, sus ojos vivarachos y llenos de expresividad. Recordaba, como si fuese ayer, cuando le mandó «la actividad de familia- cole ¿por qué me llamo…?»
Yo me llamo Victoria María porque mis papas llevaban más de diez años queriendo tener un bebé y aunque habían visitado muchos médicos y hospitales el bebé no podía llegar. Pensaron que si no podían tener un bebé de la barriga de mamá lo tendrían del corazón.
Mi tita María se puso muy malita y mamá se fue al Puerto para cuidarla a ella y a mis primos. Papá se quedó en Estepa trabajando e iba cuando podía. Mi tita estuvo dos años muy enferma y dos días antes de irse para siempre le cogió la mano a mi mamá:
─No vayas a adoptar que desde donde yo vaya te voy a hacer dos bonitos regalos, pero no le pongas mi nombre.
Mi mamá la abrazó y estuvieron mucho rato así.
El día diecisiete de mayo mi tita María emprendió el viaje.
El diecisiete de mayo del siguiente año nací yo y casi dos años después, el catorce de febrero, mi hermano Enrique.
Mamá dice que somos los dos regalos más maravillosos e inigualables que le han hecho.
Lola no podía evitar que por su rostro rodara alguna lágrima.
Sintió que alguien la rodeaba con sus brazos y le daba las gracias por estar allí; ella le dio su enhorabuena se agarraron del brazo, salieron y con el resto de familiares y amigos marcharon para cenar con la flamante doctora.
MANME MORILLO FILLOL

María del Carmen Morillo Fillol, nació en Campillos. Desde hace 41 años vive en Antequera. Estudió en el instituto de su pueblo y en la Escuela Universitaria María Inmaculada de esta ciudad. Está casada y tiene dos hijas y dos nietas maravillosas (las cuatro).
Maestra jubilada.
Desde pequeña, su madre, le inculcó el gusto por la lectura y la escritura. Pertenece al club de lectura de la biblioteca de San Zoilo y al Taller Antequerano de Escritura Creativa. Ha publicado en Las 4 esquinas y participado en 2 libros de relatos del Taller. Es voluntaria de la AECC.