‘EPÍLOGO’ | Por Manuel Pedraza Hidalgo

                                    A mi queridísima y anciana tita Teresa

Hoja de otoño, que miras ya hacia el suelo,
en tu memoria anidan aquellos relatos
que poblaron de dulce aroma y de vivo color
el jardín florido de tu pasado centenario.

Rosa ajada, casi desnuda de pétalos,
peino despacio con mis dedos tu pelo cano,
aliso delicadamente con mis besos tus arrugas,
enjugo con tiento tu boca de dientes ralos.

Como una esfinge erosionada por el tiempo,
como el Sol que se acerca a su ocaso,
te sientas callada, con la mirada perdida,
sabedora de que tu tiempo ya es escaso.

Pájaro en su nido sin fuerza para volar,
te acaricio, te beso, con palabras te halago,
te dedico mi tiempo y mi vida cotidiana,
te envuelvo en un cariñoso y solícito halo.

Cirio que ofreces tus destellos postreros,
no dejas de irradiar un singular encanto.

Carne y sangre de tu carne y de tu sangre soy,
con pasión familiar te digo que te amo,
que conmigo vendrás a dondequiera que yo vaya,
que siempre, siempre me encontrarás a tu lado.

                                         Manuel Pedraza Hidalgo, mayo 2025.

Manuel Pedraza Hidalgo: «De gran humanidad, con mucho oficio, talento y encanto para captar la atención del lector y ganarse su complicidad en cada uno de sus relatos» |
Juan López / profesor del Taller Antequerano de Escritura Creativa