‘Deltoides’ en Antequera | …Y no es un músculo.


También en nuestra simpar ciudad podemos disfrutar de este otro gran titán y exclusivo árbol en plena calle, es el Populus deltoides, chopo de virginia, chopo americano, álamo negro de norteamerica… | Juan Manuel Ruiz Cobos

Situado en el acerado que nos lleva desde el casco urbano hasta el Camposanto antequerano es, como decía, una singularidad más entre nuestro arbolado urbano y que ha supuesto que en muchos otros lugares disfruten como ya comentaré.

Tratamos de un ejemplar dioico y caduco, que puede llegar en condiciones naturales a los 30 metros de altura y un tronco con un diámetro de hasta casi 3 metros.

Todo un señor que a pesar de todos los achaques y cultura que suma, aun hermosea un espectacular volumen que explica a la perfección sus penurias.



La facilidad de reproducción por esqueje que este árbol tiene, debió ser el arranque para una curiosa historia que, aun desconociéndola, quiero imaginar que fue la que posibilitó su arraigo en Antequera ante la poca representación en nuestra región y su escasa visibilidad comercial en los viveros especializados. La forma triangular que la hoja tiene, es el motivo de su denominación como especie (Deltoides) incluida en el género “Populus”, lo que de forma vernácula venimos a distinguir como chopos o álamos. A muchos deportistas, esta denominación les será familiar, por su dolorosa e inhabilitante secuela en los hombros, que es donde se integra este músculo con forma parecida a la letra griega “delta”.

Quienes apostaron por él, por esa ramita viajera, observaron en origen a un señorial árbol del que posiblemente quedaran prendados por sus amentos de flores masculinas o femeninas, ambas muy hermosas. Arraigado a priori o plantado directamente, no me cabe duda de que esta fue la mejor obra para la vida antequerana de este robusto e hidrófilo chopo.



El género Populus sp., agradece la humedad y de ello, su afamada conformación en galería sobre márgenes de ríos, arroyos y otros espacios riparios.

El lugar que en este sentido lo acogió, fue muy propicio. Ahora, ya urbanizado y con ello con un menor aporte hídrico, fue todo un acierto aún con la compactación y cerco que supone para el ejemplar, dotarle de un gran alcorque sin alterar la cota que le custodia el cuello. Así, a pesar del uso que como papelera asume este sistema, el ejemplar sigue manteniendo la posibilidad de intercambio gaseoso. Lo que, unido a sus ganas, esperemos que sea motivo suficiente para hacer frente al claro decaimiento que atraviesa.



Su vecindad siempre ha tenido sobre el mismo una especial sensibilidad y celo, quizás sea en mucho por lo que aún lo veamos allí. Ellos eran testigos y por momentos ahuyentadores, de quienes venían desde viveros de otras provincias incluso, a recoger material para su reproducción. Esto, a veces por la prisa en hacer presa, suponía ingentes daños mecánicos en la estructura del árbol, motivo entre otros, por lo que comparece con un excesivo refaldado, impropio en la especie.

Esperemos que aún resten muchas primaveras en las que podamos ver a esos amentos masculinos de tonos escarlatas, volar sobre las almas de quienes coincidieron con tan generoso ser vivo.


Juan Manuel Ruiz Cobos es un experto en Jardinería con más de 30 años de experiencia en el diseño, creación y mantenimiento de espacios verdes urbanos. Director técnico de Jardines de Icaria y presidente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza. Ávido de conocimientos y actualización de técnicas tiene una extraordinaria formación en Infraestructuras Verdes Urbanas. Apasionado de la lectura y de Antequera, de su historia y de su desarrollo como ciudad, de sus costumbres y de su patrimonio cultural, artístico, paisajístico y gastronómico. Gran conocedor, amante y defensor de su pueblo, al que lleva siempre donde quiera que vaya. |
Foto: El Correo de Andalucía