Las Gemelas Washingtonias de Antequera | Por Juan Manuel Ruiz Cobos

Las palmeras Washingtonia, con su imponente presencia en muchos parques y jardines de Antequera, son un claro ejemplo de cómo las especies foráneas pueden integrarse y prosperar en el paisaje urbano local.

En los jardines de la Negrita, un espacio emblemático que forma parte del Paseo Real, dos ejemplares de Washingtonia filifera se alzan majestuosos, representando la longevidad y la resistencia de esta especie. Su historia, adaptabilidad y cuidado son solo algunas de las razones por las que estas palmeras han dejado una huella perdurable en nuestro entorno.

Las gemelas en la actualidad

El botánico estadounidense George Engelmann fue quien, en 1853, identificó y nombró a la Washingtonia, nombrada así, en honor a George Washington, no solo por su rol como primer presidente de los Estados Unidos, sino también por su notable contribución al ámbito de la agricultura y la ciencia.

Washington, más allá de ser un líder político, fue un apasionado defensor del progreso agrícola y experimentó con la plantación de especies vegetales en su finca de Mount Vernon.
Este enfoque práctico hacia la ciencia botánica y la mejora de los cultivos fue clave en su decisión de rendir homenaje a Washington a través de esta majestuosa palmera.

Al igual que el presidente que la inspiró, la palmera Washingtonia simboliza la perseverancia, la fortaleza y la longevidad, cualidades que encarnó Washington en su vida y legado.

Estípites de nuestras gemelas en a finales de los años noventa 

El género Washingtonia incluye dos especies: Washingtonia filifera y Washingtonia robusta, ambas con ejemplares notorios en nuestra ciudad. Así, los nuevos ensanches de la ciudad en su orientación oeste han integrado de forma mayoritaria masivas plantaciones de la variedad robusta.

Hoy, sin embargo, me centraré en nuestras gemelas filifera, para en sucesivas apariciones tratar sobre otras destacadas antequeranas del «reino vegetal de las palmáceas».

La Washingtonia filifera, que se sitúa como hito en el parque infantil de la Negrita, es conocida como la palmera de abanico californiana, y se caracteriza por su tronco grueso y sus grandes hojas en forma de abanico. Esta especie, aunque originaria de los valles de California, ha demostrado una extraordinaria capacidad para adaptarse a las condiciones bioclimáticas del Mediterráneo.

Destacan en ella su crecimiento vertical y robusto, pudiendo llegar a alcanzar hasta 20 metros de altura, lo que la convierte en un dominante elemento visual del paisaje urbano. Sus hojas, grandes y en forma de abanico, pueden medir hasta 2 metros de largo, divididas en segmentos estrechos y con bordes dentados, lo que les otorga una textura única y muy llamativa.



Originarias de zonas áridas, estas palmeras son altamente resistentes a las condiciones de calor y sequedad, mostrando alguna sensibilidad a las heladas intensas y persistentes, aunque raramente estas provocan más que un somero flameado foliar. Por ello, son especialmente idóneas para la jardinería urbana en ciudades tan continentalizadas como la nuestra.

Cabe señalar que, a pesar de su apariencia arbórea, las Washingtonia no son técnicamente árboles, sino que pertenecen a un grupo de plantas llamados monocotiledóneas, más cercanas a las hierbas que a los árboles tradicionales. Su estructura no presenta el crecimiento en grosor que caracteriza a los árboles, sino que su tronco crece de manera continua, lo que las convierte en una especie fascinante por su biología y su resistencia.

Más allá de su valor botánico, las Washingtonias de los jardines de la Negrita son un símbolo de la evolución de Antequera. Desde la inauguración en 1881 del Paseo Real, este anexo, definido a posteriori, adquirió una traza más romántica y de mayor biodiversidad y calidad botánica. Hasta nuestros días, han llegado ejemplares arbóreos y arbustivos que atestiguan esa apuesta vegetal. A través de ellos, el espacio ha sido testigo de celebraciones, eventos sociales y momentos históricos para la ciudad.

La escultura «La Negrita», que preside la fuente circular en el centro de los jardines, ha sido un punto de encuentro y un elemento cultural que trasciende de forma secular en la unidad paisajística en la que se desenvuelven

Las imágenes de este espacio, recopiladas por Manuel Rodríguez García y otros valiosos investigadores de la rica historia de nuestra ciudad, nos regalan la presencia de las jovencitas Washingtonias en la trasera de la canariera (pajarera), que también era otro llamativo mobiliario dispuesto en el recinto. Algo que, como se puede adivinar, estimulaba un dinámico disfrute del mismo.

Seguiremos en breve,  con más palmas 😊 | Juan Manuel Ruiz Cobos   


Juan Manuel Ruiz Cobos es un experto en Jardinería con más de 30 años de experiencia en el diseño, creación y mantenimiento de espacios verdes urbanos. Director técnico de Jardines de Icaria y presidente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza. Ávido de conocimientos y actualización de técnicas tiene una extraordinaria formación en Infraestructuras Verdes Urbanas. Apasionado de la lectura y de Antequera, de su historia y de su desarrollo como ciudad, de sus costumbres y de su patrimonio cultural, artístico, paisajístico y gastronómico. Gran conocedor, amante y defensor de su pueblo, al que lleva siempre donde quiera que vaya.