Plan Andaluz del Agua… ¡Por sentido común!

Traemos a nuestro blog de ciudad la reseña de un análisis muy sensato, documento en formato libro breve, escrito por alguien que tiene verdadera experiencia en lo que dice.

Plan Andaluz del Agua es un ensayo de José Luis Sánchez-Garrido, antequerano, ingeniero técnico agrícola, que ha trascendido las fronteras de su tierra con innumerables logros profesionales y que aporta mucho sentido común.

Sería interesante que las distintas administraciones públicas le echaran un vistazo para incluir en sus soluciones algunas realidades que se exponen en este documento.

Los vecinos de todas las zonas geográficas, incluso de las que tienen lluvias suficientes durante el año, saben la importancia de que se racionalicen los recursos del agua para evitar tener que racionarlos.

Como buen conocedor del campo andaluz, José Luis Sánchez-Garrido y Reyes ofrece en este libro una visión objetiva y fundamentada acerca de la realidad y el futuro de los recursos hídricos en Andalucía.

El texto expone las causas de la enorme pérdida de agua que se sigue produciendo y propone cambios en infraestructuras para que, con el agua disponible en la actualidad pueda duplicarse la superficie de riego, con la riqueza que ello generaría.
El autor aboga por un Plan Andaluz del Agua consensuado políticamente, para llegar mejor a sus objetivos.
Describe su visión sobre el problema del agua en Andalucía, habla de la revolución del riego por goteo, da datos importantes de riegos andaluces… Habla de la politización del agua; de la exasperante lentitud – dice casi parálisis, de la Administración con el agua. Sobre el agua de las poblaciones, sobre las depuradoras, de la insolidaridad entre comunidades autónomas. Cuenta que las balsas son básicas
Explica el mayor problema actual, las malas conducciones de agua a las fincas. Y expone la eliminación del riego a pie y también por aspersión, la automatización y la evolución a riegos con cada vez menos consumo de agua…

En definitiva, el reflejo de una realidad que si se tiene interés por solucionar o al menos disminuir el problema del agua, hay que incluir en la reflexión de los que tienen en sus manos poder hacerlo.
Lógicamente, en momentos gravísimos de sequía (me temo, como muchos, que será la tónica venidera) habrá que aplicar medidas de urgencia; pero con la misma urgencia de forma paralela hay que ponerse a ello, como decían los romanos «festina lente» (sin la torpeza de las prisas, pero apresurándose a ello: «apresúrate despacio» ).
Este librito («ito» de tamaño y de número de páginas, no de valor de su contenido) ya ha sido enviado por el autor al menos a dos personas de reconocida solvencia y con poder para obrar o influir en consecuencia, es decir consensuando para actuar lo antes posible….
Carlos L. | Atqmagazine
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