Carmen Ramos, una brillante actriz antequerana

El mundo de la Cultura no para de hablar maravillas del Teatro en Antequera. La ‘Asociación Cultural Antequera Teatro’ y la EMUTE (Escuela Municipal de Teatro) son los artífices de esta meritoria fama.

En estas semanas, como es habitual cada vez que suben al escenario, han ocupado buena parte de los «tweets y retweets», «me gustas» y «me encantas» que evidencian el éxito de la trayectoria de estos actores y actrices.
Las Redes Sociales han sustituido hoy en día a lo que otrora fueran los mentideros sociales y culturales que ya en el siglo de oro y en épocas posteriores capitalizaban la información de boca en boca hasta la llegada de los medios de comunicación tradicionales.

Carmen Ramos es una brillante actriz antequerana, amateur porque quiere, (tiene sobradas trazas y talento natural para ser una gran profesional).
Recién llegada de otro rotundo éxito, uno más, esta vez en Granada, de hacer de Jimena en ‘Anillos para una dama’, de Antonio Gala, dirigida por Jordi Aguilera, con sus compañeros y compañeras de reparto, Juande Moreno, Marina Pérez, Fernando Pérez, Encarnación García y Alberto Rueda.

Apenas tres días después, de vuelta a Antequera, el 25 de noviembre, han cosechado un nuevo éxito con la reposición benéfica a favor de la Asociación Española contra el cáncer en Antequera, en la que no solo pusieron el cartel de «no hay billetes» sino que hicieron una vez más una representación espectacular. El propio director, Jordi Aguilera, les aplaudió al acabar la función y les elogió diciendo: «Habéis creado un monstruo. Lo habéis hecho perfecto».

Carmen me ha regalado un ratillo de un café en Marengo ( ya mismo, Marengo se va a convertir en algo parecido al Café Gijón, salvando lógicamente las distancias y algunas cosas más. Lo digo porque no paro de ver por allí a personas del mundo de la Cultura, de las Letras y de las Artes conversando en animada tertulia intelectual mientras apuran los últimos sorbos de un matutino o vespertino café ). Un rato muy agradable porque además de su habilidad artística, que he podido comprobar este año en directo en varias funciones en la Casa de la Cultura de Antequera, posee el encanto de las personas acogedoras, (la cordialidad que destella es muy agradable).
Fernando Pérez, su marido, tan encantador como ella, la acompaña en la entrevista. Es también un estupendo actor amateur. Ambos intervienen al alimón en contarme vivencias, pero Fernando muestra su filia por el talento teatral de Carmen y se manifiesta contento de que pongamos el foco en ella por quien se rinde de admiración además de amor en cada gesto.

¡Qué exitazo el reciente en Granada con ‘Anillos para una dama’ y otro más aquí en Antequera!…
Sí, la verdad es que ha sido muy bien recibida. Por ello quizás nos da lástima, que no llegue a más gente, porque es ¡tan potente!. A nivel de interpretación, lo es, y luego el mensaje que encierra la obra… Gala hace en ‘Anillos para una dama’ un acopio del magnífico escritor que ha sido en un diálogo muy interesante para el espectador y fácil para los actores. Pese a ser un diálogo que pudiera parecer complicado por ser de época, es espectacular, el diálogo es «lo más». Estamos todos encantados con ese texto porque lo expresa muy bien y todas las palabras muy bien coordinadas, la verdad que a mí me ha encantado.

«Yo no había leído nunca obra teatral de Gala y es genial». Interviene Fernando. «A los actores nos tiene enamorados y es verdad que enamora a la gente también».

La obra es buena, no cabe duda, pero algo de mérito tendréis quienes la ponéis en el escenario.
Esta vez ha habido tal cohesión entre los seis actores y el director y todo ha salido tan redondo que nos ha fascinado. Estamos convencidos de que esta obra en un certamen haría un gran papel.

¿Hay perspectivas próximas de llevarla nuevamente fuera?
La representaremos otra vez en Baena ahora en enero más o menos y también quieren que la hagamos en Archidona. Hay propuestas para seguir representándola de vez en cuando. Y en Granada, después de este reciente éxito, ya están preparando para que la llevemos al Teatro Isabel la Católica.

Aquí sería ideal también hacerla en el Teatro Torcal.
Claro, sí. Cuando…
Sería una preciosa inauguración del Torcal.
Cuando se inaugure, es una posibilidad porque es una gran obra.

El cuadro de artistas de ‘Anillos para una dama» | Alberto Rueda / Marina Pérez / Juande Moreno / Jordi Aguilera (director) / Carmen Ramos / Fernando Pérez / Encarnación García.

Digo yo que con padres actores, vuestros hijos han tenido que compartir vuestra afición, ¿no?
Bueno, nuestros hijos saben de teatro porque lo han visto mucho con nosotros desde pequeños, con tres, cuatro años les llevábamos al teatro. Eso sí son muy críticos con nosotros. Ellos no regalan oído a nadie.

Bueno, cuéntame, Carmen, por favor … ¿Tú cómo llegas al teatro?
A mí me ha gustado siempre el teatro.

¿Desde niña?.
Sí, sí, sí. A veces me he preguntado eso mismo, ¿cuándo descubrí el teatro? y me digo, yo creo que el teatro me descubrió a mí.
Yo era pequeña, muy pequeña y en el colegio me apuntaba a todo, para bailes, teatros… Mi madre siempre me regañaba porque me tenía que hacer ropa para el personaje que me tocase y me decía: «que no te apuntes más, que es que no veas, que no sé qué». Y yo le decía, mamá si es que me escogen. Es cierto que me escogían, pero cuando no lo hacían y pedían voluntarios, yo salía también voluntaria. Con lo cual, …desde chiquitina y me ha encantado siempre.
Cuando ya nos casamos y tuvimos niños, también trabajábamos los dos, entonces ahí ya no pude hacer nada porque eran muchas cosas.
(Interviene Fernando tajante y entrañable): «nos amenazaba».
Eso, yo les decía a él y a los niños,
cuando seáis mayores voy a hacer Teatro. Los niños me dicen «mamá, parecía que nos estabas amenazando».
Pero yo me refería a que iba a tener un poquito de tiempo libre. Claro. Yo me bajaba cuando hacían algo en el Torcal, lo veía todo. Me gusta todo en directo, todo. Hasta el fútbol, que no me gusta en la tele, en directo me gusta. Me gusta el directo, el vivo, el momento.

Es muy difícil el teatro por ser en directo, ¿no?
Claro, es ahí donde veo que se demuestra la capacidad, es que ahí es donde veo el reto de lo difícil.
…Entonces pues yo me bajaba al Torcal cada vez que había algo porque vivimos muy cerquita del teatro Torcal. Y entonces a lo mejor estaban viendo futbol o algo y yo decía: yo me voy que hay algo, no sé, lo que hubiese y me iba y lo veía todo todo todo. Me decía a mí misma, ¡madre mía qué difícil es para esas personas que son personas normales como yo y que tienen trabajo, que tienen familia ¿cómo se aprenden eso?,¡madre mía qué difícil!
Así que les decía a mis hijos, cuando seáis mayores voy a hacer teatro, que sepáis que voy a hacer teatro.


¿Cuándo diste el salto?
Pues nada, estábamos en un gimnasio aquí en la calle Nueva, hace unos 10 años y un día hacíamos comida de Navidad. Se nos ocurrió a una amiga y a mí preparar una especie de sainete de esos cortitos, chiquititos, que yo tenía el texto y lo preparamos como sorpresa en la sobremesa. Nos reímos muchísimo y nos dijimos, ¿por qué no hacemos una obra?. Venga, vamos a hacer una obra de teatro. Entonces nos calentamos una a otra. Marina Pérez que es compañera nuestra, era la única que había hecho teatro antes y tenía bastante idea, fue la que dirigió la obra. Íbamos a hacerla en el campo, del campo fuimos a la Casa de la Cultura, y de la Casa de la Cultura nos vimos en el Torcal, de pronto, hicimos la obra en el Teatro Torcal.
‘¡Qué bollo es vivir´’, apunta Fernando.
Es preciosa. Además, súper graciosa. Y ahí ya es cuando yo digo, ya sigo. Ya los niños habían empezado a ir a la universidad, entonces ya en fin de semana estaban…, ya había un poquito más de tiempo libre, aunque seguía trabajando, pero ya tenía un poquito de tiempo libre y ahí pues empecé, ya abrimos el teatro, el taller de teatro municipal… empecé desde el primer día y cada vez me gustaba más.

¿En la Asociación os conocéis desde entonces o ya os conocíais de antes?
Del teatro, prácticamente. Oye, éramos todos conocidos, pero porque en Antequera todo el mundo se conoce, pero no éramos como somos ahora, uña y carne. Es que el teatro… uno de los beneficios del teatro, es conocer un millón de gente. Yo soy muy social, necesito expandirme y abrirme. Hemos hecho un grupo fantástico. El Teatro une mucho.

Fernando, ¿como pareja habéis compartido además esta afición?
Bueno yo de teatro… no tenía esa experiencia aún. He hecho mucho deporte siempre y me gusta mucho, el fútbol, la música… Por ese tiempo, como ha dicho ella, me decía, oye que hay un obra de teatro. Claro yo entonces le respondía: es que juega el Madrid o tal … yo no bajo al teatro. Total, yo no tenía esa inquietud de teatro. Me gusta porque siempre hemos ido y siempre que vamos de viaje, vamos al teatro y tal. Me gustaba el teatro, pero como que no, yo no, por mi cabeza no entraba hacer teatro, eso no.
Y entonces pues bueno, la vi actuar en ‘¡Qué bollo es vivir!’, me quedé pasmado de la habilidad que tenía porque me quedé fascinado, la protagonista, que era ella, era como bipolar totalmente y yo decía, cuando se duche se le quitará.

(Carmen) Mi hijo decía, por Dios cuando se baje que vuelva a ser mi madre ( jajaja)
(Fernando) Porque fue una transformación tan enorme que me llamó muchísimo la atención entonces luego pues ya un día me dijo: hay una escuela de teatro «me voy a apuntar apúntate conmigo». Y ya lo consiguió, como todo. Y digo, bueno, venga, anda, te voy a acompañar.
(Carmen) Yo le dije, prueba. Oye, prueba un año. Si no te gusta, pues ya está.
(Fernando) Pues cada vez que voy a salir a escena, me acuerdo de ese día. Y me digo, ¿tú qué haces aquí? Pienso… con mi negocio que tengo, mi trabajo… Pero siempre hay una tensión horrible entre bambalinas. El inicio de la obra es horroroso. Y yo siempre pienso, pero bueno, Fernando, con todo lo que tienes, ¿qué haces aquí?
Pero todo se diluye al final. Entras, calientas, cuando ya estás caliente en la obra, ya estás interpretando y tal, entonces va pasando todo, va, va, va. Se descarga laa adrenalina del reto… Y al final el aplauso… es que eso te agarra.


¿Y vosotros, veis la famosa cuarta pared?
Si, si, si.
¿Vosotros no veis al público?
No. Tú lo verías si… tú lo verías si haces así y bajas la mirada un poco más, la ves, la primera fila se ve.
¿Pero ya no se os va esa mirada?.
No, no, no. Es que es mucho mejor, claro.
(Fernando) Yo lo llegué a sentir, porque tenía acciones que apuntaba al público y yo veía manchurones, la luz blanca y la parte de abajo, sí puede llegar pero no a identificar caras, por lo menos yo no identifico las caras y entonces eso te dejaba libre de actuar, la cuarta pared es importante.

Carmen, tú haces casi siempre de protagonista. Evidentemente no quiero decir que los papeles secundarios no sean importantes, sé que son vitales en la trama, y muchas veces tan importantes como los de primer actor o actriz; pero es una constatación de hecho que en la mayoría de las obras en las que actúas haces de actriz principal.
También he hecho algunos secundarios, pero es cierto que he hecho más veces protagonistas, sí.

De todos los que has hecho, imagino que no te puedes quedar solo con un papel. Pero dime alguno.
No. Hay muchos. Jimena me encanta. Pero también hicimos otra que fue ‘La dama del alba’ de Alejandro Casona, que es un espectáculo de obra. De hecho, Jordi, nuestro director, quiere reponerla para los diez años de la escuela. Le gustaría retomarla. Esa obra es espectacular de bonita.
Y ‘La mujer asesinadita’ también. Hemos hecho varias muy importantes. Y comedias, la de ‘La embajada’ de Woody Allen, fue fantástica. El año pasado también. Hay muchos personajes, pero evidentemente yo me quedaría con esos, con Jimena, con la dama de Alba y con la mujer asesinadita.

(Fernando) En la mujer asesinadita hacíamos de pareja, de marido y mujer y yo me la cargaba en la obra. Ahí es verdad que en esa obra, yo evolucioné mucho. Porque me leí algo sobre el Método Stanislavski que se basa en la idea de que un actor debe interpretar un personaje creíble mediante la comprensión de la psicología del personaje, la conexión emocional con el personaje y la creación de un contexto realista para la interpretación. Y lo llevé a cabo en esa obra.
(Carmen) Y eso es una barbaridad. Es una barbaridad. Fatal, fatal.
(Fernando) Porque la idea es que te lleves a lo personal, el personaje. Cosa que luego eso casi es una aberración. Entonces, como había una escena ya la última en la que ella está muriendo y yo me la he cargado. Me lo llevaba a lo personal y yo sufría mucho, interiormente sufría.
(Carmen) Es como si yo cuando hago Jimena, mi hijo que ha muerto, me lo llevo a mi propio hijo. ¡Calla, calla, por favor, que sufra Jimena!, yo no sufro.
(Fernando) Y entonces ahí evolucioné, en ese sentido evolucioné mucho. Claro.
(Carmen) Tiene que sufrir el personaje, pero no tú. Y al principio eso lo ves difícil, pero después lo ves. Después lo ves porque yo estudiando Jimena al principio, lloraba estudiando. Y a mí nadie me ha dicho que llorase… pero es que se me caían las lágrimas y yo no sufría, pero la pobre Jimena, lo pasa fatal.
(Fernando) Cuando la ensayábamos en el porche los dos allí estamos interactuando le digo, chiquilla, ¿cómo puedes llorar ahora? pero es que… Jimena… es bestial, es bestial.
(Carmen) Jimena coge vida propia, jajajajaja.


¿Cómo hacéis los ensayos? La vida cotidiana relacionada con el teatro, ¿vais a ensayar juntos?, ¿cómo es la vida?, ¿vais todas las tardes a ensayar?
No, no, sólo ensayamos un día a la semana.
¿Pero entonces preparáis en casa vuestros personajes?
Claro, nosotros normalmente después de comer en la sobremesa ese ratito hasta que empiezan los trabajos pues nos ponemos a estudiar o si tenemos que pasar alguna escena o por la noche bueno, una vez con la mujer asesinadita ensayábamos en el dormitorio porque todavía estaban los niños en casa y claro estaban en el salón, nos íbamos al dormitorio a ensayar, entonces pues claro, había una escena donde yo le decía, ¡déjame! ¡déjame!, no se qué y bueno… y un día… jajajaja, cuéntale, Fernando, lo del vecino.
(Fernando) El vecino de arriba que tenía el dormitorio en el mismo sitio, yo lo veía que me miraba raro, pensaba ¿qué le pasará a Manolo? y cuando llegó la hora de representarla le pregunté, ¿Manolo vas a venir al teatro que vamos a hacer una obra en la que yo me cargo a mi mujer?. Me dice: ¡ahora te pillo!, ¡Vaya mal rato que llevo unos cuantos meses por llamar a los municipales porque no era normal claro porque yo… !
(Carmen) Claro como ensayábamos a lo mejor tres veces a la semana, pues tres peleas a la semana. El vecino decía, «no me creía que Fernando pudiera tratar tan mal a Carmen, me habéis quitado un peso de encima».
Vamos a ensayar una vez en semana y como ya he dicho el grupo que se ha formado es muy bueno, todo el grupo, pues luego nos tomamos unas cervecitas juntos, comentamos y o charlamos de veinte mil cosas y muy bien.
El teatro es nuestro principal hobby, de hecho la mayoría de nuestros viajes los hacemos para ver obras de Teatro. Este fin de semana estaremos en Madrid para ver Teatro, por eso no podremos ir a ver vuestro ‘VERSAR’ del día 3, que tiene muy buena pinta.

¿Recuerdas a algún profesor o alguien que estimulara de pequeña tu afición?
Sí, había una profesora, la señorita Aurora, en mi colegio, en La Victoria. Solíamos hacer teatro. Recuerdo mi primera obra yo era una princesita y tenía que tocar el triángulo, me acuerdo bien cómo era. Siempre me decía, «pero tú mira para arriba». Yo miraba para abajo al triángulo. Y ella me corregía, «No, no, tú tienes que mirar al frente…
¡Qué tiempos!, La señorita Aurora.
(melancolía). Bueno, de hecho, ella va a verme ahora al teatro.

¿Nunca has pensado dedicarte profesionalmente?. Tienes una gran habilidad, lo decimos mucha gente.
Muchas gracias. Lo que tengo es una vida muy feliz así como estamos. Dedicarse profesionalmente, es muy complicado, Carlos, me impediría llevar la vida placentera que vivo aquí en Antequera. No quiero estar de un lado para otro sin la serenidad que tengo ahora con mi familia y mi grupo. Es un ajetreo que no me merece la pena.

En ese momento, Fernando no para de echarle piropos artísticos. Ella me mira y con un gesto de cara humilde y encantador, me dice: ¡Es mi marido, que me quiere mucho!.


¿Y desde aquí a dónde quieres llegar?
Yo quiero llegar a donde estoy, a donde estamos.
Te alabo el gusto porque estáis muy bien donde estáis. Creo que no merece la pena pagar otros precios cuando se está en el paraíso.
Donde estén mis compañeros y donde estemos todos juntos. No tengo una pretensión de decir yo voy a ir a Madrid o a …. No, no, no, no. Por ahí no vamos. Me gustaría eso, dar nuestra obra a ver, pero siempre con nuestros compañeros, cuando podamos, cuando vamos todos…
Que tengamos salud, que nos sigamos divirtiendo y vivir disfrutando del teatro. Para mí es un hobby súper bonito porque como me encanta, es un juguete.

¿Eres de formación propia?
He ido estudiando cómo hacerlo, aunquue muchas cosas me salen de dentro. Soy muy receptiva al aprendizaje. Busco aprender. El otro día estuvimos en un curso que nos dio Jamp Palô y nos hablaba de los textos análogos. Claro, es cuando tú quieres decir algo y no sabes cómo decirlo y te lo llevas a un texto tuyo de la vida cotidiana. Digo, pues yo eso lo usaba, pero no sabía cómo se llamaba. Yo eso lo hacía en mi cabeza. Técnicamente dices, esto no sé cómo se llama, pero yo lo hago. Claro, cuando alguna frase se me ponía un poco así más enrevesada, pues me la llevaba a una frase mía diaria. Porque hay muchas formas de teatro, hay formas de teatro muy impostado, pero yo siempre abogaré por el teatro natural.
A no ser que lo requiera la obra por algo, a mí siempre me gusta que se vea cuanto más natural mejor, porque es como a mí me gusta ver teatro.


Tus personajes son siempre de una gran intensidad, ¿no recuerdas algún personaje que hayas interpretado algo más suave?
Sí, la verdad es que la mayoría han sido siempre bastante intensos. Aunque también ha habido algunos más suaves, pero que tenían sus subidas y sus bajadas.
(Fernando) En ‘La Embajada’, de Woody Allen, ahí el intenso era yo y tú eras más pausada.


¿Nunca has hecho un musical?
No. Es que cantar canto muy mal. Te darías cuenta en Anillos cuando cantamos los dos. Cantamos muy mal.
Pero tenía su gracia
La verdad es que me encantaría porque bailar me encanta. Cantar se me da fatal. Pero vaya, me encantaría, vamos.

¿Tú has estado, Fernando, en muchas también?.
Sí, en todas menos en la primera, que la hicieron nada más que mujeres y yo ahí no estaba ni en pensamiento de hacer teatro. Siempre hemos estado en el mismo grupo y hemos estudiado juntos.
Entrar en el mundo del teatro, como bien nos has explicado, fue por la admiración que sentías por el arte de Carmen, pero ¿cómo te fuiste metiendo en ello?.
Sobre todo por lo que ha dicho ella al principio, la cantidad de personas que conoces y que creas unas amistades verdaderamente profundas, profundas en el sentido que yo, Juande, Adriana, Marina… ( y cita una lista que no cabe aquí, porque son 140 por lo menos) Hemos creado una amistad que eso es precioso. Entonces, eso también merece mucho la pena. Te entregas junto a tus compañeros, y te apoyas mucho, mucho en las personas con las que estás preparando y creas piña y ahí vas y pasas el mal rato juntos y te une mucho más para los buenos.

Carmen Ramos y Fernando Pérez

Bueno ahora en Madrid disfrutaréis mucho, porque siempre hay obras fascinantes.
Sí. Por eso nos vamos a disfrutar una semana viendo teatro. Solemos ir muchas veces y disfrutar de lo que ponen, teatro, musicales. Además nos gusta verlo desde cerquita desde las primeras filas. A mí me gusta ver la cara de los actores, la expresión…Reservamos siempre la primera fila.
(Fernando) Yo me acuerdo de una obra que vimos a Lola Herrera y a Juanjo Artero, los vimos en primera fila. Cuando yo vi a ese hombre arrodillarse, mirar al cielo y cómo le caían las lágrimas así y bueno, bueno, yo me quedé pasmado, ¡Qué actorazos!.


Me gusta mucho vuestro entusiasmo. Sois muy entusiastas ¡Qué bonito!. Es un signo de salud y de bienestar. No voy a saber transmitir esta alegría que contagiáis.
Es que disfrutamos mucho, tanto haciendo teatro como viéndolo. Es un mundo precioso y muy inspirador.

¿Vosotros veis que os reconoce la gente por las calles, no porque os conozca por vecinos, sino porque sois actores?
(Ríen ambos y cuenta Fernando) Tenemos unos amigos que vienen de Coripe, de un pueblo de Sevilla, que vienen a todas las obras nuestras que hacemos. Vienen, pasan el fin de semana y ven la obra, y cuando van con nosotros, claro nos saluda mucha gente y nos dicen: «Es que esto de ir con famosos».
¡Qué arte!
(Carmen) Aquel día nos pararon mucha gente porque habíamos actuado el día anterior.
Nos dicen halagos que nos animan pero no es vanidad, sentimos el cariño de la gente…
Y bueno, y te dicen que lo haces increíble y que cómo has podido estudiar tanto, cómo te sabías el texto. El otro día una mujer cuando se despedía allí en la Casa de la Cultura, me dice, es la tercera vez que la veo. y cada vez me gusta más.


¿Sentís que hay afición al Teatro?
Y cada vez más. Hay mucha afición. Ya somos 140 personas haciendo teatro de forma continua. Y se han quedado gente fuera, porque ya no podemos meter más gente. necesitaríamos más espacio y economía para profesores.
Contamos además con espectadores fieles que llenan la sala, lo que nos hace muy felices de saber que les está gustando lo que hacemos en Antequera.
Todos los años crecemos un par de grupos.


¿Ahora en Navidad paráis un poco?
Nos habría gustado hacer lo que hemos hecho dos años, el Belén Viviente.
¿No lo vais a hacer este año?
(Fernando) No podemos hacerlo porque habíamos solicitado, queríamos hacerlo en San Juan de Dios, y está ocupada por una exposición. Es una pena porque el Belén Viviente es una maravilla. Yo lo he hecho dos años y es es uno de los personajes que más he disfrutado. Hacía de rey mago con Manolo, Rodríguez y Javier Tejada. Los dos años lo ha montado Juande Moreno y estuvo fenomenal, el belén lo tenía en la mente y lo montó tal cual, impresionante. Aunque llovió, fue fenomenal para los pequeños, que nos transmitían su energía… ¡Qué bien lo pasábamos!.

Y tú, Carmen, ¿de quién hacías?
Yo era el ángel. Iba narrando la historia. Era muy bonito. Juande hizo un montaje único, precioso. Construyó el guion en su mente y lo realizó tal cual. Juande es buenísimo. El último fue además un espectáculo con la Coral.

Oye, una cosa antes que se me olvide. ¿Tú desde chiquitilla decías, quiero parecerme a tal actriz?
Bueno, yo veía las películas de Marisol, me gustaba, creo que como a mucha gente. Había estudio 1. Estudio 1, que me encantaba.
¿ Pero no tenías referentes ídolos, por ejemplo María José Goyanes, Lola Herrera…?
No, no, no. Bueno sí, me gustaban muchas, pero era más una admiración por el teatro en general.
¿Te gustaban, pero que no había un ídolo?
(Fernando) Bueno, a nosotros nos enamoró Lola Herrera también.
(Carmen) Claro, Lola Herrera me ha encantado siempre.
(Fernando) Tú hiciste ‘Cinco horas con Mario’.
(Carmen) Es verdad, también hice ‘Cinco horas con Mario’. Me encantó.

¿Y la representaste aquí en Antequera? ¡Qué interesante!
En la Casa de la Cultura. Fue muy bonito… También hicimos ‘La diva’, con Carla. Es que se han hecho muchas cosas. Y la verdad que curiositas, han salido bastante curiosas, bastante bien.
Y sí, es cierto que Lola Herrera nos ha gustado siempre. La hemos visto en directo varias veces en Madrid. ¡Increíble! y a Kitti Manver que es espectacular y antequerana y, además, …

(en ese momento me contaron un secreto que no desvelaré hasta que lo hagan o Juande Moreno, como presidente de la Asociación Cultural Antequera Teatro o el mismo Concejal, eso sí, será bonito y bueno para Antequera y para el mundo del Teatro).

¿Te acuerdas de todas las obras en las que has participado?.
(Entra Fernando categórico) ¡Y se sabe los diálogos de memoria. No solo los suyos, también los de todos!
Cítame algunas, que las que no haya visto este año en la Casa de la Cultura, las voy a buscar en vuestro canal de youtube de Antequera Teatro.

La primera, como te he contado fue ‘¿Qué bollo es vivir?‘. Después hicimos ‘La Casa de Bernarda Alba’, en la que interpreté a Poncia. En ‘El caso de la mujer asesinadita’ fui Mercedes. Después hicimos ‘La dama de Alba’, que yo era la Peregrina. Más tarde ‘Abre el Ojo’, una obra de mil seiscientos y pico. Fue totalmente verso, por ello, complicado. Todo, todo, todo en verso. Te daban unos tacos así, todo de versos, pero estuvo muy chula. ‘Cinco horas con Mario’, ‘La Diva’
En ‘Lysístrata‘ hice de Cleonice, después ‘Usted tiene ojos de mujer fatal’, ‘La Embajada’, ‘Don Juan Tenorio’, ‘Anillos para una dama’.

Carmen Ramos haciendo Cleonice en Lysístrata | Foto cedida por la actriz / autor Javier Coca.


¿Y cuál estáis preparando para este año?

Pues estamos preparando dos obras que la pandemia nos paró, las teníamos un poco planteadas y no pudimos seguirlas ‘Un marido de ida y vuelta’, graciosísima y ‘Ocho mujeres’, preciosa, que también la va a dirigir Marina Pérez.

Bueno, me dijisteis media hora más o menos y llevamos casi dos horas. No quiero quitaros más tiempo, es que a mí se me han hecho como diez minutos, porque sois encantadores.
Gracias. Tú también lo eres.

Foto de portada cedida por la actriz: autor Javier Coca |