Detrás del violonchelo | Brian Ballinger

El 30 de enero pasado, la EMMA inauguraba con este concierto del virtuoso violonchelista Brian Ballinger el primero de los actos de su Sala en este 2025, preludio de un programa de actuaciones que atraerán nuestro deseo ávido de movimiento cultural, de arte y talento.

Puedes ver y escuchar el concierto entero al final de esta publicación.

Un par de días después de este acontecimiento musical tan delicado y grandioso, dimos una vuelta con Brian Ballinger por Antequera para charlar sobre él. Lleva un año y poco en nuestra ciudad y también se siente en el paraíso.

Brian Ballinger inició su andadura musical a los 6 años, comenzando con el violonchelo y ampliando sus estudios al piano a los 12 años. Es licenciado en Composición Musical por Taylor University, donde se especializó en composición e interpretación de violonchelo. A lo largo de su trayectoria, ha obtenido diversos galardones en concursos de interpretación de violonchelo, entre ellos el primer premio en el Concurso de Conciertos de la Filarmónica de Marion y el segundo premio en el Concurso de Mérito de Cuerda de la Jacob’s School of Music.

Como intérprete, Brian ha tocado con cuartetos de cuerda y varias orquestas. En su faceta de compositor, ha lanzado varios álbumes que están disponibles en todas las plataformas de streaming.

En su vida cotidiana, Brian trabaja para la ONG “Punto de Encuentro”, ( yo tengo un corazón para ayudar refugiados) una labor que le brinda un profundo sentido de propósito y satisfacción. Se siente orgulloso de lo que logrado su equipo, incluyendo el trabajo con refugiados, la formación de extranjeros en contextos multiculturales y la tutoría de jóvenes.

Aparte de su trabajo y música, a Brian le gusta pasar tiempo con su esposa Elizabeth y su hija Noa. Toda la familia espera la llegada de un bebé a finales de febrero.

La conversación fluyó como una melodía. Sin su violonchelo a cuestas, pero sin dejar del todo la música a un lado, hablamos de su vida aquí, sus adaptaciones y reflexiones sobre este tiempo que lleva en nuestra ciudad.


Brian lleva ya poco más de un año en Antequera, y como él mismo también dice, se siente como en un paraíso. Su vida, tan ligada al arte y la música, ha encontrado en esta ciudad un refugio de calma y belleza.
«Estoy agradecido, sí. Yo he formado amistad con mucha gente, creo. Parte en mi trabajo, parte en mi iglesia, parte con la gente de la Coral Ciudad de Antequera y parte en clases de idiomas porque estoy tomando clases de español desde cuando llegué».


Durante nuestra charla, me compartió cómo su estilo musical evolucionó a lo largo de su carrera, pasando de influencias clásicas a una mezcla de géneros y épocas que definen su propuesta contemporánea. Su amor por Johann Sebastian Bach, al que considera el pilar de la música occidental, fue palpable en sus palabras, como se vio también reflejado en la elección de la Suite número 2 de Bach como parte de su concierto, una pieza que ha sido su compañera en momentos de duda y reflexión personal.

Mientras recorríamos los rincones de Antequera, el paisaje fue otro de los temas que surgió en nuestra conversación. Para Brian, el contraste entre lo verde y lo árido, le resulta fascinante y lleno de vida. Las callecitas estrechas y la mezcla de elementos naturales de esta región le ha dejado una impresión duradera, algo que, por su bagaje cultural estadounidense, no esperaba encontrar aquí junto a tanta piedra hermosa de majestuosos monumentos.
La cultura andaluza, especialmente el fervor por las artes, es algo que valora enormemente, y se siente agradecido por la pasión que el público de esta tierra muestra por la música, algo que a veces escasea en su país natal.



La gastronomía fue otro punto en nuestra conversación. ¿Qué es lo que más echas de menos de Indiana?, le pregunté.
La familia, los amigos y la gastronomía.
Me sorprendió su contestación y le dije: explícame, Brian. Entiendo que me digas la familia y los amigos, pero no tengo yo la idea de que la comida americana sea para echarla de menos.
Me aclaró que probablemente no eran las comidas a lo que quería referirse, sino los momentos de celebración familiar en torno a las comidas.
Brian extraña los platos familiares que solían acompañar los momentos de unión en la infancia en su hogar. Lejos de la comida rápida, hablaba con nostalgia de las cenas caseras, como las que hacía su madre.
(Me rendí a su argumento y ahí le di la razón, porque creo en esos momentos mágicos del «pan» con amor, más que en otros de «gallina» con dolor)

Si te parece, después del Museo de la Ciudad, tomamos unas tapas en el Triana y contrastamos ejemplos.
(Podía haberle llevado a cualquier templo del tapeo antequerano. En muchos de nuestra ciudad se tapea de cine, pero para muestra este botón. Nos pilló en camino del Ayuntamiento, llovía a cántaros y era hora de un vinito y de cambiar opiniones sobre delicias de aquí y molletitos como el de pringá…)


Brian no solo ha sabido adaptarse al paladar español, disfrutando de las tapas y de la sencillez de la comida local, también le encanta, según dice, nuestra gastronomía y compartir comida antequerana con su familia y sus amigos.



El contraste entre su vida en Estados Unidos y su vida actual en Antequera también fue constante en su conversación. En su zona natal, la vida corre con prisa; con el siempre presente «hacer algo», pero aquí, en el ritmo sosegado de Andalucía, ha descubierto la belleza del tiempo pausado: «la posibilidad de trabajar por la mañana, disfrutar de un almuerzo tranquilo y tener la libertad de salir a pasear, reflexionar, o simplemente disfrutar de una charla como la que estamos teniendo».

Me dejó claro que este ritmo sosegado y relajado de Antequera y en general de Andalucía está siendo uno de los mayores encantos de su estancia aquí. Sin las prisas constantes que marcaban su cotidianidad en Estados Unidos, se ha encontrado con un espacio para saborear la vida, para disfrutar de la familia, la música y los momentos de reflexión.

Estoy de acuerdo con Brian, yo siempre he pensado que quizás no todo en la vida se mide por lo que se logra o por lo que se corre, sino por lo que se puede disfrutar y agradecer. Y en esa pequeña gran verdad, veo que Brian y Antequera se han encontrado en perfecta armonía.

Brindamos por Antequera.


¿Por qué decidiste mudarte a Antequera y trabajar en una ONG?
He tenido interés en diferentes culturas durante muchos años. Cuando se me presentó la oportunidad de trabajar para mi ONG aquí en España, me pareció una decisión fácil de tomar.

Empezaste en la Música con seis años, ¿no?
Sí. Cuando yo tenía seis años empecé mis estudios con violonchelo. Cuando yo tenía doce años empecé mis estudios con el piano. Cuando tenía seis años no sabía nada de instrumentos, pero creo que elegí bien, el violonchelo es el instrumento para mí. Es mi voz en una manera de decir. Porque yo recuerdo el momento, el programa de música estaba mostrando diferentes instrumentos y yo pensé como un niño: el violonchelo es grande y por eso quise tocar el violonchelo. No sabía nada sobre violonchelo pero ahora creo que la pasión de las cuerdas es algo muy especial, no puedo explicarlo más. Es muy especial. Es muy parecido a la voz humana. El rango es muy parecido a la voz de los hombres y las mujeres. Es… perfecto para mi.
Pero puedo decir más que pienso. Mi pasión primera en la música es la composición.

¿Sí?, ¿más que tocar el violonchelo?
Sí, yo escribo música. Me encanta tocar mi violonchelo, me encanta relacionarme con otros músicos, pero mi pasión primera es escribir, componer. Es algo que yo encuentro difícil no hacer. Yo estudiaba composición en la universidad y tuve clases en cómo componer para distintos instrumentos. Cuerdas, percusión…

Durante tu trayectoria, ¿cómo ha evolucionado tu estilo musical?
Cuando estaba estudiando Composición, mi música era muy similar a la de los compositores del siglo XVIII. Sin embargo, con el tiempo, mi estilo se convirtió en una mezcla de influencias de diferentes épocas y culturas. Un amigo me hizo notar que mi música era similar a la del siglo XVIII, y fue entonces cuando decidí estudiar más estilos, como el jazz, el country y el minimalismo. Así es como comencé a componer de una manera más personal, una mezcla de siglos y culturas.


En tu concierto en Antequera, mostraste una especial admiración por Bach. ¿Qué compositores admiras y qué significa Bach para ti?
Bach es uno de los pilares de la música occidental, es el padre de la Composición. Todos los compositores lo admiran, y yo también. Además, me identifico con él por otras razones más íntimas relacionadas con mis creencia. La habilidad de Bach para componer fugas, mezclando diferentes melodías de una manera que suena perfectamente bien, es incomparable. Otros compositores que admiro incluyen a Tchaikovsky, Dvorak, Schubert, entre otros, por sus hermosas melodías. También me gustan los compositores contemporáneos como Philip Glass, Steve Reich y John Adams, porque su música es accesible pero profunda, lo que es muy difícil de lograr en la música moderna.

Mencionaste, en la EMMA que la Suite número 2 de Bach te había ayudado en momentos especiales de tu vida. ¿Puedes hablarnos más sobre eso?
La música de Bach, especialmente la Suite número 2, me ha acompañado en momentos de duda y confusión. La música de Bach me ofreció consuelo. La música puede expresar lo que no puedo decir con palabras, y la profundidad de su música es una experiencia humana única. Bach me ha guiado durante tiempos difíciles, y su música me ha reconfortado al poder interiorizar mis sentimientos.

¿Qué te ha impresionado más de tu tiempo en Andalucía y en Antequera?
He tenido la oportunidad de ver muchos lugares aquí en Antequera. De aquí destaco el Torcal y de fuera, la Alhambra en Granada. He visitado varios lugares en Andalucía, como Córdoba y Málaga…
Me ha gustado mucho explorar la zona, y me encanta cómo cada ciudad tiene su propio carácter y belleza.
También me gusta la cultura local, ya que aquí en España la gente realmente aprecia el arte. En Estados Unidos, los conciertos no son tan concurridos, pero en Andalucía la gente se interesa mucho por la música y las artes en general.

Además de la música, ¿qué aficiones tienes?
Disfruto escuchando historias, ya sean de películas, libros o podcasts. Si la historia está bien contada, me engancha completamente. También me gusta el deporte, aunque tengo una desventaja porque, aunque jugaba al baloncesto en Estados Unidos, aquí en España la gente juega mucho al fútbol, y no soy muy hábil con mis piernas.

Llenaste el aforo de la Sala EMMA, son 150 sillas y además había gente de pie escuchando música clásica, no es fácil…
Fue una experiencia muy grata ver que el lugar estaba lleno para escuchar mi música. No lo esperaba y me sentí muy agradecido. Me hace sentir contento y agradecido por el apoyo del público. Fue un momento muy agradable, especialmente porque el violonchelo no es un instrumento tan común para atraer grandes multitudes. Me sentí muy bien apoyado desde el principio también por el director Joaquín Castro, por Víctor Gálvez y por todo el equipo de la EMMA.

¿Se adapta bien tu familia a la vida en Antequera?
Mi hija, que tiene dos años, está adaptándose muy bien. Está en la guardería, haciendo nuevos amigos, y creo que va a hablar mejor que yo en poco tiempo. Estamos muy contentos con la vida aquí y, aunque a veces echo de menos mi país, siento que mi familia y yo estamos cambiando y adaptándonos bien a la cultura española.

¿Tienes planes de quedarte mucho tiempo en Antequera?
Nos gustaría quedarnos aquí por lo menos cuatro años para poder acostumbrarnos mejor al idioma y a la cultura. Sin embargo, aún no sabemos exactamente cuánto tiempo estaremos aquí. La vida es impredecible, pero por ahora estamos muy contentos de estar en esta ciudad.

La música es para mí un espacio para relajarme y para dar un regalo a la comunidad |

Brian Ballinger

Presentación y distintos movimientos de las Suites 1, 2 y 3 de Johann Sebastian Bach, interpretación de Brian Ballinger en la Sala EMMA.

Johann Sebastian Bach | Suite 1

Johann Sebastian Bach | Suite 2

Johann Sebastian Bach | Suite 3


Concierto celebrado en la EMMA el 30 de enero de 2025