Lo que Jesús Martínez Labrador escribió en «Palabras de Barro» sobre Mª Victoria Atencia

«Un foráneo en el paraíso» | ChLL para atqmagazine

En estos días, hemos recibido con enorme felicidad la concesión del Premio Nacional de las Letras 2025 a nuestra MªVictoria Atencia. Digo nuestra, porque es malagueña, porque su poesía ha acompañado y acompañará muchos momentos de parte de nuestra vida, y porque cuando una artista comparte su obra, se hace nuestra.

Ahora que el país celebra su nombre, conviene volver a sus libros, abrirlos con calma y dejar que la voz de María Victoria Atencia nos acompañe nuevamente. En sus versos hay consuelo y lucidez, una sabiduría antigua que nos recuerda que la poesía puede salvar lo cotidiano del olvido.
Ella, que ha sabido mirar la vida desde el silencio, nos enseña que la verdadera belleza se revela como una sugerencia sin necesidad de imponerse, si se sabe mirar.
Y así, en este otoño de reconocimientos, su palabra se alza otra vez serena, al amanecer, constante, clara, inmensa…

En los últimos años, su nombre ha recibido homenajes merecidísimos, el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, la Medalla de Honor del Instituto de Academias de Andalucía, el Premio de la Real Academia Española por El umbral, y ahora el Premio Nacional de las Letras Españolas.
Los galardones se acumulan, pero ella los recibe con la humildad de siempre, con esa timidez que, para quienes la admiramos sin conocerla del todo, resulta tan magnética.

Hoy, cuando España entera celebra su nombre, imagino a Jorge Guillén sonriendo desde su claridad eterna; a Vicente Aleixandre bendiciendo su constancia; a Pablo García Baena, brindando desde su cielo de jazmines; y a nuestro querido Jesús Martínez Labrador, aplaudiéndola desde su eternidad serena. Quienes están aquí y nosotros los lectores, todavía podemos hablarle en directo a María Victoria Atencia, pero a ellos los imagino dándole la enhorabuena en palabras de silencio.
La poesía andaluza está de fiesta, y el mar azul mediterráneo que ella ve a diario desde su casa en la Malagueta, parece decir sus nombres al compás de su oleaje.

En el museo de la ciudad de Antequera figura una escultura de la poetisa malagueña, inmortalizada en barro por las manos virtuosas del también «nuestro» gran artista, Jesús Martínez Labrador (qepd).

Tengo que aclarar que tuve la fortuna de poder compartir, en los años 2023 y 2024, interesantes conversaciones y encuentros a comer en la casa estudio de Jesús Martínez Labrador y con nuestra común amiga Rosa Moreno López (asesora en arte). Conversaciones sobre su obra artística y degustaciones de recetas de su madre, que daban pie a tertulias sobre música, escultura, literatura, filosofía… y entrañables admiraciones profundas hacia sus conocidos y amigos. En muchos de esos momentos, durante los continuados encuentros con él, Jesús nos acercó a Rosa y a mí, la admiración que tenía por los siete poetas españoles de los que hizo un retrato en barro y en palabras como tesis doctoral, y que presentó como referencia manuscrita y escultórica en la Universidad de Granada.
(De ahí que yo disponga de una copia autorizada de dicha tesis) | ChLL

«Ellos trabajaban la palabra, como yo la arcilla. Y al par de los retratos surgió una amistad nos decía y con el trato, yo vi en ellos y su poesía un valioso magisterio del que di testimonio con mis obras, que son barros y dibujos».

El capítulo III de la Tésis Doctoral ‘Palabras de Barro’, (Retratos conversados de siete poetas españoles), lo dedica Jesús Martínez Labrador a María Victoria Atencia. La tesis consta de siete semblanzas en palabras con sus siete esculturas correspondientes sobre José Manuel Cabra de Luna, Antonio Carvajal, María Victoria Atencia, Antonio Gamoneda, Pablo García Baena, José Antonio Muñoz Rojas, y Jorge Guillén.

Por su parte, incluida en dicha tesis doctoral, María Victoria Atencia, escribió en mayo de 1992…
(letra manuscrita por Jesús Martínez Labrador que, original y genio hasta para eso, entregó su tesis doctoral escrita a mano con su propia letra).