A pesar de la lluvia que cayó unas horas antes, y quizás por ello, algunas personas celebraron con entusiasmo la bienvenida al solsticio de invierno el 19 de diciembre, con José Podadera en la plaza del Coso Viejo, deseando lo mejor a antequeranos y visitantes en la nueva estación que comenzaría dos días después.
El ciclo de las celebraciones «Clandestino de Solo Saxo» se cerró con una noche de magia y reflexión
… Y los cuatro elementos de la Fuente del Coso Viejo: el agua, el aire, el fuego y la tierra se engalanaron de fiesta, porque con ese acierto quiso vestirlos el director artístico, Paco Peramos.
Los Clandestino de Solo Saxo, que a lo largo de este año 2024 han acompañado los cambios de estación en sus respectivos equinoccios y solsticios, han llegado a su fin con una última celebración de gran belleza y simbolismo. Este proyecto, que ha cumplido su propósito de dar color musical y de emoción a algunos de los espacios más emblemáticos de Antequera, ha celebrado las estaciones climáticas a través de la música, la poesía y la conexión con la naturaleza, uniéndolas al arte y al patrimonio histórico en cada una de sus citas.
Las primeras notas de este ciclo fueron emitidas en las horas mágicas previas al equinoccio de primavera 2024, cuando el sonido del saxofón resonó entre las piedras ancestrales del Postigo de la Estrella, marcando el inicio de este viaje sonoro que ha acompañado el paso de las estaciones en este año que se marcha.
En la noche del solsticio de verano, el patio de armas de la Alcazaba de Antequera se transformó en un patio de paz, donde la luna llena y la brisa cálida tejieron una atmósfera única de hechizo y reflexión.
Con la llegada del equinoccio de otoño, la celebración se trasladó al patio claustral del antiguo convento de San Zoilo, hoy en día Biblioteca Municipal de Antequera , en la que un homenaje a las Letras dio la bienvenida a la nueva estación, abrazando la cultura y la historia de la ciudad.
Finalmente, y para acalorar la llegada del invierno, la Plaza del Coso Viejo se convirtió en un punto de encuentro donde, entre melodías de saxofón, se enviaron al Universo, desde esta plaza singular de Antequera cargada de historia y simbolismo, los mejores deseos de buenaventura para los antequeranos, los visitantes y los ciudadanos del mundo. Fuego, Aire, Agua y Tierra… destellos de vida para un mundo mejor.
Este último evento, que cierra el ciclo Clandestino de Solo Saxo, fue para muchos una ocasión especial para reflexionar sobre el paso del tiempo, la conexión con la naturaleza y la importancia de la música como lenguaje universal. La noche fue una oportunidad más para sentir la ciudad y su cultura de una manera especial, acompañados por el poder evocador de los sonidos del saxofón en un entorno incomparable.
El ciclo Clandestino de Solo Saxo ha demostrado que la música puede ser una puerta hacia nuevas experiencias sensoriales y emocionales, uniendo a la comunidad en torno a la belleza de los elementos naturales y el legado cultural y patrimonial de Antequera.
En todos los casos, Jose Podadera, este virtuoso artista, con su original forma de comunicar la música, fue elegido por el promotor de estos «Clandestinos», para dar protagonismo al saxofón en los cuatro eventos, consolidando un hilo conductor diseñado para enamorar a los oídos con notas instrumentales, que han llenando de emociones durante décadas el alma de los habitantes de la Tierra, replicando melodías que se han ido colando en el recuerdo de la riqueza inmaterial de la cultura universal.
Un poquito de Hallelujah de Leonard Cohen, para llevar el pensamiento donde cada uno quiera:
O unas notas de Imagine de John Lennon y Yoko Ono:
Apoyaron las escenas con diversidad de inspiraciones…
En el Postigo de la Estrella, Carmen Partida evocaba el hechizo de las tres puertas de este enclave centenario y entonaba al final el famoso poema Carpe Diem.
En la Alcazaba, Carmen Parejo puso voz a los Estatutos del Hombre de Thiago de Mello.
En San Zoilo, Carmen Ramos, Manolo Rodríguez y Fernando Pérez recordaron a poetas históricos antequeranos: Pedro Espinosa, Cristobalina Fernández, Luis Martín de la Plaza y nuestro orgullo contemporáneo, Muñoz Rojas. Teresa Pérez del Pino, puso un par de notas de su propias poesías de presente en Aliento.
En el Coso Viejo, de nuevo, Carmen Parejo sembraba palabras de inspiración y reconocimiento a la Naturaleza con Hojas de Hierba de Whitman.
«Al concluir este ciclo de Clandestino Solo Saxo 2024, nos despedimos con el corazón lleno de gratitud y esperanza. Este proyecto ha sido mucho más que una serie de encuentros musicales; ha sido un intento de hermanamiento, un puente de emociones compartidas, y un canto profundo hacia la armonía del mundo. A través de las fechas claves de los equinoccios y solsticios, hemos reflejado no solo el movimiento de la Tierra, sino también el de nuestros pensamientos, buscando siempre el bienestar colectivo. Como habitantes de Antequera y del planeta, debemos recordar que no solo heredamos este mundo de nuestros antepasados, sino que también lo recibimos como un préstamo sagrado de las futuras generaciones. Que la paz y el bienestar sean meta de nuestras acciones colectivas, para que el legado que deje esta sociedad sea digno de quienes vendrán.
Esperamos que esta pequeña contribución desde nuestra cultura local, con la convicción de que «lo pequeño es hermoso», sirva como un grano de arena en la construcción de una conciencia global. Aunque a menudo las acciones locales pueden parecer diminutas en un mundo tan vasto, cada paso que damos hacia la paz, el entendimiento y el bienestar colectivo se multiplica, creando un impacto más grande del que imaginamos. Así como los granos de arena forman montañas, cada gesto, cada encuentro, cada nota de música compartida, tiene el poder de transformar. Que este humilde esfuerzo sea un recordatorio de que todos tenemos un papel crucial en el cuidado y la preservación de nuestro mundo, no solo para nosotros, sino para las generaciones venideras». | Organización del Ciclo «Clandestinos Solo Saxo».
Jose Podadera interpretó diez temas preciosos, algunos de ellos ya clásicos en el ciclo y otros también «de llevar la música a otro mundo». También hubo momentos para villancicos, la fecha lo pedía.
En el fin de fiesta, cuando la plaza en sus idas y venidas de paseantes se sentía terminando, no podía faltar este tema Dance Monkey, que ha sido icono festivo de todo el ciclo:
Gracias, sinceras, a quienes han seguido estos conciertos participando de estos ratos de encuentro significativos | Staff «Clandestinos Solo Saxo»