«Un foráneo en el paraíso» | ChLL para atqmagazine.es
Y yo cada vez que asisto a una de sus presentaciones o la veo en RTVE, me acuerdo de aquella frase de Picasso: “Cuando era niño dibujaba como Miguel Ángel. Me llevó años aprender a dibujar como un niño”.
Digo esto, porque hace falta mucha sabiduría para lograr comunicar con lenguaje que entienda un niño o que entiendan unos abuelitos, y en ambos casos sin infantilizarnos, los conocimientos científicos tan complejos de las investigaciones arqueológicas.
Margarita Sánchez Romero, con un currículum de excelencia, sin embargo escribe y habla para el entendimiento de todos, niños, jóvenes, adultos y ancianos. Y convierte su mensaje en universal con su magia narradora.
¡Yo he comprobado en directo cómo llega a los jóvenes de Antequera y cómo disfrutan con sus libros!.
La presentación de ‘Lo que el cuerpo nos cuenta’ este 4 de junio en Los Dólmenes de Antequera fue un acto emotivo y reflexivo, en el que destacó una vez más el compromiso de Margarita Sánchez Romero, catedrática de Prehistoria en la Universidad de Granada y reconocida divulgadora científica, en visibilizar a las mujeres y a otros grupos históricamente excluidos de los relatos oficiales de la historia.
Margarita Sánchez Romero es una de esas personas cuya presencia transforma una sala. Catedrática de Prehistoria en la Universidad de Granada, su mirada va más allá de las piedras y los restos; observa las huellas de las mujeres y los niños en la historia, esas que a menudo han quedado borradas del relato oficial.
La sesión de presentación de este nuevo libro fue organizada con mimo por la Conservadora del Museo Conjunto Arqueológico de Los Dólmenes de Antequera, Araceli López, que había preparado una de las salas del complejo, muy acogedora y con un fresquito que el público pudimos agradecer. Ella había organizado con mucha originalidad y acierto que en cada silla hubiera un texto que podía ser utilizado para reflexionar en común sobre momentos del libro y dar pie a la conversación sobre distintos temas reflejados en él.

La directora del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, Carmen Mora, (a la dcha en la foto) dio la bienvenida a Margarita Sánchez Romero, hablando de ella que es una de las voces más firmes y comprometidas con la construcción de una mirada más equitativa sobre nuestro pasado.
Hizo semblanza de su trayectoria y de su trabajo, que ha sido clave para rescatar del olvido la historia de quienes, durante siglos, han quedado fuera del relato oficial: las mujeres.
En ella confluyen ciencia y compromiso, emoción y pensamiento crítico, dijo. Y en su nueva obra, Lo que el cuerpo nos cuenta, Marga nos invita a reflexionar sobre la exploración arqueológica y ética que conecta el pasado con los debates más urgentes del presente: género, corporalidad, cuidados, fragilidad y fortaleza

Foto: cortesía de Laura Delgado
Acabo de terminar de leer ‘Lo que el cuerpo nos cuenta’ y solo han pasado 4 días desde que lo traje a mis manos y a mis ojos. ¡Y es que se lee muy fácil y bonito. (Dejo para posterior ratillo una mirada más lenta de reflexiones más pausadas).
Con la legitimidad que soporta el hecho de que he leído tres de sus libros: ; ‘Prehistorias de mujeres’; ‘Cuentos de mujeres que forjaron el mundo‘ y este último, ‘Lo que el cuerpo nos cuenta’ me atrevo a opinar sobre algunas líneas del estilo y el tono de la escritura de Margarita. Así respondo a la primera parte del título de este artículo.
Me gusta su tono cálido y su vocación de diálogo. Ella escribe como si conversara contigo. Escribe como cuenta oralmente, con ritmo, humor y emoción. Con un estilo accesible, empático y directo. Con una sensibilidad que humaniza el conocimiento. No renuncia al rigor, pero baja a la tierra usando metáforas, anécdotas personales y referencias culturales populares para que entendamos conceptos arqueológicos complejos sin infantilizarnos.
No impone saberes y eso que por el mérito reconocidísimo desde la autoridad académica que tiene, sería fácil que se produjera; más bien invita a pensar juntos, a desmontar certezas y revisar relatos hegemónicos. Hay una voluntad ética y política en su escritura: crear conciencia sin adoctrinar, sembrar preguntas más que ofrecer respuestas cerradas.
Escribe feminista (¡estaría bueno!) pero sin academicismo excluyente, con vocación inclusiva y de forma natural y pedagógica. Cuando nos contó en la charla en Los Dólmenes este 4 de junio y cuando analiza en un capítulo del libro los tacones o la maternidad en la prehistoria, no lo hace desde la anécdota ni desde el morbo, sino desde una mirada estructural que invita a pensar: cómo las decisiones culturales sobre el cuerpo han sido (y siguen siendo) políticas. Los cuerpos —especialmente los femeninos, dice frecuentemente — son espacios de memoria, dignidad, resistencia y también de control social.

Veo que en su constante narrativa utiliza a menudo el cuerpo como puente entre lo arqueológico y lo vital. Como fuente de información, pero también como territorio simbólico, social, emocional. Eso le da un fondo profundamente humano a su trabajo, y lo hace distinto de otras formas de divulgación más frías o distantes. El cuerpo dice cosas, carga con el dolor, cambia, y deja marcas. Margarita lo escucha con una sensibilidad que mezcla ética, ciencia y poesía.
En los tres libros y en las charlas escuchadas compruebo que Margarita no divulga por entretenimiento: su escritura busca justicia narrativa. Quiere reparar ausencias, dar voz a quienes han sido ignoradas por la historia: mujeres, niñas, ancianos, cuerpos «no normativos» ( e insiste con ironía siempre en esto del cuerpo normativo que lanza un mensaje balsámico a quienes lo escuchamos, seamos hombres o mujeres). Transmitir conocimiento, para ella, es – según yo veo- una herramienta de empatía, memoria y resistencia.
Un hueso, un tacón o una tumba se convierten en excusa o puerta de entrada para discutir grandes temas como el poder, el género, el olvido o la maternidad…
Ella sabe cuándo hablar como experta y cuándo como mujer que vive y observa, estableciendo puentes entre ciencia y sociedad.
Y sabe transmitir con el corazón y con la cabeza, generando textos que se comprenden y se sienten.

Critica constantemente, como martillo pilón, que los museos y relatos históricos siguen mostrando una prehistoria dominada por hombres adultos, ignorando la existencia de mujeres, niños, personas con discapacidades y diversidad corporal. Denuncia que esto refleja una visión reduccionista, clasista y patriarcal que sigue presente en la forma en que enseñamos y entendemos el pasado.
Ese tono de Marga Sánchez Romero que me embelesa porque habla con la serenidad de quien se ha ganado el derecho a decir las cosas como quiere. “Ya soy una señora mayor”, bromea, en sus intervenciones “puedo permitirme estas cosas”. Pero no hay vejez en su discurso, sino claridad. Esa que llega cuando se ha vivido lo suficiente como para entender que ser mujer ha sido —y sigue siendo— una experiencia mediada por exigencias externas, pero que aún así, siempre queda espacio para la autoafirmación.
En su libro Lo que el cuerpo nos cuenta lo narra muy bien. Es una invitación a escucharnos en voz alta, a interrogarnos desde el presente pero con la memoria larga, a sabernos cuerpo… con todo lo que eso implica. Y Marga, como buena arqueóloga del tiempo y del alma, nos entrega una herramienta para desenterrar no solo huesos, sino también verdades. Propias y compartidas.

Sinopsis de ‘Lo que el cuerpo nos cuenta’
Una mirada de género al cuerpo femenino en la prehistoria
El cuerpo de las mujeres ha sido objeto de controversia a lo largo de la historia. Nos define y nos estereotipa mucho más que a los hombres. Las normas, los gustos, las modas y las imposiciones sociales de cada momento determinan cómo debemos ser, pesar, qué debemos aparentar? y, en muchas ocasiones, terminamos cediendo a lo que se espera de nosotras, y esto acaba siendo un poderoso instrumento político que se utiliza, muy a menudo, a nuestra contra. La realidad es que la materialidad del cuerpo humano, tanto en lo biológico (tejidos, huesos) como en lo social (alimentación, adorno, vestimenta, ejercitación) refleja perfectamente las experiencias que vivimos y cómo nos relacionamos con el mundo. En este libro, Marga Sánchez Romero demostrará que en las sociedades del pasado el cuerpo también se utilizó de forma política, para expresar sentimientos de pertenencia, identidades individualizadas, etc. y que las lecturas que se han hecho desde la arqueología han usado el cuerpo de las mujeres en la prehistoria para hacer política también en la contemporaneidad.
Entre otras cosas…
Marga Sánchez Romero (Madrid,1971) es catedrática de Prehistoria, divulgadora y vicerrectora de Extensión Universitaria, Patrimonio y Relaciones Institucionales en la Universidad de Granada.
Su principal interés como investigadora es reivindicar la importancia del papel de las mujeres y la infancia en las sociedades prehistóricas.
Con otras compañeras, creó el proyecto Pastwomen, que tiene como objetivo dotar de visibilidad a las líneas de investigación en arqueología e historia vinculadas al estudio de la cultura material de las mujeres.
Actualmente es colaboradora habitual en «El condensador de fluzo», emitido en La 2 de RTVE.
Es premio «Carmen de Burgos» a la divulgación feminista de la Universidad de Málaga y premio «Granada, Ciudad de la Ciencia y la Innovación».
Es Académica Numeraria de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera.
Es miembro del patronato del Museo Arqueológico Nacional.
Puedes seguirla en
X: @arqueoinquieta
Facebook: @Marga Sánchez Romero
Instagram: @marga_sanchez_romero