(Foto de portada) árbol del paraiso o júpiter en el atrio del cementerio de Antequera
Juan Manuel Ruiz Cobos
Hay árboles que florecen en plazas, avenidas o patios señoriales. Y luego están los que deciden hacerlo en los umbrales del silencio. En el atrio verde del cementerio de Antequera; ese lugar donde las palabras callan para que hable el recuerdo, una Lagerstroemia indica ha decidido convertirse en flor. Este año, tras un ciclo de lluvias más generoso que en temporadas anteriores, este árbol ha desplegado una floración tan exuberante como inusual para nuestras tierras, recordándonos que la belleza no solo sobrevive al tiempo, sino que, a veces, lo desarma.
La Lagerstroemia indica, también conocida como árbol de Júpiter, árbol del paraíso, …. es una de las especies más admiradas por su floración estival prolongada, que abarca desde junio a septiembre en climas cálidos. De origen asiático (China, Corea y Japón), fue introducida en Europa en el siglo XVIII y ha sabido adaptarse bien a climas mediterráneos cuando se encuentra en suelos frescos y bien drenados.



(Foto) panícula rosada y detalle del tronco abrazado del jupiter antequerano
Entre sus atributos botánicos destacan: Flores rizadas, en tonos rosados, lilas, blancos o violáceos, que recuerdan a pequeños claveles agrupados en panículas. Tronco decorativo y exfoliante, que en invierno muestra tonos canela, grises y rosados. Madera densa y valiosa, utilizada en su lugar de origen para trabajos finos y muebles. Resistencia relativa a la sequía una vez establecida, aunque prefiere suelos húmedos como los que antaño ofrecía ese atrio, con más sombra y frescor que el entorno urbano más expuesto.
En otra época, Antequera pudo presumir del que fue, probablemente, el mejor ejemplar de Lagerstroemia indica de toda Andalucía. Así lo señalaba don Javier Priego Pugga de la Matta†, de quien tuve el privilegio de recibir enseñanzas enraizadas en esta tierra antequerana. Aquel árbol, ubicado en el Coso Viejo; frente al Palacio de Nájera, compartía espacio con otros tres ejemplares. Su desarrollo excepcional pudo deberse, en parte, a la cercanía de la lámina de agua y a una plantación más antigua, que le confería un porte singular y un diámetro verdaderamente notable.

(Fotografía de Juan Antonio Ramos Galindo † donde se puede distinguir el gran desarrollo entre las compañeras del Coso)
Su ramaje abierto y simétrico regalaba cada verano una floración que desbordaba belleza y armonía. Hoy, esos árboles ya no existen, pero su recuerdo reverbera en el ejemplar solitario del camposanto, que parece reclamar, sin estridencias, el legado de aquel tiempo. Un árbol con nombre difícil y flores inolvidables.
En el excelso ámbito viverístico granadino, se tiene acuñado que cuando la lluvia llega… la Lagerstroemia canta. Y es que el género responde con intensidad a los ciclos lluviosos.
Los años secos suelen dar floraciones más tímidas o incluso inexistentes, mientras que inviernos y primaveras húmedas desencadenan auténticas explosiones florales. Este año así ha sido en la que hoy nos trae hasta esta nueva entrega, pues tras un régimen pluviométrico más benevolente con las sedientas tierras de Antequera, el ejemplar del cementerio ha florecido como si quisiera recordarnos que no todo está perdido, que la belleza es posible incluso en lugares donde la tristeza tiende a instalarse.
En muchas culturas, la Lagerstroemia está asociada a la renovación, la perseverancia y la elegancia discreta. No en vano, florece cuando otros árboles ya han agotado sus energías, y lo hace sin aspavientos pero con una dulzura cromática que embelesa, como es la rosácea de la nuestra.
Y así, bajo la luz vertical de agosto, en tiempos donde es muy difícil localizar la ternura humana preñada de paz , la Lagerstroemia del camposanto se convierte en un canto a la vida. Porque donde florece un árbol, aún hay esperanza. (Anónimo oriental, atribuido a sabidurías taoístas).
…Porque lo vivo también es arte. Porque lo vivo también es memoria. Cuídense.

Juan Manuel Ruiz Cobos es un experto en Jardinería con más de 30 años de experiencia en el diseño, creación y mantenimiento de espacios verdes urbanos. Director técnico de Jardines de Icaria y presidente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza. Ávido de conocimientos y actualización de técnicas tiene una extraordinaria formación en Infraestructuras Verdes Urbanas. Apasionado de la lectura y de Antequera, de su historia y de su desarrollo como ciudad, de sus costumbres y de su patrimonio cultural, artístico, paisajístico y gastronómico. Gran conocedor, amante y defensor de su pueblo, al que lleva siempre donde quiera que vaya.