El Jardín Botánico-Histórico La Concepción de Málaga

Málaga, capital de la Costa del Sol, puede enorgullecerse de ser uno de los destinos turísticos favoritos de España y del extranjero. De sus muchas cualidades, podríamos mencionar su clima, playas, gastronomía, el carácter acogedor de su gente, museos o festividades como la Semana Santa y la Feria de Agosto. Por algo la apodan “Málaga la Bella”. Pero también deberíamos conocerla por atesorar uno de los jardines más imponente que podemos apreciar en Europa y que tenemos la fortuna de disfrutar a un paso de Antequera. Un lugar de ensueño que despierta los sentidos de cualquier amante de la naturaleza, transportándolo a lugares evocadores y exóticos. Sí, nos referimos al Jardín Botánico-Histórico La Concepción. Situado al norte de la ciudad, entre el pantano del Limonero y la autovía A-45, a orillas del río Guadalmedina.

Durante el siglo XIX, la capital malacitana sufrió un fuerte auge político, económico y social, teniendo una gran repercusión en el comercio y la industria (siderometalurgia, textil, algodonera, química…). También, en el segundo tercio del siglo XIX, el puerto ostentó una buena comunicación con América y otros países, aumentando el flujo comercial con la capital. Liderando esta bonanza, encontramos entre las familias más relevantes a los Larios, Heredia y Loring, conocidos como el “clan de la Alameda”. También otros apellidos que estuvieron asociados a iniciativas culturales y empresariales fueron los Temboury, Grund, Souvirón, Gross, Scholtz… conformándose así una burguesía que realzó la vida social y cultural de esos años. 

La llegada de numerosos extranjeros que vinieron a vivir a la Málaga decimonónica,  provocó un creciente interés por las plantas y espacios verdes en la segunda mitad de siglo, viéndose reflejado en la urbe con la aparición de parques, plazas y paseos ajardinados. Se fueron incrementando los viveros en España como los de Madrid, Valencia, Zaragoza y Granada. Los jardines se surtieron también de plantas que provenían de invernaderos de Francia, Inglaterra, Holanda y Bélgica; o a través de intercambios y donaciones entre coleccionistas y aficionados, además de la búsqueda de semillas solicitadas a instituciones especializadas. Hubo un apogeo por la afición del cultivo de especies raras y el coleccionismo, sobre todo a consecuencia de una pujante clase pudiente que decoraban sus residencias con diversas plantas y variedades florales que se alternaban con juegos de agua, invernaderos, hermosos vergeles donde poder reunir a familia y amigos. 

El origen de La Concepción se debe a la unión matrimonial de dos familias influyentes de la burguesía malagueña del siglo XIX, los señores Jorge Loring Oyarzábal y Amalia Heredia Livermore, marqueses de Casa Loring, título otorgado por la reina Isabel II en 1856 en agradecimiento por sus donaciones y ayudas durante la terrible pandemia de cólera que asoló Málaga.

Los Loring- Heredia eran un matrimonio sumamente culto, además de grandes aficionados de la botánica, el coleccionismo, la literatura, arqueología y el arte. Todas sus inquietudes intelectuales  las llevaron a cabo en su finca de esparcimiento y recreo de La Concepción, adquirida un 24 de julio de 1855. Años antes, durante su viaje de novios por Europa, quedaron enormemente impresionados y enamorados en sus visitas a villas, haciendas, palacios y parques botánicos, que les sirvieron de inspiración para el jardín que impulsaron y emprendieron en La Concepción. El origen de la hacienda radica de la unión de varias fincas. En aquella época, su producción era prioritariamente de carácter agrícola. Primaba por entonces el cultivo de cereales, olivos, vides y cítricos.

Para su reforma contaron con un jardinero francés, Jacinto Chamoussent Codé, el cual se encargó de diseñar el trazado de un jardín al estilo inglés, que estaba en boga por aquellos años. Entre las características que reúne un jardín de este tipo son: un trazado sinuoso y serpenteante, una vegetación aparentemente no domesticada dando impresión natural, y elementos arquitectónicos que coexisten con la naturaleza y frondosidad del espacio, dejando en manos del paseante la exploración y la sorpresa, y encontrando a su paso puentes, estanques, cascadas, estatuas e irregularidades de la naturaleza que provocan expectación y contemplación. El jardín es también un ejemplo de “jardín isabelino”, de los que quedan muy pocos con el trazado original. 

Chamoussent supo adecuar e integrar las plantas exóticas a la climatología de Málaga y a la localización que disponía el jardín, creando así un microclima especial para ellas. La asistencia a certámenes y exposiciones florales de la época hizo que alcanzara un gran reconocimiento por su labor consiguiendo numerosos premios y galardones.

La Hacienda concentró gran parte de la vida cultural y social de la época. La asistencia de lo más granado y relevante del mundo financiero, aristocrático y político se dieron lugar en este maravilloso enclave natural: desde el rey Alfonso XII en 1877, la emperatriz Elisabeth de Austria (Sissi) en 1893, la princesa Beatriz de Battenberg en 1907, hasta Cánovas del Castillo, Romero Robledo o Eduardo Dato, entre otros ilustres visitantes. 

En 1911, tras la quiebra económica de los Loring-Heredia, la finca fue adquirida por el matrimonio vasco don Rafael Echevarría Azcárate y doña Amalia Echevarrieta Maruri, realizando mejoras y ampliando zonas tanto en la fisonomía del jardín como en la colección de árboles y palmeras. A la muerte del matrimonio, y sin descendencia, la finca fue administrada por el hermano de Amalia, don Horacio Echevarrieta Maruri manteniéndola hasta su fallecimiento en 1963. Desde entonces, el lugar cae en el abandono y la desidia.

En el año 1990, pasó a ser de titularidad pública, ya que fue vendido al Ayuntamiento de Málaga por 600 millones de pesetas (3.606.073€). Se creó el Patronato Botánico Municipal, que ha sido el encargado de su gestión, abriendo sus puertas al público en 1994.  

En este jardín Botánico-Histórico, es mejor dejarse llevar y perderse por cada uno de sus rincones, a través de los caminos y senderos que se abren al paso del viandante. Cuenta con más de cincuenta mil plantas y tres mil especies, entre las que podemos encontrar diferentes variedades tropicales, subtropicales, autóctonas y agrícolas. También podemos destacar los ficus, araucarias, causarinas, magnolios, pinos, cipreses, cedros, cicas, bambúes y nenúfares; sobresaliendo su colección de palmeras, entre otras. El jardín de La Concepción comprende una superficie de 23 hectáreas, siendo el epicentro su jardín histórico con una superficie de 3,5 hectáreas y aglutinando las especies monumentales más importantes.

A continuación se destacan los principales puntos de interés de la Hacienda.

El Paseo de Palmeras o Datileras daban la bienvenida a los visitantes que accedían con sus carruajes desde Málaga. Era un camino de tierra donde se alternan la palmera datilera y el palmito elevado. Al ser el lecho seco del río Guadalmedina, se regaba para que no levantara polvo a su paso. Cánovas del Castillo llegó a afirmar en algún momento: “El Guadalmedina es el único río que hay que regar en verano”. 

El Paseo de Plátanos. Un camino de tierra donde confluían hileras de plátanos de sombra que asciende desde la entrada a la casa principal, finalizando en una glorieta que hace de distribuidor de caminos. 

La Glorieta de Amalia Heredia es la antesala a lugares tan importantes como el corazón del jardín y la Casa-Palacio. 

El Museo Loringiano. Templo de estilo dórico construido en 1859 por el arquitecto alemán Wilhelm Strack. Lugar que estuvo rodeado de estatuas, mosaicos, piezas arqueológicas de gran valor, dotando al espacio de ese aspecto romántico de ruinas antiguas tan buscado por los paisajistas del XIX. Podíamos encontrar y destacamos un mosaico romano que fue hallado en la cercana Cártama en 1858, representaba las hazañas de Hércules. Posteriormente fue trasladado al País Vasco como suelo para el panteón familiar de los Echevarría-Echevarrieta. También estuvo en el Museo Loringiano, la Lex Flavia Malacitana, hallada en 1851 en la zona del Monte de El Ejido en Málaga. Estas tablas de bronce justifican la existencia de Málaga como municipio romano. Redactadas en el siglo I d.C., en la época de Domiciano. Hoy día las encontramos en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. 

La residencia de recreo, primero de los Loring Heredia, y posteriormente de los Echevarria- Echevarrieta, fue la Casa – Palacio. Obra de estilo neoclásico realizada sobre los vestigios de un cortijo antiguo en 1865 por el arquitecto alemán August Orth. Albergaba una importante biblioteca entre sus muros, con obras clásicas y manuscritos inéditos. La familia Loring-Heredia realizaba tertulias y fiestas, acudiendo importantes celebridades a las citas. La familia Echevarría-Echevarrieta venían en temporada de invierno atraídos por la suavidad de su clima, en oposición al frio del norte de donde provenían. 

Frente a la mansión encontramos el Estanque del Tritón de forma circular. Es un tipo de surtidor que era muy frecuente admirar y encontrar en los jardines de la época colocado frente a las mansiones o palacios, aumentando así el carácter romántico del ambiente.

Justo al lado de la Casa-Palacio podemos contemplar un bellísimo Cenador. Construido en 1859 en la ferrería malagueña propiedad de la familia Heredia. Resaltar de esta ubicación la existencia de una planta trepadora de origen chino, la glicina (Wisteria Sinensis), que se entrelaza con la estructura férrea cubriéndola por completo. Florece a comienzos de primavera, sorprendiendo al espectador por sus bellísimas flores lilas. Es uno de los mayores alicientes de la finca. 

La cascada y la ría están situadas en el centro del jardín. La ría atraviesa el jardín de oeste a este, dividiendo el espacio en dos partes. Se realizaron puentes para cruzarla y unir ambas zonas. La cascada se sirvió de terrazas dispuestas en ladera ocupando una especie de colina por el que discurría el agua dando saltos. Tanto la cascada como la ría se hicieron a partir de 1878, al igual que la construcción de los puentes.

El Puente Carretero se encuentra a continuación de la glorieta Amalia Heredia y permite cruzar la ría. El nombre se debe, desde su origen, a las carretas que se dirigían hacia la Casa-Palacio o la Casa de Oficios y debían pasar por ese punto. Realizado en hierro proveniente de la ferrería de la familia. 

El Puentecito de Hierro. Pasarela curva realizada en hierro. La barandilla de forja de hierro imita unas ramas de árbol, reproduciendo así la naturaleza en su diseño. El puentecito junto a la ría es uno de los lugares más vistosos del jardín, rodeado de una frondosa vegetación a su alrededor. 

La Alberca de los Claveles e invernaderos. Flanqueada por dos pérgolas y llamada así por los numerosos claveles que había en su entorno. Cerca se construyeron dos invernaderos cubiertos de cristal. Este espacio se completa con un bosque de bambú negro, único desde entonces en España. 

La escultura y arroyo de la Ninfa. Fue realizado en el primer cuarto del siglo XX, ya siendo propietarios de la finca los Echevarría-Echevarrieta. De estilo romántico con pequeños cuadros ajardinados de diferentes formas y tamaños. 

El Mirador fue erigido por la familia Echevarría-Echevarrieta entre 1920 y 1925. De estilo regionalista. Una alberca rectangular aparece junto al mirador. Desde el templete-mirador podemos apreciar algunos lugares emblemáticos de la ciudad malagueña, como la catedral, el mar, los montes de Málaga, el castillo y el monte de Gibralfaro.

Otras edificaciones que se encuentran presentes dentro del complejo son: la casa del administrador, la casita de los cipreses, la casita del jardinero o la antigua escuela.

El jardín botánico, que se encuentra rodeando al jardín histórico, contiene una serie de colecciones de plantas ordenadas científicamente. Pueden ser visitadas a través de rutas temáticas y didácticas como: la vuelta al mundo en 80 árboles, las plantas de nuestra tierra, la colección de palmeras y bambúes, la ruta de los miradores y forestal, la colección de frutales y de plantas insectívoras…

El jardín histórico de La Concepción fue declarado jardín histórico-artístico en 1943. Hoy día, está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC).

BIBLIOGRAFÍA: 

  • “Plantas y jardines en la Málaga del siglo XIX. El caso singular de la Hacienda la Concepción”. Blanca Lasso de la Vega Westendorp. Diputación Provincial de Málaga. (2017).
  • www.laconcepcion.malaga.eu

Ester Cortés Romero es brillante (Carlos L.| editor).
Diplomada en magisterio y Licenciada en Publicidad y RRPP. Enamorada de la Historia, del Arte, de la Cultura, de los libros, y de su ciudad, Antequera, dando valor a muchas otras del resto del mundo -en especial Sevilla y París-.
Una persona JASP (acrónimo de Joven Aunque Sobradamente Preparada). Con capacidades enormes de documentalista, puede dedicar el esfuerzo de horas “de ratón de biblioteca” hasta encontrar un dato fidedigno para dar rigor a sus escritos y a todo lo que hace, porque a ella no le vale cualquier cosa. Su capacidad didáctica descriptiva es otra de sus virtudes, a la que une la pasión por contar a los lectores cosas interesantes de su Antequera natal donde ha sido y es feliz.
Genial conversadora, culta, inteligente, actualizada, sencilla, familiar, deportista practicante, excelente persona…


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