Bonitos encuentros para la salud en esta ciudad maravillosa

«Un foráneo en el paraíso»| ChLL

Cada martes y jueves, en las primeras horas del día, un grupo de personas unidos por el objetivo amable de hacer un ejercicio saludable, decidimos estar un ratillo juntos practicando TaiChi.

Nos regalamos un rato de calma y movimiento consciente. Sin prisas. Sin ruido interno (tampoco notamos el externo). Es un rato sencillo pero valioso. Hay algo especial en compartir el silencio previo al día con otras personas que también han decidido empezarlo con el cuerpo despierto y el alma tranquila.

El más aventajado del grupo, Damián Aranda, que arrastra además, una amplia formación como enseñante de esta disciplina. Formación forjada por años en Benalmádena con línea directa China.
Lo mejor de él no es todo lo que sabe, sino cómo lo comparte, con cercanía, con respeto, con una sonrisa siempre a mano. Nos aconseja amigablemente los movimientos que debemos hacer para cargar nuestra energía vital y hacerla circular por todo el cuerpo mientras llevamos nuestro pensamiento a serenidad meditativa. Hacemos taichi occidentalizado a pesar de las raíces chinas de esta disciplina.

La primera parte del encuentro es dicharachero, mientras llegamos todos. Y cuando empezamos la práctica, nuestro amigo Damián se sube a lugar visible por todos y va danzando cada postura y cada ejercicio a tan solo dos voces que marcan nuestro compás: «a» ( comienzo de ejercicio) y «sua»(final de ejercicio). El resto del grupo en silencio absoluto, casi meditativo, le seguimos casi en un susurro de movimientos, imitando cada gesto con atención y delicadeza. El aire se llena de una energía quieta, como si algo invisible despertara dentro de nosotros y se pusiera a circular, despejando el ruido, aflojando tensiones, dejando espacio para la serenidad. Vamos activando en nuestro cuerpo una dinámica postural que permite mover cada músculo del cuerpo de forma activa y serena consiguiendo resultados de salud impensables.

Foto: prestada por Jose Díez de los Ríos (también la portada).


Durante un tiempo hemos «aterrizado» en la Plaza del Coso Viejo. Es lo que tiene vivir en una ciudad maravillosa como esta, que posee muchos rincones amables que se te presentan como un regalo cuando sabes mirar con calma. Así, cerquita de casa puedes, sin molestar a nadie, practicar y disfrutar de actividades que no están sujetas a otras pautas. Pronto llevaremos nuestro encuentro a otras zonas de la ciudad para que nuestros cuerpos salerosos reciban desde otro paisaje, los rayos de sol y la brisa del viento, el oxígeno de los árboles… y la energía histórica de las piedras.

Dicen que el TaiChi es uno de los mejores deportes que a partir de los 50 años se puede practicar.
Es una disciplina de origen chino que combina movimientos suaves, respiración controlada y concentración mental, ofreciendo una práctica completa tanto para el cuerpo como para la mente.

Al margen del purismo de la disciplina, entre sus principales beneficios deportivos se encuentra el fortalecimiento muscular, ya que sus movimientos lentos y controlados actúan como una forma de resistencia suave. Además, mejora significativamente la flexibilidad, el equilibrio y la coordinación, lo que lo convierte en una excelente opción para personas mayores ( ideal para mí).

Y más allá de los aspectos físicos, el Taichi también tiene un impacto positivo en la salud mental. Su enfoque meditativo ayuda a reducir el estrés, la ansiedad y mejora el estado de ánimo general, contribuyendo a una mayor claridad mental y concentración. Gracias a su bajo impacto y accesibilidad, puede ser practicado por personas de todas las edades y condiciones físicas, convirtiéndose en una opción ideal para quienes buscan una actividad integral que beneficie cuerpo y mente.