14 investigadores de renombre reúnen en esta monografía mucho saber sobre la Peña de los Enamorados

Un foráneo en el paraíso | ChLL para atqmagazine

Es lógico que si 14 investigadores, muy reconocidos en sus distintas facetas de las que son expertos, «meten» en un libro, la información que conocen, fruto de su estudio detallado, sobre la Peña de los Enamorados, el resultado no puede ser otro que un tesoro editorial lleno de joyas informativas de conocimiento.

Esa es mi impresión y valoración personal de lo que quedó significado en la presentación de esta monografía en el Conjunto Dólmenes de Antequera el pasado 15 de julio, a la que tuve la felicidad de asistir. Ya estoy deseando conseguirla.

Cuando Carmen Mora Mondéjar, directora de este organismo oficial, es científica, actúa como científica; cuando es gestora institucional, es una eficaz gestora cultural museística; y cuando es anfitriona protocolaria, despliega entonces su dulzura humana para acoger, con la entrañable naturalidad y empatía que le caracteriza, al auditorio. No es solo lo que dice, es su actitud acogedora que trasciende a sus palabras.

«Como sabéis, dijo, hoy estamos de cumpleaños. Hoy es nuestro octavo aniversario, desde que en 2016 nos declararon Patrimonio Mundial de la UNESCO. Esta mañana hemos tenido la inauguración a cargo del consejero de Turismo, Cultura y Deporte, don Arturo Bernal, que ha tenido a bien acompañarnos para la inauguración de las dos exposiciones que hemos inaugurado, Megalitismo en Tierra de Cádiz y La Peña de los Enamorados, Genius Loci. Y esta tarde, como colofón a este día de aniversario, tenemos la presentación de este maravilloso libro que por fin ve la luz, gracias al esfuerzo de sus autores y que hoy tenemos la gran suerte de presentar.
Terminaremos la jornada con un concierto maravilloso de Paula Coronas, una pianista maravillosa que nos deleitará con su arte en la sala de Muñoz Rojas.
..

Centró breve, pero contundente la importancia de la obra, «han hecho un trabajo que nos sumerge en la historia milenaria de la Peña de los Enamorados, un referente paisajístico en la tierra de Antequera… Es un símbolo y es una razón de ser. Menga está orientada a esa Peña de los Enamorados, con lo cual su simbología para nuestros ancestros, ya significaba algo… » ((¡!).

Y dio paso enseguida a Virgilio Martín Enamorado, a quien declaró su agradecimiento en el tesón y maestría llevado a cabo para coordinar este libro. Y, no sin antes agradecer a los autores sus investigaciones, dio la bienvenida al público asistente, haciéndonos partícipes de este gran acontecimiento del saber.
En ese momento, Carmen Mora tuvo un especial y emotivo recuerdo para Bartolomé Ruiz, anterior director del conjunto arqueológico «al que hoy quiero mencionar aquí, porque gracias a él tuvimos esa Declaración de Patrimonio Mundial y él fue un importante del espíritu protector, ese genius loci inspirador de esta obra y no quiero dejar pasar la oportunidad para agradecerle su trabajo».

Estuvieron presente algunos de los autores, que fueron explicando su aportación a este tratado.
El propio Virgilio fue llamando a los distintos colaboradores de esta producción editorial para que dieran unas pinceladas sobre la parte trabajada en cada caso.

De izquierda a derecha: Juan Benítez, Carmen Mora, Virgilio Martín y Manuel Romero.



Habló en primer lugar Manuel Romero, Licenciado en Ciencias Biológicas y Master en Urbanismo y Medio Ambiente, cuyo enorme prestigio en su campo le precede, y contó cosas muy interesantes sobre La Biodiversidad de la Peña de los Enamorados, y facilitó datos de especies de flora y fauna que habitan en nuestra roca y que fueron sorprendentes para un lego como yo: «En lo que refiere a la fauna, en lo que es la peña, ahora mismo, en el catálogo de vertebrados, nos salían en el estudio 121 especies de vertebrados. Si sabemos que la Peña tiene una superficie estimada de unas 227 hectáreas y sabemos que El Torcal, en una superficie casi diez veces mayor ( 2180 y pico Ha, resulta que tiene 131 especies, podemos hacernos una idea del extraordinario valor de la fauna de esta peña mágica»...

Manuel Romero ( dcha).



Presentó a continuación , Virgilio Martín Enamorado, a Lidia Cabello Ligero, Profesora del Área de Prehistoria de la Universidad de Málaga, Doctora en Prehistoria y Arqueología, quien dio un auténtico y atractivo recital de sabiduría sobre su materia de estudio en el entorno de Antequera. Avanzó momentos interesantísimos que contiene el libro también en el capítulo del que ella es artífice: La Peña, un referente en el Paisaje para los grupos humanos de la Prehistoria.
Y me gustó escuchar de ella otro dato asombroso: «en la Peña a día de hoy existe la única pintura rupestre datada en el Paleolítico, en torno o aproximadamente con 15.000 años, en el Tajo Colorado.
Se ha hablado de que aquí en Antequera hay otros signos, otra mancha de color rojo como en la cueva de la Suerte, pero estamos esperando esas analíticas que nos confirmen que sería la segunda pintura de época paleolítica
«.

Lidia Cabello



Subió entonces a la mesa de expertos, Francisco Jiménez Aguilera, ex alcalde de Archidona autor del estudio sobre La Peña de los Enamorados en la iconografía del siglo XVI, un buen estudioso y conocedor de toda esa iconografía de los siglos XVI y XVII, con la que podemos recrearnos en aquellos tiempos sobre cómo veían las gentes de entonces nuestra roca protectora.
Y fueron otros dos expertos más que han contribuido junto con Francisco Jiménez a realizar esta parte tan interesante Iconografías sobre la Peña, Javier Coca y Miguel A. Varo, cada uno con su arte especializado.

Francisco Jiménez

Javier Coca


«Se ha hecho un trabajo muy exhaustivo de recopilación de la iconografía de la Peña en Antequera, en Archidona… en el que también ha participado Fernando del Pino» (remarcó Virgilio).
Javier Coca Ávila es, además de alentador de jóvenes en las Bellas Artes, y activista de mil proyectos interesantes educativos, Profesor del Departamento de Didáctica de la Expresión Musical , Plástica y Corporal de la Universidad de Granada y está cerrando su tesis doctoral en la actualidad. Ha realizado un estudio exhaustivo en un Análisis visual de la Ia Iconografía de la Peña de los Enamorados para un estudio artográfico. Javier Coca habla de todas las representaciones habidas desde el siglo XIX e hizo alusión también al impresionante cuadro de Serafín Martínez ( propiedad del Ayuntamiento de Málaga y cedido para esta ocasión) con varios premios nacionales, que con sus más de tres metros de altura impactan en una de las paredes de la Sala Muñoz Rojas del Museo, completando la estupenda exposición temporal actual ‘La Peña de los Enamorados. Genius Loci’.

Miguel A. Varo



Cerró la presentación de esta parte iconográfica, Miguel A. Varo Sánchez-Garrido ese gran investigador de campo, comunicador y creador de contenido digital y director de ‘Antequera Oculta’, ventana a nuestro patrimonio monumental, natural y antropológico.
Su contribución es una interesante recopilación sobre el séptimo arte y la Peña, es un inventario con anécdotas culturales sabrosas de películas, documentales, series donde sale la Peña. «He podido recopilar unos 35 producciones filmadas. Desde la primera, cuando sale la primera vez la peña, esa fecha histórica para toda Antequera. Por cierto, sale la peña, sale el dolmen de Menga, el tholo del Romeral, el dolmen de Viera. Y es la producción cinematográfica Fiesta, goyesca en Antequera, en 1928, un rodaje mudo que se estrena el último viernes de agosto de 1928 en el salón de Rodas, desaparecido ya verdad, y se hace un estreno privado para las familias Berdoy y Alcalá, que eran los productores. A partir de ahí se hace un estreno ya para todo el público de Antequera, y ahí es donde vemos la primera vez la peña filmada en toda su magnitud sobresaliendo sobre el edificio más grande que había en Antequera en aquella época, que era la torre barroca de San Sebastián. Esa imagen es impactante. Esa cara protectora saliendo por encima de toda la ciudad de Antequera. Desde esas grabaciones empiezan multitud de producciones. Sería muy largo de contarlas todas aqui ahora. Me voy a quedar con una también, que es a mitad de la década de los 60, que sería el documental El Valle de los Dólmenes: la cámara rueda la peña de los enamorados desde el exterior del dolmen de Viera. Hace una panorámica y coge toda la vega y enmarca la peña. Es una escena pionera espectacular. En este documental se evidencia que la Peña de los Enamorados nos orientará al camino hasta la cueva de Menga. (lo que Michael Hoskin tanto no había dicho).
También desveló la anécdota de que el Nodo abría y cerraba con el icono de la peña de los enamorados y que, en este seriado diario documental, es donde se presenta por primera vez la peña en vertical para que pudiera advertir el espectador la cara de la peña.
La lista es interminable, podríamos estar hablando de series míticas aquí rodadas como la de Curro Jiménez, los capítulos de La Dolorosa, del Secuestro, todos arrancan en la Peña, terminan en la Peña, se ven imágenes de la Peña, de esa montaña sagrada para las tierras de Antequera.

Se expreso, Miguel Ángel, entusiasta: «Yo creo que es un capítulo muy fresco, muy bonito, donde vais a encontrar multitud de anécdotas de las grabaciones, de los rodajes, multitud de títulos, de películas que evidencian nuestra Peña».

Juan Benítez


Presente en la mesa permanentemente, quizás por su posición decana del grupo, además de la importancia de su estudio de la transmisión sobre las Leyendas de la Peña de los Enamorados hasta los Siglos de Oro, Juan Benítez Sánchez, reconocidísimo investigador de la Literatura y con más de cuarenta años de experiencia en trabajo de exploración de campo en la Transmisión Oral. Catedrático de Lengua y Literatura de Bachillerato. Inspector de Educación, Académico Numerario de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera…, nos contó lo que había sido su trabajo aquí desde su perspectiva literaria e hizo hincapié en que realmente no existe una leyenda, sino que son muchas las leyendas. Nos avanzó retazos de alguna otra y nos puso la miel en los labios de su recorrido por distintas versiones de la más conocida. Puso énfasis en la matriz de que precisamente fue un soldado del infante don Fernando el que contó la leyenda de tradición al historiador del infante don Fernando de Antequera, Lorenzo Valla, quien en 1521 en su libro Historia de Fernando rey de Aragón 
recogió por primera vez la leyenda de la Peña de los Enamorados. Se queda uno embelesado de escuchar tanto bonito e interesante de Juan Benítez.
Y nos habló del nombre Amet como nombre real de la leyenda, no Tello, así que suscitó al menos en mí la curiosidad de conocer esas versiones que enriquecerán sin duda la visión literaria de algo tan importante en la transmisión oral de nuestra peña. En el libro, aporta Juan Benítez cuatro versiones distintas de la Leyenda.

Virgilio Martín


Y tomó la palabra de nuevo, Virgilio Martín Enamorado. Conquistó mi mente por su capacidad armonizadora en la obra y la sabiduría que demuestra.
Explicó su capítulo, que pinta enigmático y sugerente: «El dominio de los Gigantes. Un estudio histórico y arqueológico sobre la Peña de los Enamorados en época andalusí» . Me encantó su relato de presentación en el que con trazos alegóricos contaba: » no estamos hablando de un solo gigante, son dos los gigantes. Ese dominio de los gigantes está formado por dos grandes personajes yacentes, uno mirando hacia el norte, otro mirando hacia el sur, que son los dos gigantes que conforman la hermosa historia de la Peña de los Enamorados que nos ha explicado nuestro querido amigo Juan Benítez. En el caso de la Peña de los enamorados está muy claro, la tenemos enfrente, el dolmen se proyecta hacia la peña, hacia la montaña, hacia la roca; pero el otro gigante aparece de una manera un tanto disimulada por detrás.
Sitúense en el Dolmen o en algún otro lugar de Antequera donde haya una buena visión, y verán aparecer también, verán emerger la cara de un señor, porque la peña era femenino y la sierra de Archidona, la que comparece en un segundo fondo, casi telón de fondo de la Peña de los Enamorados, es esa figura humana que emerge también de la tierra. Por tanto, la Peña de los Enamorados no se entiende sin su compañero, sin ese individuo que emerge por detrás y que está en la génesis de la formación del dolmen de Menga y de todo este paisaje. Ellos veían dos gigantes dormidos, dos gigantes inertes que se elevaban sobre la tierra. Por consiguiente, ya tiene mucho más, un sentido mucho más claro las leyendas de los enamorados. Hay un hombre y una mujer, claro que sí.

Ese relato que posiblemente surge en el Neolítico, aunque seguramente la gente del Paleolítico lo que tienen ya presente. Y como algo que se va repitiendo a lo largo de la historia, las distintas civilizaciones que van pasando por aquí, seguramente reformulan ese relato original para darle un contenido del momento en el cual ellos están viviendo a la leyenda, a la famosa leyenda de la Peña de los Enamorados».
Aclaró el porqué de esta tesis y la explicó en base a crónicas árabes que ya la citan. Es decir, es el siglo XII, estamos en pleno período de almohades y esa peña ya es mencionada.

(…) «Y la leyenda viene como anillo del dedo a lo que es esa explicación casi cosmogónica de lo que significa la presencia de esos dos gigantes yacientes, de esos dos gigantes tan poderosos. De aquella tormentosa y fatal relación entre amantes quedó un topónimo revelador, la Peña de los Enamorados, cuya presentación es bastante anterior a la llegada de la lengua castellana de estas tierras allá por el siglo XV. El plural dice mucho porque la historia que se forjó no era de un solo enamorado, sino que son dos…»

Virgilio hizo un vuelo final sobre la monografía: «El libro se estructura en diversos artículos, ya lo hemos ido explicando a lo largo de esta presentación, no vamos a volver sobre ello. Tengo que decir que las imágenes, no las imágenes, los dibujos, cada uno de los dibujos, están precedidos por una magnífica imagen que ha preparado Fernando Luque. Una obra como esta, como ustedes comprenderán, no es una obra que pueda realizar un solo autor, es una obra coral, es una obra colectiva»

Y para finalizar el acto agradeció… a cada uno de los colaboradores del libro que tan diligentemente se aprestaron a poner por escrito lo que sabían sobre diferentes asuntos de la peña, aquí los tienen ustedes, los van a ver en los artículos, los artículos son todos ellos muy enjundiosos con muchísima información.

«… a la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte en la persona de su máximo representante, doña Patricia del Pozo Fernández, y del conjunto arqueológico con doña Carmen Mora Mondéjar, han expresado su inestimable apoyo para que este libro sea una realidad».

«...a los técnicos de Patrimonio del CADA, Rafael Ángel Gallardo Montiel, quien con toda paciencia y profesionalidad ha maquetado la obra de Cristóbal Rosero Guzmán, atento a la coordinación del libro y a gestionar todos los detalles del mismo, pues también son merecedoras de ese agradecimiento. Quiero expresar también mi agradecimiento a los miembros de la Asociación de Fotógrafos de Andalucía, en la persona de José Díez de los Ríos López, que movidos por una inefable actividad de colaboración, han aportado muchísimas imágenes a esta obra. Agradecemos la participación de Francisco Javier Coca, que creó junto con Fernando del Pino Díaz una página de Facebook para recopilar todas las imágenes sobre la peña de los enamorados que la gente tuviera a bien entregar».

«Y de una manera muy particular quiero expresar mi agradecimiento a dos personas. En primer lugar, a Bertolomé Ruiz, director del Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera hasta el año 2023, y alma mater en la obtención del Preciado Galardón del Patrimonio de la Humanidad, de quien partió la idea de esta monografía, confiando en mi persona para que dirigiera esos trabajos.
Y por otro lado, Fernando del Pino, en quien he encontrado gracias a esta obra un buen amigo. Me ha acompañado, he subido con él a la Peña, ha aportado muchísima información, de alguna manera esta obra también le pertenece, él se ha encargado de algunas de las cuestiones fotográficas».

«Todos han contribuido de manera muy diferente a la consecución de este libro que el lector tiene hoy entre sus manos. A todos ellos mi agradecimiento, nada protocolario y muy sincero. Lo que quiero decirles con ello es que la Peña, ese monumento ignoto, ese monumento que estaba ahí, que todos veíamos con unos ojos un tanto desconcertantes, porque era algo que no sabíamos lo que era…
ya sabemos que se trata de…»


Ahora solo queda esperar, digo yo, que sea una obra de posible acceso a ciudadanos de a pie como yo, que no se quede como edición perdida en despachos; que se pueda adquirir bien en librerías o en otros estamentos de difusión cultural, pero que podamos poder acceder a ella, con cierta agilidad, las personas interesadas. Me encantaría leerla ya este verano.