Cuando Kavafis colaboró con ATQ|Magazine escribiendo ‘Ítaca’

El titular no es una boutade de este modesto editor.
| Puedo escribir y no disimular, porque a estas alturas del viaje no tengo ni necesito tener nada para impresionar, ni por fuera ni por dentro. Es la misma ventaja de irse haciendo viejo, que citaba Fito Cabrales en su canción «Antes de que cuente diez».|
Explico el titular: imagino que a Kavafis, como a cualquier otro creador, le habría gustado que su obra trascendiera más allá de su vida personal para ser admirada por otros. Así que es muy normal que soñara con que algún día su poema se reprodujera por todo el mundo. Con esa idea, desde ATQ|Magazine hemos «aceptado» su colaboración.

Nadie puede asegurar que no es cierto que cuando Constantino Kavafis escribió Ítaca en 1911 pensó que le gustaría que en Antequera en 2023, un modesto blog de ciudad –ATQ|Magazine– reprodujera su poema para que quienes no lo han conocido, lo conozcan; y quienes ya lo conocen, lo sigan disfrutando.  

Siendo, como fue, un gran poeta histórico que utilizaba los mitos y los acontecimientos de su pasado y su presente para dar su voz sentimental y expresarse a través de la misma historia, nos encanta difundir su poema ‘Ítaca’ que hace referencia a ‘La Odisea’ en la que Homero narra la historia del héroe griego Odiseo (Ulises), el viaje de regreso a su reino de Ítaca de donde partió para participar en la guerra de Troya y donde «le esperan» su esposa Penélope y su hijo Telémaco.

Pero para muchos, entre los que me encuentro, Ítaca es una metáfora del viaje de la ida y de la vuelta de uno mismo, de regreso a «casa», al interior de sí mismo, al origen. Como es también la metáfora más genérica del camino en la búsqueda de una meta o la celebración de la naturaleza humana y de su capacidad de superar obstáculos y alcanzar objetivos que parecían imposibles. Ítaca es una alegoría de la capacidad de hacer realidad los sueños.
Del poema de Kavafis, yo, personalmente me decido a extraer la importancia de disfrutar del camino.

Creo que todos tenemos una Ítaca y un viaje hacia ella. Y las ítacas podrían representar el proceso para conseguir nuestros objetivos o para recuperar algo que hemos perdido. O simplemente podrían representar el símbolo del tránsito de una vida para volver al origen.

Pues eso, lector, tú mismo con tu mecanismo. Pues eso, lectora, tú misma con tu carisma.

El viaje de la vida, disfrutar de cada etapa del camino, el viaje emocional, al interior y a nosotros mismos. Lo más importante no es llegar, es enriquecerse de todo lo que nos aporta el camino de la vida.

Ítaca

Cuando emprendas tu viaje a Ítaca
pide que el camino sea largo,lleno de aventuras,
lleno de experiencias.

No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.

Pide que el camino sea largo.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que llegues -¡con qué placer y alegría!-
a puertos nunca vistos antes.
Detente en los emporios de Fenicia
y hazte con hermosas mercancías,
nácar y coral, ámbar y ébano
y toda suerte de perfumes sensuales,
cuantos más abundantes perfumes sensuales puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
a aprender, a aprender de sus sabios.

Ten siempre a Ítaca en tu mente.
Llegar allí es tu destino.
Más no apresures nunca el viaje.
Mejor que dure muchos años
y atracar, viejo ya, en la isla,
enriquecido de cuanto ganaste en el camino
sin esperar a que Ítaca te enriquezca.

Ítaca te brindó tan hermoso viaje.
Sin ella no habrías emprendido el camino.
Pero no tiene ya nada que darte.

Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.
Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia,
entenderás ya qué significan las ítacas.