‘AVRUM ET ARGENTVM’ | UNA EXPOSICIÓN PICTÓRICA ÚNICA EN LA HISTORIA COFRADE DE ANTEQUERA / aquí virtual

la artista Eva Escobar Sarmiento, autora del Cartel de Semana Santa 2023, reúne en esta muestra la totalidad de las imágenes marianas de la Semana Santa de Antequera

La Exposición estará abierta hasta el 31 de marzo 2023 en la sala de exposiciones Antonio MOntiel DEl ayuntamiento, EN HORARIO DE 18:00 A 21:00H


ATQ|Magazine ha querido hacerse eco de esta importante exposición que conforma, junto al propio cartel de Semana Santa, una colección de obras interrelacionadas en un conjunto compacto como un pregón gráfico reflejo de la esencia del sufrimiento en el rostro de las Titulares Marianas.
Pero hemos preferido que sobre ella hable quien conoce sus pormenores, así que hemos pedido que nos la presente y nos la cuente, tan acertadamente como puede verse contada en la sala, el propio Comisario de la exposición, en este caso de forma virtual.
Un lujo que agradecemos a la artista, Eva Escobar Sarmiento y a quien ha comisariado la exposición creando su discurso expositivo y conceptual:

Avrvm et Argentvm
Una exposición pictórica única en la historia cofrade de Antequera

Por Francisco Félix J Jiménez Zurita, Comisario De La Exposición.

«Esta exposición es única por varios motivos.
De un lado, es la primera vez que se lleva a cabo una empresa de este tipo: todas las cofradías de Antequera junto al cartel. De otro, la calidad de esta pintora antequerana es verdaderamente extraordinaria. Sin embargo, el motivo que hace más relevante esta exposición es que sólo una persona con la devoción y el bagaje cofrade de nuestra paisana puede acercarse de este modo tan conocedor y respetuoso a nuestras Vírgenes.
Una exposición tan pictórica como cofrade. Tan técnica como devocional. Tan antequerana como global.
Antequera se lo merecía. Y ha tenido que ser Eva Escobar quien lo llevara a cab.

La exposición “Aurum et argentum” es la materialización del sueño de su artista.
La antequerana Eva Escobar Sarmiento había soñado, desde la infancia, con ser la encargada de realizar el Cartel de la Semana Santa de Antequera.
Este año ha sido el que la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Antequera ha elegido el talento de Eva para realizar el Cartel de la Semana Santa de nuestra ciudad.
La artista, rebelde y perfeccionista, ha querido acometer la encomienda artística que es su sueño infantil con un entusiasmo único y una ambición voraz: siempre tuvo claro que, para afrontar el Cartel de la Semana Santa debería acercarse a todas las cofradías de pasión de nuestra ciudad, reflexionar sobre sus titulares y llevar ese bagaje pictórico y devocional al cartel final.
Dado que la Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Paz era el motivo para el cartel de este año, la artista tuvo claro, desde el principio que sería la Titular Mariana de esta cofradía, la espléndida Virgen de la Paz, quien fuera la protagonista absoluta del Cartel.
Por ello, la titánica ambición de representar a las nueve cofradías agrupadas se tradujo en la representación de cada una de sus titulares marianas. Esta exposición es el resultado de este magnífico reto artístico.
Cada una de las representantes marianas supone una lección para la artista. De la reflexión de la mirada a cada Virgen Antequerana surgen detalles, conceptos y actitudes devocionales que Eva Escobar recoge y aplica sintética y solventemente en el Cartel de la Semana Santa de Antequera.
Eva Escobar es una excelente retratista. Pero más incorformista, rebelde e inconformista aún.
Por ello, además de sus fidedignos retratos, -de trazo terso, de dibujo perfecto y de color magistral-, la artista quería afrontar el reto de ofrecer a las magníficas tallas una ampulosidad y un tratamiento devocional y, al mismo tiempo, regio, pese los primeros planos que representa y la delicada sencillez de su mirada.
Es por eso que Eva Escobar se sirve del oro y de la plata, -en láminas aplicadas en la pintura-, de volúmenes de muy distintas naturalezas y calibres y de técnicas aprendidas en la pintura renacentista italiana para buscar esa magnificencia en retratos que, al mismo tiempo, son cercanos y sencillos.
A cada Titular Mariana la consigue retratar de modo único, respetando su originalidad, sus propios valores.
De ese diálogo que establece entre la pintura y la esencia de la propia imagen -o, sobre todo, de su
devoción-, nacen estas pinturas, cargadas de técnica, de maestría, de dominio pero, al mismo tiempo, también de devoción, de respeto y de cariño.

La primera de las imágenes representadas es la de María Santísima de Consolación y Esperanza, titular mariana de la Cofradía de Nuestro Señor a su Entrada en Jerusalén y María Santísima de Consolación y Esperanza, conocida popularmente también como Pollinica.

Nuestra Señora de Consolación y Esperanza. Técnica Mixta. Eva Escobar Sarmiento, 2023

Al igual que en el resto de obras, la artista presenta la imagen en primer plano con un absoluto protagonismo de la faz de la Virgen. La técnica utilizada es mixta ya que el lienzo es el que permite a la artista dar una expresividad cuasi hiperrealista a la cara de la imagen así como a los encajes y joyas pero es el gesso el que consigue dar un volumen inusitado a la corona, representada parcialmente, de modo más plano pero verdaderamente expresivo y el fondo se ejecuta con láminas de pan de plata sobre las cuales la artista traza de modo más impresionista hojas de olivo en clara alusión a la idiosincrasia propia de la estación de penitencia de esta cofradía. El cuadro consigue transmitir el espíritu alegre del Domingo de Ramos pero, en una composición dual, la presencia de la madre de los cristianos dota de rigor y devoción al conjunto. La voluntad matérica tanto de la corona como de los lienzos de pan de plata -cuyos bordes son intencionadamente vistos para resaltar la materialidad de la ejecución-, dotan de un contrapunto elegante a la representación figurativa. El cuadro se constituye como una arriesgada composición que, sin embargo, se resuelve muy solventemente.

La exposición prosigue con la imagen de la Virgen de la Veracruz, titular mariana de la Seráfica, Venerable, Ilustre y Muy Antigua Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno de la Sangre, Santo Cristo Verde y Nuestra Señora de la Santa Vera Cruz.

Nuestra Señora de la Vera Cruz. Técnica Mixta. Eva Escobar Sarmiento, 2023

A diferencia de la composición anterior, la artista presenta esta imagen absolutamente centrada en las dimensiones del cuadro. Esta axialidad, que podría ser simplificativa en exceso, se combina con la ligeramente inclinada cabeza de la Virgen. De este modo, la representación no resulta rígida sino que, muy al contrario, se enfatiza el doliente pathos de sufrimiento. De nuevo, la artista dibuja y pinta de manera preciosista la faz y comienza a desdibujar centrípetamente el resto. Resulta magistral la elección de fondo inesperado y totalmente abstracto y geométrico: una estofado sobre temple realizado con pigmentos naturales y al huevo que deja ver el pan de oro subyacente. Con este murmullo geométrico que embriaga la mirada expande los límites del cuadro hasta el infinito y la rígida postura axial, beneficiosa para la remarcación del pathos doliente de la titular mariana, se contrarresta con un continuo fondo que hace atemporal tanto a la imagen como al sufrimiento que ella describe. La mirada se refugia en el dolor de la madre puesto que, aunque recorra curiosa y ávidamente el resto de detalles de la composición, sólo encuentra refugio de nuevo en la candorosa y sufriente cara. Una sensibilidad poco presente en los retratistas contemporáneos que nace del conocimiento íntimo y profundo de la artista y de su entendimiento del arte como transmisión de los valores más altos.


Al avanzar la exposición en orden cronólogico según las estaciones de penitencia, la siguiente representación corresponde a Nuestra Señora de la Piedad, titular mariana de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Piedad.

Nuestra Señora de la Piedad | Oleo. Eva Escobar Sarmiento. 2023.

Esta obra es, hasta el momento, la incursión más abstracta de la artista para esta exposición. El propósito de Eva Escobar es enfatizar el sufrimiento de esta imagen, y, para ello, no la presenta frontalmente, -como las dos anteriores-, y la aísla de todo elemento distractor. Entiende la artista que sólo la preciosa y delicada faz es más que suficiente para transmitir el dolor de la Madre. El lánguido pesar con el que nos conmueve Nuestra Señora de la Piedad entra en resonancia con el fondo azul, frío pero acogedor. Los dibujos, en pan de planta, como leve y sencilla representación de hojarasca, enfatizan la continuidad espacial fuera de los límites del dibujo. La cara de la Virgen se presenta de modo tan realista que las lágrimas cobran un protagonismo muy relevante de modo que la mirada se concentra en los infinitos ojos misericordes y el también infinito fondo acoge con delicadeza el sufrimiento transmitido.
Óleo aplicado sobre el soporte para la representación figurativa y aplicado sobre pan de plata para el fondo son las técnicas que utiliza la artista generando un conjunto con una fuerza expresiva, lánguida pero insodable, de gran potencia.

La muy devocionada imagen del Miércoles Santo toma el testigo de la exposición. La titular mariana de la Pontificia, Real e Ilustre Cofradía del Santísimo Cristo del Mayor Dolor y Nuestra Señora del Mayor Dolor

Nuestra Señora del Mayor Dolor. Óleo. Eva Escobar Sarmiento, 2023.

Es el único retrato de la exposición que está ejecutado íntegramente en lienzo. La artista reflexiona, frente a este imagen y su imponente presencia polícroma, resaltando que sólo el color es necesario para expresar su pathos. Sin duda, el incipiente expresionismo que pudiera leerse en la imagen escultórica es retomado en la interpretación de Eva Escobar y potenciado con ese fondo, a base de magistrales manchas cromáticas, de sapiente colocación y, esta vez sí, totalmente expresionistas. La faz y las manos, especialmente, aparecen pintadas con un preciosismo que constrasta, -inesperada y inapreciablemente-, con el dibujo más rápido del resto de la imagen. Un doliente retrato para una imagen soberbia, ante la cual la artista no propone ningún elemento expresivo nuevo: la continuación de lo expresado en la talla escultórica es lo único que debe resaltar según el criterio de la artista.

La Reina de San Pedro, la titular mariana de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Misericordia y Nuestra Señora del Consuelo impone, en esta exposición su rotunda presencia, al reconocérsela la artista y confeccionar para ella un retrato tan particular como propio pero, al mismo tiempo, tan entroncado con el resto de imágenes.


Nuestra Señora del Consuelo. Técnica Mixta. Eva Escobar Sarmiento, 2023.

De nuevo, la faz se encuentra magistralmente representada. Parece querer salirse del límite de lo representado y su aspiración a pintura cuasi fotográfica toma aquí una de los mayores exponentes de toda la exposición. Su presencia rotunda, doliente, sincera y ensordecedora no requiere más: un esbozo entre velazqueño e impresionista de los encajes y una pintura cuasi plana del manto son más que suficientes pues es la Madre del Consuelo quien preside todo el conjunto. Rojo es color, en composición totalmente arriesgada que la artista asume y estudia minuciosamente ofreciendo un cuadro equilibrado, sereno y doliente. El fondo, de pan de oro sobre el que se aplica el rojo óleo, vuelve a ser atrevido, abstracto, aquí algo más expresionista que en los anteriores. El fondo consigue hacer su presencia infinita. Ningún elemento más es necesario: la mirada permanece hipnotizada ante su presencia.

La Madre de Belén, la quintaesencia del estilo antequerano, tiene el turno en la exposición.

Nuestra Señora de los Dolores. Técnica Mixta. Eva Escobar Sarmiento, 2023.

La titular mariana de la Venerable Cofradía de Servitas de María Santísma de los Dolores, se presenta de modo extraordinariamente original. Eva Escobar ha elegido esta obra como una de las que son primicias para esta exposición dado su carácter innovador en la representación de esta imagen tan conocida y con tanta devoción. La Madre dolorosa por excelencia y definición de la Semana Santa antequerana es en sí misma una expresión unánime de sufrimiento y piedad. Por ello, la artista la representa desprovista de su corona para potenciar su sencillez y centrarnos en su infinita, preciosa y breve cara dulce y doliente. En la representación de la faz se usa una perspectiva algo desconocida y, por ello, ciertamente desconcertante para, de este modo, potenciar el sentimiento transmitido. El realismo de la pintura es más velado que en el resto de retratos dada la ebúrnea tez que, al ser tan bella e impactante, resulta imposible de representar de modo hiperrealista. Saya, encajes y manto se desbibujan cada vez más, al ser sólo utilizados como marco para una imagen que transmite en sus ojos todo el sufrimiento. El fondo se resuelve como repetición del escudo de la Venerable Cofradía, sobre fondo de pan de plata, de manera rítmica y dura, contrastando con el lánguido pathos de la presencia maternal. La rotundidad en su abstracción, el ritmo constante y fuerte y la elección de la predominancia del negro en la composición supone un sentimiento profundamente moderno pero, igualmente, profundamente Servita. Se trata, pues, de una actualización contemporánea de Nuestra Señora de los Dolores intentando mostrar su sufrimiento desde una actualización de la mirada actual y no desde una representación técnicamente novedosa o tendenciosa. Desde su esencia, una reinterpretación de la mirada.
La técnica vuelve a ser de óleo sobre el soporte de gesso y de pan de plata pero, a diferencia del resto de imágenes, -salvo el cartel-, combina también pan de oro en un conjunto unitario pese a la amplitud de técnicas e innovaciones.

La imagen de Nuestra Señora del Socorro, titular mariana de la Sacramental, Real e Ilustre Archicofradía de la Santa Cruz en Jerusalén, Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima del Socorro continúa la exposición.

Nuestra Señora del Socorro. Técnica Mixta. Eva Escobar Sarmiento, 2023.

No es casual que sea la última imagen que la artista ha querido representar: muy al contrario, dada la especial vinculación que tiene con ella, ha querido abordar su retrato sólo cuando hubiera terminado
con el resto de titulares marianas y haya, de este modo, acumulado la experiencia en técnicas, composiciones, sentimientos y miradas.
Eva Escobar es especialmente devota de la Virgen de su barrio, la Reina del Portichuelo. Su vinculación es íntima y fervorosa. La presencia de su Virgen en el cuadro es absolutamente protagónica, retratándola del modo más sencillo posible, ataviada de hebrea, para que su rico patrimonio no compita en la preciosidad de su infinita faz llena e misericordia y amor. Los pliegues del tejido son el único marco que realzan una imagen de ojos insondables y dolor omnipresente.
Para el fondo, Eva Escobar elige el oro, aplicado sobre un texturizado en gesso que representa la Santa Cruz en Jerusalén con cierta abstracción para que su presencia no compita con la imagen mariana. La riqueza de esta Cofradía queda patente ya en este lienzo pese a estar inacabado pero, igualmente, el sencillo dolor de la Madre, ataviada del modo más humilde posible, está insondablemente presente de forma que presenta a la Virgen del Socorro según su mirada de Madre cercana, y gran Reina de su corazón.

Cierra el conjunto la Virgen de la Soledad, titular mariana de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, Quinta Angustia y Santo Entierro.

Nuestra Señora de la Soledad. Técnica Mixta. Eva Escobar Sarmiento, 2023.


Sin duda, se trata de un retrato de composición arriesgada que la autora consigue solventemente resolver y que, por ello, se configura como el más sofisticado de los que componen la exposición. El primer plano de Nuestra Señora de la Soledad permite mostrar la dulce y anacarada tez de manera sobresaliente, junto a sus ojos postrados y los delicados labios. A partir de ahí, los ropajes se van desdibujando, ante la necesidad de silencio frente a la rotunda presencia. Fondo negro, sin artificios, sin juegos, sin geometría ni motivos: el resto es silencio. Y una corona de gesso recubierta en pan de oro con un volumen matérico y provocador, llamativo y rompedor que, sin embargo, en el conjunto, no sólo no desentona sino que se pone al servicio de un unitario y precioso conjunto.

La exposición se cierra con el magnífico lienzo de Nuestra Señora de la Paz, titular mariana de la Pontificia, Real e Ilustre Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Paz.


Se trata del lienzo que ha servido como base para el cartel de la Semana Santa de Antequera y
, por ello, es totalmente diverso tanto en su técnicas y composición, -aunque, como veremos, guarda similitudes-, como, sobre todo, en su tamaño y formato dado que se trata de un lienzo de 146 cm x 89 cm.
Al igual que en la representación de Nuestra Señora de Consolación y Esperanza, el lienzo se articula mediante dos elementos compositivos: la figura de la propia Virgen y, a sus pies, la representación de un ángel anunciador. Sin embargo, el eje totalmente central para representar a la titular mariana es acogido del mismo modo que se presenta la imagen de Nuestra Señora de la Veracruz, dado que, en ambos casos, el estricto eje se dulcifica con la ligera inclinación de las testas divinas, potenciando el efecto buscado por los escultores originales.
La imagen de la Virgen de la Paz se enmarca en una especie de pórtico dorado que, más allá de su significado metafórico y trascendental, -que más adelante expondremos-, recuerda a la estrategia seguida por la pintora en el retrato de Nuestra Señora de la Piedad, de abstraer el fondo con una motivo murmulleante, para enfatizar el centro de la imagen. El fondo se configura como una mancha delicada, aprendida por Eva Escobar en la ejecución del cuadro de Nuestra Señora del Mayor Dolor, en este caso privado del expresionismo de la imagen del Miércoles Santo, pero con igual dificultad de ejecución técnica.

La potenciación de la figura central para que su presencia sea insondable e ineludible, llamando poderosa e hipnóticamente la atención hacia la titular mariana, es común entre este lienzo y la representación de Nuestra Señora del Consuelo, donde la Sra. Escobar investiga sobre la representación regia de la Madre. La originalidad en la presentación de texturas, -son las únicas pinturas que combinan pan de oro y pan de plata-, y el acercamiento doliente y sincero es el denominador común entre la representación de la Virgen de los Dolores y este magnífico cartel.
La Virgen del Socorro, presentada como una Reina cercana, es el ejercicio compositivo que tiene la autora en su mente, casi como obsesión, al llevar a cabo este lienzo que es cartel de la Semana Santa. La Virgen de la Paz, al igual que la del Socorro, se presentan de manera sencilla, humilde, silenciosa pero con una fuerte presencia, regia y de extrema dignidad. La mirada dulce pero el arrope de ella
mediante el oro empleado son quizá los elementos que transmiten esta sensación.
La sofisticación de la representación de la Virgen de la Soledad es la que presenta el cartel de nuestra Semana Santa, al presentar de modo límpido, sereno y perfecto a ambas titulares. Sólo viendo todos y cada uno de los cuadros de esta exposición puede entenderse el cartel de nuestra Semana Santa, que toma como protagonista a la Virgen de la Paz.

El lienzo de la Virgen de la Paz pretende ser plegaria ante ella al representar a una niña arrodillada, ataviada como el Arcángel Gabriel, ofreciendo una paloma como símbolo de paz para Antequera y para el mundo en este año 2023. Como anécdota, -no por ello prescindible-, he de exponer que es la propia hija de la artista quien es representada como arcángel, según el modo en que procesionan los niños así ataviados en el cortejo de la estación de penitencia de esta cofradía.

La técnica empleada es un vibrante y terso óleo sobre lienzo. Hay dos incursiones de otras técnicas: el pan de planta para la media luna a los pies de la Virgen y pan de oro para las inscripciones alrededor de la Virgen. Una riqueza regia que, sin embargo, en el conjunto se disuelve mostrando un complejo equilibrio dominado por la lánguida sencillez.
El carácter regio de la Virgen de la Paz, su insondable presencia, se acentúa con su presentación frontal y axiada. Domina toda la composición, toda la mirada y todo el conjunto. Sólo cuando la mirada curiosa ya extasiada recorre otros ámbitos del cuadro, encuentra a la niña arrodillada a sus pies, porque la representación es de Reina en primer lugar y Madre en segundo, aunque formando un conjunto indisoluble.
En el eje, de carácter regio, se representan tanto el IHS de la saya de la Virgen, como vínculo con el Dulce Nombre de Jesús Nazareno, como el Cristo de la Buena Muerte como el conjunto de Sol y Luna, -sol cogido de la Fuente del Toro de la ciudad de Antequera, como lema de la ciudad y, a la vez, como letra central, -Q-, de su grafía y luna como media luna a los pies de la Virgen-. La referencias a la maternidad y, por ello, al Niño Perdido, -también incluidas en el IHS de la saya-, son evidentes y palpables en todo el cuadro. Este eje se abre con el Alfa, en diferencial pan de plata en la áurica inscripción, y se cierra con la Omega, en la grafía alterada a tal efecto del año 2023. De este modo, el eje regio del cuadro, el summum de la composición, tiene como principio y fin la representación de Cristo como inicio y final de todo.
La tríada que envuelve y enmarca a la Virgen es un marco que toma una inscripción del Evangelio según San Juan: “Pacem relinquo vobis, pacem meam do vobis; non quomodo mundus dat, ego do vobis. Non turbetur cor vestrum neque formidet / Regina pacis, ora pro nobis”, es decir, “La Paz os dejo. Mi Paz, os doy Yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón. Ni tenga miedo / Reina de la Paz, ruega por nosotros”. Este mensaje, abierto en marco compuesto de tres partes, representa, a su vez, el abrigo del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo a Nuestra Señora de la Paz en su bendición y súplica por Antequera y por el mundo.
Se trata de una verdadera obra de arte pintada de manera precisa, técnica, correcta, acertada, y preciosista.
Recreada en los detalles y atenta al conjunto, supone la consecución magistral en un ejercicio complejo que nació como reto rayano en lo imposible y que, sin embargo, Eva Escobar ha conseguido resolver, calificándose ella misma ante los antequeranos, como una artista de extraordinario nivel.

Por todo ello, la Exposición Aurum et Argentum es una muestra histórica sin precedente en la historia cofrade de Antequera. Nunca un cartel se ha explicado tanto ni nunca se ha tenido la voluntad de exponer cómo cada imagen antequerana le ha dotado a la artista de una sensibilidad especial que está presente en el cartel que representa a toda la Semana Santa. El atrevimiento de Eva Escobar se antoja, una vez resuelto tan magistralmente, como un ejercicio imprescindible para el diálogo, la apreciación y, por ello, la justa y apropiada conservación de nuestro patrimonio y nuestra fe: una revisión contemporánea, a la luz de los ojos actuales, donde ni un sólo ápice se pierde de la devoción y el respeto a las Sagradas Imágenes. Eva Escobar hace historia. Y esta exposición es sólo el principio

Francisco Félix J Jiménez Zurita, Comisario De La Exposición.



Eva Escobar Sarmiento es una pintora antequerana. Destaca por su gusto por la persecución quimérica de la perfección en todo lo que hace que la determina como una verdadera artista siempre en la búsqueda de la excelencia.
Posee un trazo y un dibujo verdaderamente sobresaliente perfeccionado a lo largo de sus años de continua formación, pero en el que se lee un talento y una capacidad innatos dignos de absoluta admiración. La amplitud de su talento, su dominio del color y su actitud por explorar y dominar nuevos territorios la configuran como una pintora antequerana de innmejorable proyección. FFJJZ