La Casa de los Navajas en Torremolinos acoge la exposición ‘Mirando al jardín’, de David Sancho, del 11 de octubre al 25 de enero 2025. La muestra se compone de alrededor de 20 obras cuya temática es el jardín.
Idealizaciones de un jardín, interpretaciones del Edén, botánica fantasiosa y escenas de distintos paisajes, tanto mediterráneos como imaginarios. La técnica utilizada es acrílico sobre lienzo.
Miles de personas han visitado ya la exposición ‘Mirando al Jardín’. La evocadora propuesta que el artista antequerano David Sancho ha llevado a la Casa de los Navajas, un palacio neomudéjar enclavado en el entrañable Bajondillo de Torremolinos, donde la luz mediterránea y el vibrante paisaje de la Costa del Sol se convierten en cómplices de su obra. Es una muestra que invita a la contemplación profunda, una colección que explora la relación entre el ser humano y la naturaleza, fusionando lo real con lo imaginario, lo tangible con lo etéreo.
Esta bonita muestra ‘Mirando al Jardín’, de David Sancho entra en su recta final para culminar el 25 de enero. Así que no lo pienses mucho y acércate «a mirar ese jardín» de propuestas visuales que encandilarán tus sentidos.
La exposición no solo dialoga con el espacio que la alberga, sino que se empapa de su historia. La Casa de los Navajas, con su vista al mar y los ecos de un jardín que alguna vez fue exuberante, se convierte en el marco perfecto para que David nos ofrezca una visión idealizada del Edén. La obra nos transporta a paisajes de ensueño, botánicas fantásticas y escenas que parecen ser sacadas de un paraíso perdido, todo ello envuelto en la cálida luz del sur. La luz del Mediterráneo, esa luz que otorga transparencia, pureza, permite que los colores de la naturaleza se muestren en su máxima expresión.
Recuerdo que cuando le entrevisté anteriormente para esta revista, me compartió su fascinación por el color como vehículo esencial para su expresión. Para él, el color no es solo un elemento visual, sino una herramienta que le permite reinterpretar el mundo, no como es, sino como desearía que fuera. Su paleta explota en energía, en fuerza, en vibración positiva.
Matisse, uno de sus maestros de cabecera, decía que el color, más que el dibujo, es una liberación. Y esa liberación se palpa en cada una de sus piezas, donde el gesto y el trazo cobran vida propia.

Entre las obras que componen la exposición, mis ojos destacan dos collages que aportan una textura diferente, y un tríptico que nos relata la expulsión de Adán y Eva del Paraíso, un guiño directo a los maestros del Renacimiento alemán como Durero, cuyas figuras de la creación humana y la caída en el pecado parecen resonar a través de los lienzos de nuestro querido artista antequerano. Pero más allá de la referencia histórica, yo veo la obra de David Sancho como un canto a la belleza de la naturaleza, al color como portador de emoción y al jardín como espacio simbólico de la vida y la creación.
Nos invita a dejar que la mirada se pierda en sus jardines imaginarios, a sumergirnos en el goce sensorial de los colores y la luz, y a encontrar en ellos una versión renovada del Edén, llena de esperanza, vitalidad y transformación. Sin duda, una exposición que no solo se ve, sino que se siente profundamente.
