«Un foráneo en el paraíso» | ChLL para atqmagazine
No soy Académico, pero me invitaron a asistir al acto de Apertura del Curso 2025-26 de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera, el viernes 19 de septiembre.
En dicho acto, se recibía como Académica Correspondiente Solange Sand, reconocida psicoanalista, doctora en Psicología, escritora y poeta. Su discurso de ingreso fue titulado “Arte y salud mental: una mirada psicoanalítica de la ópera”.
Te cuento cómo fue su discurso de ingreso y cómo lo viví yo, aunque no sé cómo explicártelo sin quedarme corto, pero lo voy a intentar.
Solange no dio una conferencia al uso. Lo que hizo fue abrir una puerta, mostrarnos algo muy suyo, muy íntimo, y al mismo tiempo hablar de algo que nos atraviesa a todos: el arte, el dolor, el inconsciente, la necesidad de comprendernos a nosotros mismos un poco más a través de lo que sentimos.

Empezó con una pregunta que yo no esperaba “¿Por qué Freud, que decía no gustarle la música, amaba la ópera?”. Así arrancó. Y ya desde ahí me enganchó. Porque no se trataba solo de Freud, claro. Era una forma de decirnos que la ópera, con toda su exageración, su pasión y su locura, tiene algo que conecta directamente con lo que somos por dentro, con eso que no siempre sabemos poner en palabras.
Contó cómo fue que ella misma se enamoró de la ópera, casi por accidente, y cómo ese amor se entrelazó con su camino como psicoanalista. Fue como escuchar la historia de alguien que ha encontrado en el arte no solo un refugio, sino también una forma de pensar el mundo.
Agradeció desde un lugar muy humano. Y te digo una cosa, lector, lectora: no es común ver a alguien hablar de lo que sabe con tanta humildad y, al mismo tiempo, con tanta firmeza. Dio las gracias, al psicoanálisis, a la ópera, a sus maestros, pero no como quien cumple un trámite. Lo hizo desde el afecto, desde el reconocimiento de que uno nunca llega solo a ningún sitio.
Habló de Fernando Jiménez Hernández Pinzón, su maestro, con un respeto y un cariño que te llegaba. Y recordó que tanto el arte como el psicoanálisis nos ayudan a transitar por los grandes temas de la vida: el amor, el deseo, el sufrimiento, la libertad, la ley (sí, incluso la ley) … Todo eso que, muchas veces, intentamos ignorar.

También hubo un momento, breve pero potente, en el que reivindicó el valor del psicoanálisis. Lo defendió sin defensas innecesarias. Porque hoy en día, ya sabes, lector, lectora, hay mucha gente que lo ve como algo del pasado, poco científico o incluso inútil. Y ella, sin necesidad de levantar la voz, recordó que pensar el inconsciente fue (y sigue siendo) una verdadera revolución.
Lo dijo con esa mezcla de pasión tranquila que tienen los que realmente creen en lo que hacen.
Y entonces llegó la ópera… Después vino lo más bonito, al menos para mí. Contó cómo fue estar en el Teatro de la Ópera de Viena. Habló de Puccini, de Verdi, de Falstaff… y no lo hizo como una experta que da una lección, nos conectó como alguien que ha llorado, reído y se ha sentido comprendida por una música que lo dice todo sin explicar nada.
Ahí fue cuando comprendí de verdad lo que ella quería decir: la ópera no es solo música ni drama, es el inconsciente cantando con voz humana.
Me llegó mucho una cita que trajo de Freud: “una disposición racionalista se revela en mí contra la posibilidad de emocionarme sin saber por qué”. Me pareció un descubrimiento. Ese rechazo tan humano al descontrol emocional, a dejarse llevar sin comprender… y, al mismo tiempo, ese deseo secreto de entregarse. ¡Qué incomprensibles somos!.
Probablemente, lo que Solange quería mostrarnos es que la ópera tiene ese poder: nos arrastra, nos expone, nos pone delante de nuestros propios fantasmas… pero de una manera tan bella que no asusta.
Y ahora, el humor… En la parte final del discurso habló del humor. No como algo superficial, más bien como un arma profunda, una defensa frente al sufrimiento, frente al super yo, eso que nos castiga por dentro sin parar.

Usó una imagen preciosa: el humor como rompeolas, como ese muro que protege al yo de las embestidas del dolor. Me quedé pensando en eso, en cómo reírnos (de nosotros, de nuestras miserias, de lo absurdo), en que quizás pueda ser la forma más sana de resistir.
En fin… En su brillante discurso de ingreso, Solange Sand hizo un recorrido emocional e intelectual donde convergieron figuras tan diversas como Giuseppe Verdi, Giuseppina Strepponi, Marie Duplessis, Violeta Valéry, Sigmund Freud, Miguel Hernández, Hermann Hesse, Vincent van Gogh, Alma Mahler y George Sand…
Y a través de su mirada sensible y muy sabia de lo que hablaba, exploró las heridas, los deseos, los traumas y las rebeldías que atraviesan tanto a estos personajes históricos como a sus creaciones artísticas; revelando cómo en cada uno de ellos y en sus obras, se inscriben las tensiones entre el dolor y el humor, la represión y el deseo, la censura y la libertad subjetiva. Creó una constelación de nombres que, bajo su mirada, dejó de ser un simple listado para convertirse en un mapa afectivo del alma humana.
Iba terminando con una frase que todavía tengo dando vueltas:
“El humor no da la felicidad, pero ayuda a aliviar la infelicidad.”
¡Qué gran verdad!, ¿no?
En un giro final de inesperada belleza, Solange nos habló no de una ópera, sino de un edificio: la Casa di Riposo per Musicisti, que Verdi fundó con su fortuna para acoger a músicos ancianos sin recursos. “Fue su obra más bella”, se afirmó rotunda en ello. Y no sentí que lo dijera con ingenuidad, sino con mucha lucidez porque amar a los demás, cuidar a quienes el sistema olvida, también es un acto de creación artística.
Ahí, el arte deja de ser espectáculo y se vuelve gesto. Política del alma. Humanismo práctico. Salud mental en su forma más radical.
Quiso que finalizara su discurso con un regalo para nuestros oídos y para transmitirnos la alegría necesaria como el pan de cada día. Y nos puso este fragmento que nos emocionó. Nadie en la sala dejó de tararear y acompañar el ritmo.
Solange Sand nos recordó que el arte sigue siendo un territorio sagrado. Que la ópera, ese lugar donde todo se canta, puede ayudarnos a escuchar lo que no sabíamos que nos dolía. Que el humor no es frivolidad, sino una forma de sabiduría. Y que la salud mental no es solo estabilidad, sino la capacidad de vivir con dignidad nuestras heridas.
Cuando terminó, hubo un aplauso largo. Pero no fue solo un “bravo” por el acto. Fue algo más. Era el agradecimiento de haber escuchado algo verdadero, algo que tocaba y nos hablaba de nosotros mismos, sin disfrazarlo de academia ni de dogmas.
Si alguna vez tienes oportunidad de escuchar o leer directamente a Solange Sand, no la dejes pasar. Ella piensa con el corazón, pero utiliza la inteligencia para expresar sus emociones.
¡Qué extraño y atractivo camino!
Solange Sand nació en 1976 en La Victoria, Córdoba. Estudió en La Sorbona de París, es psicoanalista y doctora en psicología -por la Universidad Complutense de Madrid-, escritora y poeta.
Con una biblioteca en el corazón y realizados dos Másteres, presentó la tesis doctoral en psicoanálisis, literatura y tango, atraída y fascinada ante este último por su valor artístico y su compromiso social, dado que el tango es para ella ese enigmático maridaje en el que confluyen la música, la poesía y la danza, una celebración en el cuerpo y en el alma. Su trabajo literario representó a España en la «Décima Cumbre Mundial del Tango» (Zárate, Argentina, 2015).
Ha sido colaboradora habitual en Canal Sur-Televisión. En la actualidad ejerce Psicología Clínica privada en Málaga y es profesora en la Universidad Internacional de Valencia (VIU). A su vez es académica de la «Real Academia de Ciencias, Bellas Letras y Nobles Artes de Córdoba» y de la «Real Academia de Nobles Artes de Antequera», Socia Numeraria y Vicesecretaria de la «Sociedad Erasmiana de Málaga» (SEMA), y Socia de la «Asociación Amiga de la Ópera de Málaga».
Participa en antologías poéticas como «Encuentro Internacional de Poesía Ciudad de Cabra» (Arte Ahora), «Cuadernos de Roldán» y «Quejío», y ha colaborado en revistas literarias como «Literatura y Compromiso» (Editorial Ánfora Nova), «SUR. Revista de Literatura» y «Suspiro de Artemisa» (Detorres Editores).
Es autora de los poemarios LA AMANTE, QUELQUES NOTES D ´ AMOUR POUR JULEN, MIEL DE MI NOCHE INSOMNE y EL AMOR EN LA PALABRA, de las novelas EL SABLE EN LA MEMORIA, TE NOMBRARÉ LÍBERA y DE LO AMADO Y PERDIDO, y de la antología poética CORAL DE AMOR (obras publicadas por la Editorial Andrómina). Ediciones Libro de Arena publica la novela (julio, 2022) y A CAPPELLA CON EL ALMA (septiembre de 2022).
La riqueza de su singular identidad, su voz profunda e íntima, elegante y tierna, sensual y personalísima, queda también reflejada en su último poemario, titulado: ARIA DE TERNURA, publicado por Jákara Editores (2023).
Próxima novela: ARIA PARA UNA GUERRA.
Puedes escuchar su discurso íntegro en este vídeo subido por Rafael Gallardo Muriel al canal de la Real Academia.