Anécdota económica que cuenta un comerciante de Antequera | (La teoría y la práctica)

Al terminar sus estudios de Dirección de Empresas, cierto joven de Antequera quedó aterrado con el método contable que su padre utilizaba en la tienda de alimentación de su propiedad.

En la caja izquierda guardaba las facturas por pagar y, conforme las iba abonando, las pasaba a la caja derecha.

“No comprendo cómo puedes llevar un negocio de esta manera”, dijo el hijo, al observar un método tan artesanal. “Acaso sabes cuáles son tus beneficios?

¡Bueno hijo!, contestó el padre. “Cuando empecé con la tienda hace más de treinta años sólo tenía en propiedad los pantalones que llevaba puestos, la camisa era de mi hermano y los zapatos, heredados de mi padre.

Hoy tus hermanos y tú habéis terminado carreras universitarias; tu madre y yo tenemos un magnífico automóvil  y una estupenda casa, poseemos un buen negocio y todo está pagado.
Así que suma todo eso, resta los pantalones y averiguarás los beneficios”