En la Torre de San Sebastián de Antequera hay un Angelote que al atardecer…

su dorado resplandece con mayor intensidad

Si hay una torre, de las muchas que posee Antequera, que cautive y embelese a cualquier viandante que transite por plaza de San Sebastián, es la torre de la iglesia que la preside. Las ciudades son bonitas de día y de noche porque en cada momento tiene su propio encanto, y nuestra ciudad merece la pena recorrerla y conocerla por cada uno de sus rincones y hechuras. Pasaremos a detallar algunos datos significativos.

La torre barroca es de forma octogonal, hecha de ladrillo con adornos de barro cocido. Nos recuerda también a modelos del mudéjar aragonés, diferenciándose así del resto de la estructura, ya que la iglesia tiene una portada renacentista. La torre consta de cuatro cuerpos, doce balcones de hierro, con dos anchas cornisas terminando en un puntiagudo chapitel de tejas vidriadas en escama. Tuvieron que repararse algunos daños que sufrió a causa de un fortuito incendio que tuvo lugar un 10 de junio de 1926, durante la celebración de la procesión de la Octava del Corpus.

Pero hablemos del origen de la torre. Un 19 de noviembre de 1695, el Cabildo ordenó al arquitecto granadino don Juan de la Torre que realizase un proyecto de torre para la iglesia de San Sebastián. Esta no se inició hasta cuatro años más tarde, según el acta capitular de 10 de febrero de 1699 del edicto del obispo de Málaga, don Bartolomé de Espejo y Cisneros. Ordenó que para la construcción de la torre se destinaran cuatro mil ducados existentes y que cada año se tomasen dos mil ducados. Finalmente, cumpliendo con lo pactado, el Cabildo eligió el proyecto del arquitecto Francisco del Castillo, dirigido por el maestro Ignacio de Urzueta, el cual inició las obras. Tras las tardanzas, disgustos, y el coste que estaban suponiendo todas las obras, el 11 de junio de 1701, el Cabildo determinó un nuevo trazado de la torre, siendo presentado al maestro antequerano Andrés Burgueño.

El alarife antequerano construyó, modificó y terminó la magnifica torre hacia 1709, donde la piedra dio paso al ladrillo dando un nuevo diseño y favorecedor aspecto. Ese mismo año fue acordado también que se colocara la campana de “queda” que estaba en las antiguas Casas Consistoriales, situadas en la plaza de Santa María.

En 1722, el antequerano Nicolás Mejías sustituyó el chapitel antiguo de Burgueño, que era de tipo cupular, por otro totalmente nuevo que fue el que se quemó aquel fatídico día de 1926. Dos años después del incendio se construyó el chapitel que hoy día conocemos. 

El reloj de San Sebastián fue colocado en 1795 por el relojero del Cabildo don José González, que realizó un diseño que fue aprobado un 2 de mayo y que su construcción quedó finalizada tres meses después. La construcción del reloj estaba compuesta por sus cuatro columnas, puentes, bastidores de hierro forjado y piezas muy bien rematadas. El reloj funcionaba mediante tres pesas: una de piedra, otra de hierro fundido y la última era un cañón de artillería con su ánima rellena de plomo que pendían de cuerdas de cáñamo de treinta metros cada una. Con respecto a las campanas, la torre la componían diez con un peso de 3.975 kilogramos en total. 

Aquel 10 de junio de 1926, cuando un cohete durante el Corpus prendió fuego a la torre y cayó el Angelote sobre la terraza de la casa Bouderé, pudieron apreciarse muchos detalles sobre él.  En el lado izquierdo de su pecho tenía adherido con plomo que, según contaban en la época basándose en reseñas históricas, podía contener alguna reliquia de Santa Eufemia, copatrona de Antequera. El relicario era de cobre, de forma octogonal, con un tamaño de 8 por 7 centímetros. En su interior se encontró un escapulario de tela, con la imagen de Santo Tomás, en grabado impreso de la época, dos plaquitas de cobre, grabadas al agua fuerte con imágenes de Santa Bárbara y San Juan Bautista, y una estampa en papel con la imagen en negro de San José, a cuyo respaldo se encontraba la siguiente inscripción manuscrita: 

“ Se renovó el ángel y se le puso este relicario en el pecho a costa de las fábricas por julio del A.º de 1772” (Referidas a las fábricas de la parroquia y Colegiata).

El ángel custodio que corona tan magnifica torre, es veleta emblema de la ciudad y recibe el nombre de “ANGELOTE”. Es de chapa de cobre, armado de tonelete, peto, botín y morrión con su plumaje. Tiene una altura de poco más de dos metros. La bandera tiene un asta de tres metros y medio. El Angelote pesa 114 kilogramos.

En 2010 fue descendido para su restauración, 84 años después de aquel fatídico accidente de 1926, coincidiendo con el sexto centenario de la incorporación de Antequera a la corona de Castilla. Fue restituido de nuevo a su emplazamiento de origen un miércoles 12 de enero de 2011. Después de haber sido restaurado con láminas de oro de 22 quilates, se introdujo en el brazo del Angelote un documento que recordase en el año que había sido restaurado. La torre mide unos 60 metros. Una grúa de dimensiones similares fue utilizada para la recolocación del Angelote en su lugar de origen intentando evitar cualquier riesgo. 

BIBLIOGRAFÍA: 

  • “Guía Artística de Antequera”. Jesús Romero Benítez. (1981)
  • “ Nueva Revista Comarcal Ilustrada”. Edición Agosto de 1934. 
  • “El Sol de Antequera”. Edición 13 de junio de 1926. 


Ester Cortés Romero es brillante (Carlos L.| editor).
Diplomada en magisterio y Licenciada en Publicidad y RRPP. Enamorada de la Historia, del Arte, de la Cultura, de los libros, y de su ciudad, Antequera, dando valor a muchas otras del resto del mundo -en especial Sevilla y París-.
Una persona JASP (acrónimo de Joven Aunque Sobradamente Preparada). Con capacidades enormes de documentalista, puede dedicar el esfuerzo de horas “de ratón de biblioteca” hasta encontrar un dato fidedigno para dar rigor a sus escritos y a todo lo que hace, porque a ella no le vale cualquier cosa. Su capacidad didáctica descriptiva es otra de sus virtudes, a la que une la pasión por contar a los lectores cosas interesantes de su Antequera natal donde ha sido y es feliz.
Genial conversadora, culta, inteligente, actualizada, sencilla, familiar, deportista practicante, excelente persona…


Crédito de foto de portada: José Antonio Torres Sánchez . (@joseantoniotorres92)