Francisco Palma García: el legado de un gran escultor

Francisco Palma García, nació en Antequera el 28 de octubre de 1887, hijo de don Francisco Palma Chacón y doña Carmen García Capitán. La familia Palma García vivió en un primer momento en la céntrica calle Infante don Fernando y, posteriormente, en calle Aguardenteros. Del matrimonio nacieron cinco hijos: Fernando, José, Carmen, Feliciana y Francisco.

Con siete años de edad inició sus estudios en el Instituto de Primera Enseñanza. Allí fue donde comenzó a destacar en el mundo artístico y mostró sus primeros trabajos. Desde muy joven, con sus manos, modelaba el barro en sus ratos de entretenimiento infantil, y así fue como el político antequerano Francisco Romero Robledo vio en él madera de artista desde temprana edad. Este fue su principal benefactor apostando por él y su arte. Palma García fue becado por la ciudad de Antequera para que cursara sus estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Málaga obteniendo excelentes calificaciones y destacando en todos sus trabajos. Él mismo afirmaba en una entrevista concedida: “Don José Ramos Bazaga, jefe de policía en Antequera, hombre muy culto y muy preocupado en cuestiones de arte, me llevó al Romeral, donde vivía Romero Robledo, y encima de una mesa de billar, hice una exposición. El ilustre antequerano, con otros invitados, elogió mucho los trabajos y acordaron apoyarme para la pensión que me dio el Ayuntamiento”.

Palma García ingresó como alumno en la Escuela de Bellas Artes de Málaga en 1901, contaba con 14 años de edad, y estuvo allí durante cuatro años donde aprendió y perfeccionó su estilo, técnica, dibujos y esculturas.

En 1904, después de todo el aprendizaje y conocimientos obtenidos en Málaga, Romero Robledo, consiguió para Palma su ingreso, también pensionado por el Ayuntamiento de Antequera, en la Escuela Superior de Escultura, Pintura y Grabado “San Fernando” de Madrid.  Esta escuela contaba con figuras destacadas dentro del profesorado, como los maestros Ferrándiz, Marinas y Mateo Inurria, siendo el director el pintor Antonio Muñoz Degrain. 

En el año 1906, el escultor antequerano fue premiado con mención honorífica en la gran Exposición de Pintura, Grabado y Escultura que se celebró en Madrid. No fue hasta 1908 cuando Paco Palma sale de la Escuela Superior de Bellas Artes de la capital de España con destino a su ciudad natal, titulado ya como profesor de dibujo y escultura.

Regresó a la ciudad del Torcal con la intención de poder desarrollar y devolver su talento a la ciudad que apostó por él. El Ayuntamiento de Antequera, en sus sesiones del 7 de julio de 1908 y el 11 de febrero de 1909, quiso erigir un monumento a la memoria del Capitán Moreno, héroe de la Guerra de la Independencia (1808-1814). Él fue el candidato para llevar a cabo este proyecto y manifestaba: “…mi intención es que la figura del Capitán Moreno refleje el carácter y la valentía de un indiscutible héroe español, y para ello pondré todo mi empeño en hacer una escultura según la idea que tengo formada de un hombre que es así”. (Para más información, consultar el artículo «El Capitán Moreno: el héroe antequerano de la Guerra de la Independencia» https://atqmagazine.es/eterna/el-capitan-moreno-el-heroe-antequerano-de-la-guerra-de-la-independencia-espanola/).

El artista había vuelto a Antequera pero no disponía de un taller para acometer un proyecto de esta envergadura. Fue la iglesia-colegiata de Santa Maria La Mayor la elegida para ser el emplazamiento ideal donde Palma García instaurara su estudio de escultura y modelado, ya que era un templo que estaba inhabilitado para el culto. La escultura del Capitán Moreno le sirvió como catapulta para consagrarse como un gran escultor y alcanzar notoriedad y relevancia en diferentes círculos sociales y artísticos en Antequera y fuera de ella.

En 1909, el escultor participó en la decoración y ornamentación de la fachada de la casa Bouderé. Esta fue obra del arquitecto don Daniel Rubio.  (Para más información, consultar el artículo «El antes y el después de la Casa Bouderé» https://atqmagazine.es/eterna/el-antes-y-el-despues-de-la-casa-boudere/).

El artista Palma contrajo matrimonio con doña Purificación Burgos Fernández, quien había sido su novia de toda la vida, en 1910, en la parroquia antequerana de San Sebastián.

El año 1912 trajo consigo un cambio de residencia de la familia Palma Burgos a la capital malacitana. La vivienda familiar durante los primeros años fue en calle Ollerías. En este lugar nacieron tres de sus hijas: Purita y Carmen, ambas murieron en la infancia; y Purificación.

En 1914 recibe el encargo del ayuntamiento malacitano de realizar un grupo escultórico de tamaño natural para que presidiera el frontis de la fachada principal de la casa Casa Consistorial. Las siete figuras que conforman el grupo escultórico son: La Pesca, La Industria, La Agricultura, El Comercio, La Fortuna, y sobresaliendo en el centro, una matrona (símbolo de la ciudad de Málaga), a cuyos pies yace un hombre semi caído. Fueron colocadas el día 22 de noviembre de 1916. La iconografía muestra los diversos factores sociales que contribuyeron al auge de la Málaga del siglo XIX. Por ese entonces, Palma era profesor auxiliar en la Escuela de Bellas Artes de San Telmo, plaza que obtuvo posteriormente por oposición en 1920. También lleva a cabo el encargo de otra cofradía, realizar el trono del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas que fue estrenado en 1916.

En el año 1918 se trasladó la familia definitivamente a la calle Cobertizo del Conde donde podía disponer de un buen taller-estudio para desarrollar y llevar a cabo sus trabajos. Estos fueron muy variados y extensos: mausoleos, fachadas de edificios, bustos de personalidades, esculturas…También fueron muy numerosas las continuas visitas que recibía en el taller, por parte de amigos y vecinos que se impregnaban del ambiente de arte y cultura que se respiraba entre esas paredes. El poeta malagueño Salvador Rueda se encontraba entre sus grandes y fieles amigos. También fue en Cobertizo del Conde el lugar donde nacieron el resto de sus hijos: Francisco, Dolores, Mario, Victoria, Carmen y José María.

Algunos proyectos quedaron solo en maqueta, como fue el caso del monumento dedicado a la Aduana. Palma pretendía rendir homenaje a todos aquellos malagueños que fallecieron aquella fatídica madrugada del 25 al 26 de abril de 1922, cuando un enorme incendio acabó con un edificio emblemático de la ciudad, que contaba con numerosas dependencias administrativas y era también residencia de varias familias. La sociedad malacitana quedó muy compungida después de este fatal desenlace. Actualmente, el Palacio de la Aduana es la sede del Museo de Málaga desde su apertura el 12 de diciembre de 2016.

En 1923 realizó la imagen de Nuestra Señora de Lourdes, a tamaño natural, en mármol, para el Seminario Conciliar Diocesano de Málaga. A finales de 1924 realiza el trono de la Soledad, de la Congregación de Mena, que contaba con un representativo palio de cajón comprado a una cofradía antequerana. 

En 1925, se le encarga hacer la maqueta del proyecto en escayola de la imagen del Sagrado Corazón de Jesús de Antequera. Modeló la figura en la antigua iglesia de la Aurora de la ciudad de Málaga. La imagen fue enviada a Madrid el 28 de octubre de 1928 para que fuera fundida en bronce por la insigne fundición de Codina Hermanos. (Para más información, consultar el artículo «Un paseo por la historia del Corazón de Jesús» https://atqmagazine.es/eterna/un-paseo-por-la-historia-del-corazon-de-jesus/).

Entre los muchos y elaborados trabajos que fueron realizados por Palma García en Málaga, debemos destacar los siguientes: el retrato del Dr. Bryan y el de una señora, siendo este último presentado en la gran Exposición de la Academia de Bellas Artes en 1920. Realizó  las cabezas de los tronos de la Virgen de los Dolores y del Señor de los Azotes y Columnas que se encuentran en la parroquia de San Juan. Con el ilustre arquitecto malagueño, Fernando Guerrero Strachan, quien también fue alcalde de Málaga (1928-1930), realizó la fachada del Banco Hispano Americano y el decorado de la Casa Creixell. Posteriormente también realizó cuatro figuras de tamaño natural representando el Dolor, la Resignación, el Silencio, y la Fe para un panteón en la Línea de la Concepción.

El año 1928 fue muy fructífero para el artista antequerano. Palma realizó una preciosa escultura, “La Piedad”, llamada también “La Virgen de los Carteros”. Él se encargó personalmente de mostrar una maqueta en su taller, donde contó con la inestimable ayuda del Cuerpo de Correos y Telecomunicaciones. Con todos los presentes en el acto, se acordó por unanimidad y se ratificó la fundación de la Real Hermandad de Nuestra Señora de la Piedad, también la creación de una cofradía que pudiera realizar estación de penitencia en la noche del Viernes Santo, donde se pudiera mostrar la devoción que tenían los carteros y demás funcionarios de Correos y Telecomunicaciones de Málaga por la imagen. La Semana Santa de 1929 contó por primera vez con la salida procesional de “La Piedad”. En honor al artista antequerano el itinerario se dilató hasta llegar a la casa taller de Palma a modo de agradecimiento. 

La ciudad de Málaga sufrió en muchos de sus edificios religiosos durante el año 1931, el sentimiento encolerizado de muchos exaltados. Estos actos se perpetraron durante los días 11 y 12 de mayo de ese año. Palma García fue testigo del incendio provocado en la iglesia de Santo Domingo,  y solo pudo rescatar entre los escombros, la pierna del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas (Cristo de Mena), que guardó como una reliquia durante mucho tiempo la familia hasta ser donada posteriormente al Museo Diocesano de Málaga. Su hijo, Francisco Palma Burgos, fue el autor del Cristo de la Buena Muerte que esculpió en 1941 y que se procesiona desde entonces por las calles de Málaga en cada Semana Santa.

El incendio de la iglesia de Nuestra Señora de la Merced, en la mañana del 12 de mayo de 1931, llevó consigo la desaparición de “La Piedad” de Palma García. Estos hechos sumieron al escultor en una tristeza absoluta. Solo se pudo salvar el brazo derecho del Cristo y el pie izquierdo de la Virgen. En 1941, su hijo Francisco Palma Burgos, utilizó el molde en yeso de su padre para tallarla de nuevo, con la intención de que fuera lo más fidedigna posible a la realizada por su progenitor. 

El 12 de julio de 1931 fue inaugurado un monumento realizado por Palma a su gran amigo, el poeta Salvador Rueda. Este acto contó con la inestimable colaboración de personas relevantes de la época como fueron: don Salvador González Anaya, don Antonio Baena Gómez, don Rafael Pérez Bryan y otras personalidades del arte y las letras. También se unieron instituciones como el Ayuntamiento de Málaga, la Diputación Provincial, Conservatorio de Música, Real Academia de Bellas Artes de San Telmo, Sociedad Económica de Amigos del Pais etc. Contando también con la asistencia de altos cargos institucionales, escritores, periodistas, artistas y sociedad en general. 

En 1933 es realizado el panteón de Félix Sáenz, que se encuentra situado en el histórico cementerio de San Miguel. Obra del arquitecto don Antonio Palacios. Las figuras que adornan el monumento funerario son de Palma García. También realiza, por encargo del Ayuntamiento de Málaga y de la Academia de Bellas Artes, el medallón que preside la fachada principal del Teatro Cervantes, con la efigie del actor malagueño Emilio Thuiller.

La Caja de Ahorros de Antequera le encarga en el año 1935 una escultura tamaño natural de uno de sus iniciadores, el Rvdo. Padre Carlos Ferris y Vila, para que estuviera ubicado en una hornacina en la entrada de la Entidad. La fachada del inmueble tiene a la derecha una figura escultórica simbolizando El Ahorro, para el que sirvió de modelo su hija Purificación Palma. A la izquierda, una figura de un hombre que representa El Trabajo Agrícola. El escudo de Antequera lo situó Palma en la parte central del edificio. Y en la parte superior un medallón decorativo que representa a la familia. Él fue el encargado de la parte artística y escultórica de la obra arquitectónica que desarrolló don Daniel Rubio. (Para más información, consultar el artículo «¿Recuerdas la histórica Caja de Ahorros de Antequera?» https://atqmagazine.es/eterna/recuerdas-la-historica-caja-de-ahorros-de-antequera/).

Durante 1937, el escultor antequerano realiza diversas obras entre las que podemos destacar: un Cristo Crucificado en mármol para el panteón de la familia Nieves en el cementerio de Nerja (Málaga); una imagen de Jesús Nazareno y una Dolorosa para la iglesia de San Miguel de Torremolinos (Málaga); Frigiliana (Málaga); Cortes de la Frontera (Málaga). Asimismo fue restaurado en Cártama el camarín de la Virgen de los Remedios y también un Cristo Crucificado para el Salón de Actos de la Excma. Diputación Provincial de Málaga. 

Paco Palma García falleció en la ciudad de Málaga el día 19 de diciembre de 1938 a la edad de 51 años. Un escultor querido y respetado allí donde estuvo, destacando de manera notable en todos los trabajos que realizó. Francisco Palma Burgos cogió el testigo de su padre, convirtiéndose también en un extraordinario escultor e imaginero, perpetuando el legado artístico de una familia de grandes figuras que llega hasta nuestros días. 

BIBLIOGRAFÍA: 

  • “Paco Palma. Escultor-Imaginero (1887-1938). Perfil de su vida y de su obra”. Manuel Téllez Laguna. Málaga (1985). 
  • “El arquitecto Daniel Rubio Sánchez y su relación con Francisco Palma García. Cuatro etapas: 1909-1910/ 1925-1929 y 1932-1935”. María Pepa Lara García. Real Academia de Bellas Artes de San Telmo. 
  • El Sol de Antequera.
  • Archivo Histórico Municipal de Antequera. 
  • www.rah.es

Ester Cortés Romero es brillante (Carlos L.| editor).
Diplomada en magisterio y Licenciada en Publicidad y RRPP. Enamorada de la Historia, del Arte, de la Cultura, de los libros, y de su ciudad, Antequera, dando valor a muchas otras del resto del mundo -en especial Sevilla y París-.
Una persona JASP (acrónimo de Joven Aunque Sobradamente Preparada). Con capacidades enormes de documentalista, puede dedicar el esfuerzo de horas “de ratón de biblioteca” hasta encontrar un dato fidedigno para dar rigor a sus escritos y a todo lo que hace, porque a ella no le vale cualquier cosa. Su capacidad didáctica descriptiva es otra de sus virtudes, a la que une la pasión por contar a los lectores cosas interesantes de su Antequera natal donde ha sido y es feliz.
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