Ilustración de portada: prestada por Marisa Sandoval
Esencia del amor | María Córdoba
La luna se mira en el espejo del mar. Su imagen es atrapada por la arena, que la devuelve desdibujada por el vaivén de las olas.
Mientras, mis lágrimas se deslizan tristemente hacía mis labios. Pero no quiero retirarlas. Necesito sentirlas, mezcladas con la bruma que el viento arrastra, en esta noche de verano incipiente.
El mar se arrastra lamiendo la arena. Saboreándola. Ahora yo quisiera cabalgar en este acompasado ritmo. Porque ¡qué maravilloso es el mundo y qué cruel también con algunas de sus criaturas!
El viento quiere atrapar mi pelo, para que pueda alzar el vuelo, como nube de algodón. No lo dejo. Comienzo a tejer una trenza, que, deslizada por mi cuello, muere sobre el nacimiento de mis senos.
Pronto, el día, despojará a la noche de su reinado. Todo volverá a ser lo mismo. El sol guiará la vida.
Ahora tengo un frio extraño, intenso. Tiemblo bajo esta lona de colores brillantes. Es cálida y mimosa. Me reclino hacía atrás, apoyándome en esta extraña butaca de arena y de roca.
Oigo unos pies que se hundían en la arena. Me giré al escuchar sus pasos. Se acercan con lentitud, de forma apática. Los miro y siento nostalgia y añoranza de su movimiento. Se paran. Elevo mi mirada y veo a un hombre joven que está llorando. Sin mediar palabra se sienta a mi lado. Sigue con su llanto silencioso. Hasta que un desgarrado grito le sale con rabia y amargura: “Cabrón ¿por qué me has hecho esto? ¿Era necesario hundirme y humillarme con tu fría despedida?
Sus ojos brillan en la soledad de esta noche extraña. Solloza con desgarrador quejido arañando la quietud de la noche.
El viento ha arrebatado mis lágrimas. Se las ha llevado hacía el lucero vespertino, que nos vigila expectante.
Estamos unidos, sentados en esta butaca de arena y roca, que nos acuna y casi nos mece. Apoya su cabeza sobre mi hombro. Me susurra, con voz ronca, que se quiere quitar la vida. Pero que le falta valor. No tiene fuerzas para seguir luchando contra la intolerancia que le rodea. Me grita que él no ha querido ser maricón. Que su adolescencia y su niñez fueron terribles. Y ahora que había logrado la estabilidad y quererse a sí mismo, su pareja le comunica, con la frialdad de un mensaje de móvil, que su relación había acabado.
Con rostro desencajado, me pregunta: ¿Dónde está el alma y la grandeza de las personas que amamos?
Lo miro a los ojos. Acaricio su cara y su pelo y bebo sus lágrimas con dulzura. Entrelazo mis manos con las suyas. Sentimos que ser distintos nos une. Y ahora necesito que comprenda, como he hecho yo, que la vida es hermosa y cruel. Deslizo una de sus manos hacía la parte baja de mi cuerpo. Me mira desconcertado, cuando desprendo la lona que me cubre y descubre la cola de escamas que forma la otra parte de mi cuerpo. Sí, soy una sirena. Un ser diferente como tú. La naturaleza ha jugado con nosotros. Pertenezco a dos mundos que se contraponen, provocándome a veces desamor por la vida.
Seguimos abrazados. Dándonos amor y tolerancia. La marea comienza a alejarme. Me lleva a mi otra forma de vida. Me despido de él susurrándole, mientras sigo saboreando el dulzor de sus lágrimas. Le digo: recuérdame con amor. Con todo el amor que los dos nos merecemos. Me mira sollozando y riendo. La tristeza y la alegría forman una sola cosa. Ha compartido con otro ser la intolerancia de la vida. Un arrullo de espuma me aleja de la superficie.
Y el amanecer dorado es testigo de la esencia que hemos compartido los que somos diferentes.
María Córdoba

María Córdoba Gil
Estudió Técnico Especialista de Biblioteconomía y Archivista.
Ha sido librera 24 años.
Ha colaborado en el inventario del archivo municipal de Archidona.
Participó en la novela multiautor El crimen de Archidona, en el libro: Anécdotas de estudiantes en Archidona de la biblioteca electrónica de Archinoticias.
Con el Taller de escritura creativa ha colaborado en «Primer libro de relatos y en Escritos del atardecer». También en «Nos queda la palabra».
Le encanta escribir, el teatro, pasar tiempo con la buena gente…Todo lo que genere positividad. Forma parte del Taller Antequerano de Escritura Creativa.