Agua que no has de beber … tampoco la dejes correr

Hay algo mejor que podemos hacer que echarnos los unos a los otros las culpas de que no haya agua. La culpa de que no llueva no es de nadie. Sí lo sería que la poca que tenemos la derrocháramos. Y eso es responsabilidad de todos.

Mucho más en momentos en los que estamos, de escasez de lluvias y de sequía en nuestros campos y con ya innumerables restricciones en los distintos consumos en bastantes municipios y zonas geográficas, incluso con falta para el aseo personal, calmar la sed y para el consumo doméstico.

Se trata de ponernos todos a una y concienciarnos de que ya bastante tenemos con que los campos estén secos, que el ganado muera de sed, que la industria se resienta por no poder utilizar ese bien necesario; que el turismo no tenga la comodidad que requiere el tiempo de ocio en los hoteles y en las infraestructuras. Que los Hospitales no dispongan de…

A cada nivel de responsabilidad en la gestión de los servicios públicos le corresponde un grado de ocupación (más efectivo que la pre-ocupación), de previsión, planificación y gestión de este recurso tan preciado. Pero a los ciudadanos sin cargo político tambien nos corresponde la tarea del uso responsable de un bien que es de todos y la necesidad de tomar conciencia de no derrochar la que tenemos.

A diario  llevamos a cabo acciones tan interiorizadas como lavarnos la cara, ducharnos, cepillarnos los dientes, encender el lavavajillas o llenar la cafetera, poner la lavadora… sin preocuparnos de la cantidad de agua que gastamos.

Sin ánimo de moralina barata, pero sí con el de que reflexionemos para no malgastar el agua que por suerte aún tenemos y que a otros le hace verdadera falta, traemos como recuerda algunos hábitos de la vida doméstica y personal para que no supongan un derroche. Son cosas que ya sabemos pero que conviene que podamos recordar.

Concienciarnos del uso sostenible en cada uno de los gestos cotidianos de nuestras necesidades de agua es la clave.

AHORRAR AGUA EN EL BAÑO

  • Mientras esperas a que se caliente el agua de la ducha, aprovecha para llenar cualquier recipiente (existen bolsas específicas para tal propósito). Luego podrás reutilizar el agua almacenada para fregar o regar las plantas. 
  • Cierra el grifo mientras te enjabonas las manos o te lavas los dientes.
  • Llena moderadamente el lavabo al afeitarte en lugar de dejar correr el agua.
  • Coloca una papelera en el cuarto de baño para evitar usar el inodoro como basura. 
  • Dúchate en lugar de bañarte y cierra el grifo mientras te enjabonas. Una ducha supone mucho menos gasto de agua que un baño. (Aunque cada minuto de ducha son más o menos 17 litros)
  • Utiliza cisternas de doble descarga para descargar únicamente la cantidad de agua necesaria. Si no, coloca dos botellas llenas de agua dentro de la propia cisterna.
  • Utiliza la lavadora con la carga completa y el programa adecuado. Recuerda que las lavadoras a media carga gastan más o menos la misma cantidad de agua que a carga completa.
  • Instala economizadores o aireadores en los grifos y en la alcachofa de la ducha. Reducen el caudal y la diferencia es inapreciable.              

AHORRAR AGUA EN LA COCINA

  • Descongela los alimentos en el frigorífico. No lo hagas bajo el agua. Ahorrarás en gasto y ganarás en sabor y seguridad alimentaria.
  • Compra electrodomésticos eficientes y con programas ECO. Además de agua, ahorrarás energía.
  • Utiliza el lavavajillas siempre que puedas y a carga completa. Y cuando friegues los platos a manos, nunca lo hagas dejando correr el agua; primero enjabona en un barreño y más tarde aclara.
  • Coloca una jarra en el frigorífico en vez de dejar correr el agua para que se enfríe. Siempre tendrás agua fresca sin gasto adicional.
  • Reutiliza el agua sobrante de las jarras o la que usas para hervir huevos o lavar verduras. Con ella (siempre y cuando no tenga sal) puedes regar tus plantas. Además, les aportarás nutrientes y crecerán más sanas.
  • Cierra levemente la llave de paso de la vivienda. No apreciarás la diferencia y ahorrarás una gran cantidad de agua diariamente. 
  • Repara los grifos cuanto antes si detectas pérdidas o fugas.

AHORRAR AGUA JARDINES

  • Diseña un sistema de riego acorde a las necesidades de tu jardín. Por ejemplo, usando sistemas automáticos de riego por goteo para árboles y arbustos.
  • Cuando riegues por aspersión, diseña correctamente la posición de los aspersores, su caudal y la zona que cubren. 
  • No riegues en las horas centrales del día: las temperaturas son más altas y la evaporación, por tanto, es mayor. Además, tus plantas sufrirán mucho.
  • Diseña el jardín con la menor superficie de césped posible, pues su consumo de agua es muy elevado. Una buena alternativa puede ser la instalación de césped artificial.
  • En caso de disponer de césped, intenta que la altura de corte sea de unos 5 centímetros para mantener así un grado de humedad adecuado en la zona de la raíz.
  • Suministra el riego próximo a las raíces de las plantas.

AHORRAR AGUA EN LA PISCINA

  • No vacíes la piscina durante los periodos de inactividad. Tápala y realiza un mantenimiento preventivo de forma periódica. El agua del vaso puede mantenerse durante más de 5 años. 
  • Instala un sistema de depuración de circuito cerrado.
  • Coloca una cubierta solar durante el verano para evitar la evaporación. Esto supone un ahorro en agua y en desinfectante. 
  • Revisa con frecuencia la instalación: te permitirá detectar las fugas y repararlas con mayor rapidez.
  • Si tienes ducha junto a tu piscina, es conveniente que esté dotada de pulsador automático o de infrarrojos.