El barrilito antequerano

Se puede encontrar una aguja en un pajar…

Juan Manuel Ruiz Cobos | para atqmagazine


Temí días atrás en un determinado momento por este único e inmenso ejemplar, raro entre nosotros y más aún en esta latitud bioclimática, pues las fuertes y anómalas rachas ventosas acaecidas, podían haber encontrado en su esbeltez y fisiología, una coalición perfecta para unas nuevas lesiones o incluso algo peor, sin embargo, con su vitalidad ha superado de forma extraordinaria esta importante prueba.

Con una proyección de copa de más de doscientos metros cuadrados, orientado al norte y con una arquitectura casi multicaule, muy ramificada por las podas tanto fisiológicas provocadas por las heladas como por las de un erróneo manejo humano, nuestro palo borracho antequerano, barrilito, árbol botella, … Ceiba speciosa, disfruta de la paz y calidad que haya en el jardín de la residencia Hospitalaria de San Juan de Dios en Antequera.


La ceiba; hasta hace poco Chorisia speciosa, tiene su origen en las selvas tropical y subtropical Sudaméricanas, desde donde se trajo hasta Europa con un interés paisajístico para poblar espacios urbanos con similitudes climáticas con su hábitat y en las que los inviernos, estén exentos de heladas.
Antequera, cómo ustedes imaginaran no es precisamente un espacio cómodo para que el ejemplar pueda desarrollarse con una óptima fenología. Sin embargo, es evidente que el árbol, a pesar de encontrarse con este contradictorio aspecto climático, obtiene suficientes alicientes para desarrollarse parcialmente y siempre dependiente de la crudeza del limitante frío.


El ejemplar dioico y caducifolio, tiene en su frondosidad, su peculiar tronco y floración, sus grandes atractivos. De un lado tras su periodo de desnudez invernal, rompe con una floración que lamentablemente no podemos disfrutar por faltarle otro ejemplar que lo polinice, tras ello ya de forma muy tardía, se viste con una marcada densidad foliar, de hojas alternas de textura media y palmaticompuestas con pecíolo muy largo. Junto a ello el tronco a veces se infla en la base pudiendo llegar a sumar 2 m de diámetro, por ello la denominación vulgar de “barrilito”. Desde su juventud este se cubre de gruesas espinas cónicas puntiagudas que con el crecimiento va desprendiendo.
La gran obra de las ordenes que han custodiado este centro, nos han legado un perceptible y valioso patrimonio vegetal. Ahora con el Hno. Luis Valero al frente de la sede de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en Antequera, no sólo se le mima con especial acción y proyección, sino que además, este valioso y confortable espacio, sigue ganando géneros que en biodiversidad alegran a sus usuarios y visitantes.


Volviendo al corpulento árbol que hoy tratamos, no cabe duda de que la flor es el gran espectáculo en su copa, cuando la llena en llamarada rosácea o amarillenta según la especie. En su hábitat, con la lana de sus frutos se rellenaban colchones y almohadas. Asimismo, de partes de su corteza se extraen fibras muy resistentes con destino a la artesanía.

La floración en copa que adjunto es prestada de otro ámbito, pero quien sabe si en un periodo de tiempo no muy tardío, podemos ver este espectáculo también aquí en ese gran árbol. Sea como fuere, el árbol como todos ellos, nos ofrece unos grandes servicios ecosistémicos que no debemos ni obviar ni menoscabar, pues mejor un árbol que ninguno, nuestra vulnerabilidad y necesidad de cobertura arbórea no nos debe distraer en lo importante que es tener muchos y grandes árboles en nuestro ámbito urbano, nuestra vida será más bonita y sana.


Juan Manuel Ruiz Cobos es un experto en Jardinería con más de 30 años de experiencia en el diseño, creación y mantenimiento de espacios verdes urbanos. Director técnico de Jardines de Icaria y presidente de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza. Ávido de conocimientos y actualización de técnicas tiene una extraordinaria formación en Infraestructuras Verdes Urbanas. Apasionado de la lectura y de Antequera, de su historia y de su desarrollo como ciudad, de sus costumbres y de su patrimonio cultural, artístico, paisajístico y gastronómico. Gran conocedor, amante y defensor de su pueblo, al que lleva siempre donde quiera que vaya. |
Foto: El Correo de Andalucía