Una clave previa fundamental del buen vino: La poda

Cultura de Vino | Carmen Aparicio

Cuando hablamos de vino, siempre lo hacemos desde lo lúdico festivo. Cómo beberlo, como maridarlo, en qué ocasiones tomarlo, su temperatura.

Pero creo que para poder entenderlo debemos de ir a su comienzo. Tengo este tema muy reciente, por una visita a bodega.
El ciclo de poda en la vid, depende del lugar donde se haga, no es lo mismo podar en las Islas Canarias, (que os debo de decir que alguna bodega en Lanzarote ya ha comenzado a cambiar este ciclo de poda, teniendo en cuenta su clima, está podando antes para vendimiar antes y dejar que la planta disfrute del descanso merecido antes de ser productora de nuevo,) que podar en Alemania. No es lo mismo podar en lugares secos, que húmedos, la altitud, la pluviometría…

¿Por qué podamos la vid?

La planta ya ha producido, ha pasado el otoño donde pierde sus hojas y ahora toca que descanse, que se regenere y decidir qué hará para primavera cuando vuelva a brotar.

Con la poda estamos decidiendo ya el vino que tendremos, os parecerá extraño, pero os cuento. Os cuento desde mi percepción, desde mi poco conocimiento y esto también os lo aclararé. Con la poda vamos a decidir cuánto vamos a hacer trabajar a la planta, cuánto de productiva queremos que sea y cuánto queremos que viva.


El “arte” de la poda no es algo que pueda tener cualquiera, hay que tener mucho conocimiento de la planta, del entorno, de la bodega y del vino que se produce y aunque no lo creáis como muchas cosas en la vida, no se aprende en los libros.
No sólo hay un tipo de poda, igual que no hay un tipo de planta. Podar es duro, hace frío, lo haces en una postura incómoda y tu conocimiento debe ser alto, un mal corte puede matar a la planta o secar parte de ella. Es un ser vivo, al qué si le haces un corte en un mal lugar, puede sufrir daños irreparables. Hay que decidir que cortamos y por dónde. En esta ocasión sólo os hablo de la poda de invierno, también existe la poda en verde, que se hace ya manual, sin tijera o no tanto, dónde retiramos el exceso de follaje o lo que ha crecido que no queremos que produzca este año, para que la planta no tenga que trabajar tanto.

En el ciclo de la planta, tras la poda, y con el despertar de la planta, comienza el “ Lloro”, otra parte del ciclo muy bonita.

Ha sido una breve descripción de un trabajo duro y desde mi mayor admiración felicito a los que hacen y consiguen que después el trabajo en bodega sea más fácil.

En el campo comienza el milagro de la vida del vino.

Como en el artículo anterior, os hago mi recomendación de vinos:
Haciendo gala al nombre del escrito, La Poda es un proyecto liderado por Almudena Alberca, la primera mujer en España en conseguir el Título de Master of Wine.
La Poda es una colección de varios vinos en diferentes zonas del país. Te invito a que los descubras