Preciosa tarde de música en la Real Academia de Antequera

«Un foráneo en el paraíso» | ChLL para atqmagazine

La orquesta de Cámara ‘Eugenio de Cantos’ de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera ha celebrado el pasado sábado 25 de enero su Concierto de Invierno en la sala de conciertos de la propia institución.

La directora de la orquesta Margarita Bolós Faraboshi guiaba magistralmente desde su piano al resto de la orquesta compuesta por jovencísimas interpretes instrumentistas que ya han demostrado estar a la altura de importantes conciertos.

Había llovido unas horas desde el mediodía en Antequera, lo que nos trajo la alegría de que al menos se han regado los campos. La tarde no estaba desapacible, pero invitaba a recogerse y disfrutar a cubierto de este regalo maravilloso, el Concierto de Invierno que organiza la Real Academia de Artes Nobles de Antequera.

La Orquesta de Cámara “Eugenio de Cantos”, conocida por sus iniciales como la OCEC, fue creada en el seno de la Sección de Arte de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera a instancias de la académica de número Margarita Bolós Faraboschi, a principios de 2020. Entre sus objetivos están, no solo la divulgación de la música camerística, ofreciendo al público la audición del repertorio universal en sus diferentes épocas y estilos, sino también la investigación en el campo de la musicología y ciencias de la música.

Teresa Villarejo Caballero, primer violín ( concertino); Ana Gallardo Navas, segundo principal ; Guadalupe Melero Molina; violín; Lucía Olmedo Cañas, violonchelo principal y Sonia González Martínez, violonchelo, lograron llenar la acogedora sala, de escuchantes que aprecian la música clásica. Demostración clara de la calidad de sus intérpretes.

La maestría y la excelencia de Margarita Bolós Faraboshi, mostró una conducción firme y sensible, desde el piano, estableciendo una comunicación continua con las instrumentistas, dando espacio a cada solista y asegurando la cohesión global.


El programa, variado y atractivo, ofreció un recorrido por compositores de gran renombre y otros menos aireados entre quienes no somos doctos en la materia. La noche comenzó con la obra ‘Marinero del alma‘ de Murguía, un bolero evocador que capturó al público desde los primeros compases.
La sorpresa del concierto vino con el estreno de ‘De la Trinidad al suelo‘ de Ripa, una partitura encontrada en los archivos de Antequera, que en su faceta investigadora, la propia Margarita ha rescatado y que en su versión musicóloga ha adaptado. Fascinante y con la que supieron transmitir emoción y profundidad a través de su compleja textura musical.
La ‘Cavalleria Rusticana de Mascagni‘, un clásico de la ópera italiana, fue abordado con gran vigor y pasión, mientras que el ‘Minueto en La Mayor de Puccini‘ aportó un respiro de sutileza y gracia en medio del dinamismo de las obras anteriores.

Si bueno fue lo hasta aquí vivido, en mi opinión el clímax de la velada empezó con Oblivion, de Astor Piazzolla, una pieza cargada de melancolía y sensualidad que conectó inmediatamente con quienes escuchábamos, transmitiéndonos la magia de la banda sonora de la película Enrico IV. (Ahí ya nos habían enamorado).
Y continuó creciendo el momento para cerrar con broche de oro, cuando la orquesta interpretó el ‘Concertino da Camera‘ de Salieri, en cuatro movimientos, una obra de complejidad técnica que demandó un virtuosismo impecable, que fue entregado con creces por las intérpretes. (Aquí nos conquistaron por completo)

Piazzolla

Salieri

Disfruta más Salieri…


José Escalante, director de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera, presentó el evento con su habitual elocuencia culta y su particular gracejo intimista, subrayando la relevancia de la cita y la calidad artística que caracteriza las iniciativas culturales de la institución.


Este concierto no solo fue una muestra del talento de jóvenes músicos, sino también un claro testimonio del compromiso de la Real Academia de Nobles Artes de Antequera con la cultura y las artes de calidad.

Desde el primer acorde, la presencia de las intérpretes, todas ellas jóvenes talentos, hizo evidente que no solo estaban a la altura del evento, sino que sobrepasaban con creces las expectativas. La orquesta está compuesta por figuras emergentes que, con su destreza y sensibilidad, dejaron claro que el futuro de la música clásica en nuestra ciudad está en manos muy capaces y tiene en esta formación musical una pieza muy importante.


La que fuera en 2020 una semilla esperanzadora con la creación de esta orquesta de cámara, se va consolidando y aporta rigor y prestigio musical al panorama cultural de Antequera. Insisto: larga vida auguro a ello y larga vida quisiera yo para mí para poder asistir al menos a su decimoquinto aniversario, allá por 2035 . ¡Ojalá!. Y que todos vosotros, lectores y lectoras podáis encontrar en ese entonces mi reseña que diga nuevamente: ¡Qué bonito haberlo vivido y poderlo contar!

Una vez más en Antequera este «foráneo» se ha sentido en el «paraíso».