El azahar ha embrujado de nuevo Antequera

Esta madrugada los naranjos de nuestra ciudad han abierto su flor En una maravillosa explosión deL aroma más esperado en primavera.

31 marzo de 2023

Hay quien dice que el azahar nos entrega su aroma para anunciar la Semana Santa.
Hay quienes lo ven como un recuerdo de su infancia.
Mi madre me contaba que los recuerdos son otra forma de encontrarse. Que si son bonitos, se «alojan» para siempre en algún lugar a medio camino entre el corazón y la razón, haciendo cómplice de ello a la memoria. Que los seres humanos guardamos como un tesoro en ese espacio sagrado, que es solo nuestro, el recuerdo de nuestra infancia.
Seguro que aquí en Antequera a muchas personas el azahar les evoca su niñez y sus correrías infantiles con amigos y familia.
Me pregunto si la vitalidad andaluza, el optimismo generalizado y esa filosofía de vivir tan acertada, tienen su causa en el aroma de azahar de las calles en su primavera, que inyecta vitalidad para un año entero. Habría que hacer un estudio psico-sociológico de ello.

Esta es una revista de Cultura, pero ¿por qué no?, también de sensaciones. No me critiquen demasiado por expresar mis sentimientos que, por otro lado, no hacen daño a nadie, o al menos no es esa mi intención como editor:


Quizás en este día en el que Cristóbal Toral ha entregado oficialmente al Alcalde, a la Delegada de Patrimonio Histórico y Turismo y al Director del museo de la ciudad, para disfrute permanente de los antequeranos en nuestro MvCAV, su cuadro «Paquete Cósmico» | que ya se popularizó en el mundo entero |, sea el día señalado con estas dos noticias que me atrapan desde dos de mis sentidos: el arte pictórico, que atrae a mi vista y el aroma de Antequera hoy que encandila a mi alma.


¡Qué bonita coincidencia!.
Es un día con sello de Historia: el arte lleva el aroma de los naranjos antequeranos a la atmósfera sideral ¿o viceversa, es el aroma de Antequera lo que llevó a Toral a inspirarse en el espacio?.


Nuestras células olfativas pueden distinguir miles de aromas distintos, pero este, el del naranjo en primavera lo reconoce todo el mundo, parece que nos habla aunque no miremos. Llegas a su zona y te envuelve con su encanto.

No sé el número de naranjos urbanitas que hay en nuestras calles, pero soy capaz de contarlo en mis paseos, así que un día de estos lo indico por aquí.
Dicen que donde hay naranjos hay felicidad. Tal vez por ello la ilustre Familia Blázquez quiso traer a Antequera naranjos y otros frutales.

Podría  ser un momento agradable que hoy viernes, cuando tengas (ojalá) ese momento de acurrucarte en el sofá y tal vez abrazados a alguien querido, recorras en tu memoria los recuerdos de tus olores de Antequera en tu niñez, el sabor de estar con tus seres queridos. Y si estos seres queridos son chiquitillos, tus hijos, tus nietos, haz que puedan guardar en su memoria los bonitos recuerdos que tú les puedas brindar hoy. Te lo sugiero, puede ser una experiencia sensitiva maravillosa para ellos y para ti.

| La mémoire est une autre façon de trouver le beau | «Il ricordo e otra forma di encontrarsi» | «El recuerdo es otra forma de encontrarse con lo bello que alguna vez vivimos» |.

(Escuchado mil veces a mi madre y vivido otro millón de veces para mi felicidad)

Me he preguntado cuándo se plantaron en la ciudad los primeros naranjos que hoy vemos en la Alameda y en muchas otras zonas de la ciudad. Porque está claro, eso sí, que en su origen lo trajeron a la península civilizaciones anteriores.
D.Juan Manuel Blázquez, con su amabilidad y gracejo, está indagando entre sus amigos para darme la respuesta, que también ha picado su curiosidad. Así que ya mismo completaremos estos datos con la cortesía de su información.
Eso sí, me ha hablado de que, con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929, el ayuntamiento hispalense decide embellecer enclaves destacados de su ciudad. Y una donación del Marqués de Aracena, la familia Sánchez-Dalp, de la que es amigo, plantó en Sevilla cientos de naranjos. Fue una generosa aportación de Miguel Sánchez-Dalp, académico de Historia y presidente del ateneo en aquellos años. Este personaje ilustre donó en 1926 cientos de árboles para la ornamentación de los lugares más transitados de la capital. Y ello popularizó en otras ciudades y pueblos como elemento decorativo natural, como punto de referencia mimética, copiando la interesante idea.


Pero …¿de dónde proceden los naranjos llegados hace siglos a Andalucia?

El origen es chino. El naranjo procede de las zonas bajas del Himalaya, y las regiones tropicales y subtropicales de Asia y Polinesia. Dicen que su antigüedad data de la era terciaria, hace unos 20 millones de años y que se va extendiendo por Occidente en el paso de la historia.
Hablan, quienes saben de ello, que cobra importancia en Grecia por medio de Alejandro Magno (quien lo conoce tras su conquista del oeste asiático), y posteriormente llega al Mediterráneo a través de Italia o el norte de África.
Que son los romanos quienes lo trasladan a España al conquistar la Península Ibérica.
Que los árabes, tras la invasión e islamización de Al Andalus (Andalucía en la actualidad), instauran su uso ornamental en lugares tan emblemáticos como la Mezquita de Córdoba o el Alcázar de Sevilla; así como en la vía pública de ambas capitales.
Distintos historiadores fijan la distribución por toda Europa en las fechas de las rutas de navegación del continente africano.
Y que la expedición de Cristóbal Colón exporta al nuevo mundo naranjos y limoneros, que se siembra rápidamente en aquellas tierras.
Dicen también que el Duque de Wellington fue uno de los principales difusores de este cítrico amargo por toda Europa en el siglo XIX. La Guerra de Independencia con Francia situó a este aristócrata inglés en Sevilla comprobando la calidad de las naranjas amargas que probablemente superaban a la calidad de las inglesas para hacer mermeladas con ellas.
Nuestra vecina Sevilla se convirtió en una de las mayores exportadoras al Reino Unido y al Norte de Europa, donde era y es costumbre desayunarse con mermelada de naranja amarga. La propia reina Isabel, fallecida en 2022, hizo gala hasta sus últimos días, de su consumo de mermelada de naranja amarga importada de Sevilla.

Y ya que hablamos de ¿para qué se utiliza un naranjo que es amargo?, otros expertos nos hablan de las inmejorables propiedades del aceite esencial, el Petit Grain, que se extrae de sus hojas en un proceso de destilación bastante sencillo, que va desprendiendo esa esencia natural, a la que se atribuyen propiedades calmantes para el cuerpo y la mente, siendo un aliado excelente en épocas de estrés.
También es antiséptico, antiespasmódico, antidepresivo, ansiolítico, analgésico, antiarrítmico, anticontracturante, calmante, cefálico, desodorante, digestivo, estimulante, hipnótico, refrescante, sedante o tranquilizante. A nivel cutáneo tiene propiedades reguladoras, inhibiendo la superproducción de sebo por lo que es ideal para pieles grasas y también está indicado para aquellas pieles apagadas que necesitan luminosidad. (Lo acabo de ver en Jane Apothecary, web de recursos naturales para la salud y la cosmética). Dice su autora que tiene propiedades antisépticas y anti inflamatorias que aceleran el proceso de curación de los brotes de acné, y es muy agradable de aplicar por su aroma fresco y amaderado a diferencia del aceite de arbol de té que tiene un aroma que a no todo el mundo agrada. Bueno, ahí queda eso por si a alguien le interesa y le viene bien.

Y no nos olvidemos de otro de los usos, en este caso de perfume del agua de la flor de azahar, obtenida en este caso por destilación de los pétalos y el tallo, que también tiene efectos pediátricos y se utiliza para el dolor de estómago, la jaqueca, la migraña o el insomnio. Estas infusiones se adquieren hoy día en las parafarmacias y en herboristerías y parece que tienen efectos inminentes de calma en esas dolencias.


Naranjo en flor en la fachada de la Iglesia de San Sebastián en Antequera | Foto tomada el 31 de marzo de 2023


Este lado agradable de los aromas de Antequera en primavera, contrasta (en mi opinión muy personal, no me gusta que se artificialicen los árboles) con el lado estético que a los naranjos urbanos se les da en la mayoría de los municipios de Andalucía y otros lugares («poda chupachups»).

Sería interesante que se replanteara esa actuación que aplican todos los colores del arco político (yo mismo lo he visto en pueblos y ciudades gobernadas tanto por partidos de derechas como de izquierdas) y se dejaran aconsejar por expertos en actuaciones de conservación para una ciudad futura más naturalizada. Invito a leer en esa línea de pensamiento, que no es solo estética, es histórica y botánica, el artículo «Los naranjos de Andalucía quieren ser libres» de José Elías Bonells en la web de la Asociación Multisectorial de la Jardinería Andaluza, AMJA.