«Un foráneo en el paraíso» | ChLL para atqmagazine
…Y Haendel, Boccherini, Bizet; y Pachelbel, Massenet y Shostakovich, Elgar ¡Y también Gardel, como «propina»!.
El cuarteto de cuerda Traditio Musicae nos deleitaron ayer 27 de junio en las Noches Clásicas de Antequera, que organiza el Área de Cultura del Ayuntamiento, con un repertorio de «Clásicos imprescindibles» que han ido llevando por distintas ciudades europeas y españolas. Un concierto bien puesto y bien interpretado por los cuatro instrumentos que componen usualmente un cuarteto de cuerda: dos violines, una viola y un violonchelo.
Insisto en el decorado, no sé a quien se le ocurrió que una larga tela de tul adornara elegantemente «el cuello y los hombros» del escenario. En mi opinión es elegantísimo y sencillo, así que también le mando un aplauso además por el mimo con el que está colocado, haciéndolo más bonito aún con el plisado que era movido por el viento en una bonita danza de la seda. | ChLL
Con una notable interpretación continua; por momentos muy buena y, en otros, excelente; este cuarteto nos llevó a un recorrido de clásicos comenzando y finalizando con Haendel. Entre su Benedicat Vobis del inicio y el Canticorum jubilo del final, pudimos escuchar un Minueto de Boccherini, la Meditación de Thaïs de Massenet; Lacrimosa del Réquiem de Mozart, el Canon de Pachelbel, una Habanera de Bizet y la Alleluia exultate de Mozart.
(A los artistas no les suele gustar que subamos todos los vídeos si no es con una calidad de reproducción de sonido de alta definición, que nosotros no podemos aportar, por lo que os ponemos solamente algunos ejemplos documentales de la actuación)
Antes de llegar al final con Haendel de nuevo, quisieron interpretar algún que otro capricho que nos llegó como regalo en la noche. El primero de ellos, fuera de programa, Dúo de las flores de la famosa ópera Lakmé de Leo Delibes. A continuación, nos enfervorizaron con Piazzola y su Libertango para atemperar después a serenidad total con Salut d’Amour, esa pieza que Elgar compuso como regalo de compromiso a su amada Carice Roberts.
Como «propina» ( ¡Qué mal suena este término!) interpretaron para felicidad del público que escuchábamos Por una cabeza, de Gardel, ese precioso tango con el que tantas veces (yo al menos) nos hemos recreado viendo la película Esencia de mujer con Al Pacino y Gabrielle Anwar.