Quizás el amor sea esto

El próximo 14 de febrero es el Día de los enamorados (amor de pareja). Lo que alguien convirtió en un producto del marketing, si miramos más allá de su frivolidad hay un «mundo entero de provocaciones filosóficas sobre ello».

Hoy, que ya «nos bombardean» los anuncios de la TV para que la enamorada o el enamorado regale tal o cual cosa, me viene a la mente este relato que un día escuché a mi amigo Jorge.
Y probablemente el Amor ( incluso más allá de la pareja) sólo sea esto que cuenta este cuento. ¿Sólo?

Cuentan que una princesa quería elegir un novio que fuera digno de ella y que la amara verdaderamente. Entonces puso una condición, elegiría novio entre todos aquellos que fueran capaces de estar 365 días en las afueras del edificio del palacio donde ella vivía, sin separarse ni un día de ese muro.

Se presentaron algunos cientos de pretendientes a desposarse con la heredera real. Pero al primer frío la mitad se fue. Cuando empezaron los calores se fue la mitad de la otra mitad. Cuando empezaron a gastarse los cojines y se terminó la comida, la mitad de la mitad de la mitad también abandonaron.

Habían empezado el 1 de enero y cuando entró diciembre y otra vez empezaron los fríos había quedado solamente un joven. Todos los demás se habían ido cansados, aburridos pensando que ningún amor valía la pena. Solamente un joven, que había adorado a la princesa desde siempre permanecía anclado a esa pared y a ese muro esperando pacientemente cumplir los 365 días.

La princesa, que había despreciado a todos, cuando vio que este muchacho aguantaba y se quedaba, empezó a mirarlo con ojos más tiernos diciendo: este hombre quizás me quiera de verdad. Lo había espiado desde octubre, había pasado frente a él en noviembre y en diciembre disfrazada de campesina y le había dejado un poco de agua y un poco de comida. Le había mirado a los ojos y se había dado cuenta de su mirada sincera.

Le había dicho al rey, papá creo que finalmente este hombre es el hombre que de verdad me quiere.
El rey se había puesto contento y había empezado a preparar todas las cosas para la boda. Y le había hecho saber, al joven, por medio de la guardia, que el 1 de enero, cuando se cumplieran los 365 días, lo esperaba en el palacio porque quería hablar con él. Todo estaba armado, el pueblo estaba contento, todo el mundo esperaba ansiosamente el 1 de enero.

El 31 de diciembre en la noche, después de haber pasado 364 noches allí, el joven se levantó del muro y se fue. No pudo quedarse a cumplir. ¿Qué le había pasado?. Había estado todo ese tiempo aguantando frío, hambre, sed, ….

Cuando volvió a su casa, su madre le preguntó, hijo… «querías tanto a la princesa, estuviste allí 364 noches, 365 días y 374 noches, y el último día te fuiste, ¿qué pasó?, ¿no pudiste aguantar un día más?».
El joven le contestó, «¿Sabes qué, madre?, me enteré que me había visto, me enteré que me había elegido, me enteré que le había dicho a su padre que se iba a casar conmigo, y a pesar de eso, no fue capaz de evitarme una sola noche de dolor. Pudiendo hacerlo…¿no pudo evitarme una sola noche de sufrimiento?. Alguien que no es capaz de evitarme una noche de sufrimiento, cuando puede hacerlo, creo que no merece mi amor.